Ya han confirmado desde el Gobierno que a partir del año 2025 el precio del diésel se verá incrementado como consecuencia de la subida del Impuesto Especial sobre los Hidrocarburos. Con esta medida, el Gobierno pretende equiparar la fiscalidad del gasóleo a la de la gasolina, lo que se trasladará al bolsillo de los dueños de los vehículos. La subida de 11,33 céntimos por litro supondrá un incremento de más de 5 euros por cada vez que repostamos.
El precio del diésel subirá: ¿cómo afecta a tu bolsillo?
Subida del impuesto al diésel
Hacienda hará efectivo un incremento en el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, pasando de 30,7 a 40,07 céntimos por litro en 2025, pero la doble imposición que se produce hará que el impacto sea mayor. Esto es así porque, al IVA, debemos añadirle en el Impuesto Especial la parte que corresponde al incremento, de modo que el incremento real será de 11,33 céntimos.
Por ejemplo, llenar un depósito con 45 litros será en torno a 5 euros más caro. La finalidad que se declama es medioambiental, esto es, que las emisiones contaminantes se vean reducidas. Pero el resultado más inmediato para los conductores particulares será una merma directa en su economía. Para los transportistas y los sectores profesionales, este aumento vía impuestos no tendrá incidencia, lo que potenciará la sensación de injusticia.
El nuevo precio del litro de diésel
En la actualidad, el precio medio del gasóleo en España se sitúa en aproximadamente 1,50 euros por litro. Después de la subida impositiva, se prevé que supere este precio base hasta los 1,61 euros por litro, sin que se produzca variación alguna en el precio base del gasóleo. Así se desglosaría este precio:
- Precio base del gasóleo: 92 céntimos por litro.
- Impuesto Especial sobre Hidrocarburos: 40,07 céntimos.
- IVA: 27,72 céntimos.
En otras palabras, el 42% del precio del diésel en 2025 corresponderá a impuestos.
La fiscalidad del diésel y sus consecuencias económicas
Impacto en la economía familiar
Para los automovilistas que dependen del coche en su jornada habitual, este incremento se sumará a una inflación ya desmesurada. Moverse será más caro, los hogares más humillados lo sufrirán aún más. La subida también afectará los precios de bienes muy básicos, ya que el transporte por carretera es fundamental para esta distribución.
Cada kilómetro les costará más en 2025, toda esa carga recae en los particulares, las flotas grandes y los sectores profesionales; agricultura y transporte, quedan excluidos de la subida.
El efecto dominó en los precios
La cadena de suministros depende considerablemente del diésel. Un incremento del precio de un litro de combustible nos elevará los precios para el transportista. Los alimentos, los productos e incluso los servicios serán más elevados. Los impactos se percibirán en gasolineras y en el carrito de la compra.
Diésel: entre la transición ecológica y la recaudación
Argumentos medioambientales
El Ejecutivo defienden esta decisión como parte del camino que han escogido para reducir la contaminación y cumplir con la normativa medioambiental europea. El diésel, a pesar de emitir menos CO2 que la gasolina, produce más óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas, que se ligan a problemas de salud.
Pero esta subida fiscal no viene acompañada de incentivos suficientes para poder caminar por el sendero de coches menos contaminantes. Los coches eléctricos son todavía caros, y la red de carga es limitada, lo que complica el camino para muchas familias.
Recaudación millonaria
Por encima del discurso ecológico, la medida aumentará robustamente la recaudación del Estado, estimándose que el Gobierno podría obtener más de 1.000 millones de euros adicionales al año a raíz de la implementación de este nuevo tributo. Para muchos conductores, esto refuerza la idea de que el incremento no se orienta a cuidar el planeta sino a incrementar la recaudación del Estado.
Un futuro más costoso para los conductores
El año 2025 se configurará como el punto de inflexión para la utilización de coches diésel. La potenciación del impuesto y la falta de alternativas realmente eficaces y asequibles convierten a esta medida en un reto económico para muchos ciudadanos. La transición a un medio de transporte más sostenible no debería desplegarse únicamente a través de los hombros de los conductores particulares.
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