La reciente suscripción del convenio entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos para disminuir la jornada laboral máxima a 37,5 horas por semana ha suscitado un gran interés. Esta acción, que se presenta como un posible punto y aparte en el mercado laboral español, podría cambiar todo de cara a 2025, siempre y cuando pase los trámites de los grupos parlamentarios. Te contamos todo lo que necesitas saber acerca de esta transformación.

Claves de la nueva jornada laboral de 37,5 horas

¿Cómo será la aplicación de las 37,5 horas?

Este cambio implica que la jornada laboral ordinaria de 40 horas semanales se verá reducida a 37,5 horas de trabajo efectivo de media al año. Esto permite cierta flexibilidad según el sector y las necesidades de la empresa, siempre y cuando al final del año se cumpla el nuevo promedio.

Por otro lado, los convenios colectivos continuarán siendo claves en esta materia para especificar cuestiones como horarios y distribución en la semana. De esa forma, se asegura que se mantienen las particularidades de cada sector, pero no de antes del máximo legal.

¿A quiénes beneficiará esta medida?

Se estima que unos 12 millones de empleados se verán beneficiados. La mayoría de estos trabajadores provienen de sectores vulnerables (los trabajadores de la limpieza, los trabajadores del comercio o los trabajadores de la atención al cliente). Hasta ahora, las jornadas reducidas eran privilegio de los empleados de sectores como la banca o la administración pública.

Asimismo, se establece que los trabajadores cuya jornada laboral ya fuera inferior a las 37,5 horas, en realidad, ningún cambio sería impuesto en sus condiciones laborales. Sin embargo, si se tratara de trabajadores cuya jornada laboral a tiempo parcial superior a las 37,5 horas pasaría a ser, automáticamente, a jornada completa e indefinida, con todas las condiciones.

Plazos y retos para la implementación de la jornada laboral

¿Cuándo entrará en vigor?

El pacto establece como máxima fecha el 31 de diciembre de 2025 el plazo para que las empresas modificasen los convenios colectivos. Ahora bien, debe ser aprobado con anterioridad por el Congreso. Por lo tanto, si el proceso de la tramitación parlamentaria resolviera sin contratiempos, podría aplicarse incluso ya la jornada laboral en el 2025.

Sin embargo, hay sectores del Gobierno que abogan por ampliar la vigencia del plazo hasta 2026 para que así exista más tiempo para la adaptación de las pymes y haya un consenso suficiente.

El rol de los sindicatos y la patronal

Los sindicatos UGT y CCOO celebran este hecho como un hecho histórico, mientras que la patronal se posiciona con una crítica muy negativa hacia dicha medida. La CEOE cree que sería un normativa con un incremento del coste laboral por encima de los 11.800 millones de euros y que las pymes sería el tipo de empresa que más podría verse impactada.

Los sindicatos, por su parte, han anticipado que presionarán para que el proceso legislativo no experimente un parón en su avance y, si fuera necesario, harán uso incluso de la movilización social.

Impacto de la jornada laboral reducida en el mercado

Mejoras en la calidad de vida y productividad

La reducción de la jornada laboral persigue conciliar la vida laboral y la vida privada. Se espera que, además, contribuya al crecimiento del empleo y a incrementar la productividad. Estudios anteriores apuntan a que jornadas laborales más breves llevan a mayor satisfacción y rendimiento en los trabajadores.

La medida podría introducir efectos en cadena en los convenios colectivos promoviendo jornadas laborales más breves en un mayor número de sectores.

Desafíos para las empresas

Las pymes enfrentarán retos importantes. El Gobierno se compromete a poner en marcha medidas de apoyo que faciliten el tránsito, si bien la adaptación requerirá esfuerzos suplementarios, en términos de organización y gestión.