Hace tiempo que Anonymous no acapara titulares como solía hacerlo, aunque de vez en cuando se dejan notar lanzando algún ataque. Aún así, todavía sigue siendo, sin ningún tipo de duda, el grupo de hackers más famoso del mundo. Ha pasado el tiempo suficiente para saber que con su llegada hubo un antes y un después. Y que con sus tentáculos, que se extendieron por todo el mundo, cambiaron para siempre muchas cosas.
Gabriella Coleman, profesora de Antropología en la Universidad de Harvard (EE.UU.) es una de las personas que más sabe sobre Anonymous. Comenzó a investigarlos en sus inicios, y se infiltró en sus redes para tratar de entender qué había detrás de la máscara. Nadie mejor que ella para hablar del pasado, presente y futuro de una organización única.
Pregunta. ¿Qué se sabe sobre los orígenes de Anonymous?
Respuesta. Los orígenes de Anonymous son confusos y sorprendentes. Sus raíces estuvieron en el foro de imágenes 4chan, creado en 2003. Unos años después de su fundación, surgió el nombre colectivo Anonymous, que fue utilizado por trolls de Internet para participar en campañas de bromas que a menudo eran muy intensas, malintencionadas e incluso implicaban acoso. Estas campañas eran tan virulentas que Fox News calificó a Anonymous como "la máquina del odio de Internet".
Más tarde, en 2008, Anonymous organizó una campaña de troleo contra la Iglesia de la Cienciología -después de la filtración de un vídeo de Tom Cruise promocionándola-. Durante el transcurso de aquello, surgió un debate sobre si Anonymous debería realmente protestar contra estas cosas. Sorprendentemente, la gente se convenció de que sí, y organizaron un día de protesta callejera en febrero de 2008 en 128 ciudades de todo el mundo. Fue en ese momento cuando el nombre de Anonymous también comenzó a utilizarse para el activismo y el hacktivismo. Y a medida que pasaba el tiempo, el nombre de la organización se usó cada vez menos para el troleo y cada vez más para estas cosas.
P. ¿Usted cómo los define? ¿Son terroristas, hackers, activistas…?
R. Creo que hay dos formas muy buenas de hacerlo. Por un lado, Anonymous es un ejemplo clásico de lo que se llama un nombre de uso múltiple. Es decir, un nombre colectivo que cualquier persona es libre de usar para reclamar una acción o una campaña. Pero por otro lado, entre 2008 y la actualidad el nombre ha sido utilizado principalmente para fines de activismo. Hay personas lo usan para acciones activistas clásicas, como hackear y lanzar ataques, y otras para concienciar sobre algún tema.
P. ¿Qué ha pasado con Anonymous? ¿Qué actividad tienen ahora?
R. Anonymous estuvo muy activo entre 2010 y 2012, sobre todo. Pero se produjeron muchas detenciones de hackers, y desde entonces su actividad ha ido de más a menos. Aunque ha habido periodos de actividad más intensa. Por ejemplo, en el verano de 2020, con las protestas en torno al tiroteo de George Floyd en Estados Unidos, hubo una especie de resurgimiento. Y también han hecho operaciones dirigidas contra la derecha reaccionaria a raíz de la guerra en Ucrania. Así que no es tan visible o prolífico, es más esporádico. Pero siguen ahí.
Otra cosa es el legado que ha dejado Anonymous en cuanto a la táctica de hackear corporaciones o gobiernos, cuando sospechaban que podía haber irregularidades, para filtrarle la información a la prensa o a plataformas como XNet o Wikileaks. En el pasado ha habido grupos que han seguido la estela de Anonymous en este sentido, como Phineas Fischer, que también estuvo activo en España atacando a la organización policial catalana, o Guacamaya, que es muy importante en América Latina.
Estas entidades no son Anonymous, pero están en deuda con ellos. De hecho, Phineas Fisher señaló a Jeremy Hammond, que fue un activista clave en Anonymous, como su 'musa hacker'. Así que han sido una inspiración, porque han popularizado un tipo de ataque que otros muchos en el mundo han imitado.
P. Al ser una organización sin líderes, y a la que cualquiera puede pertenecer, ¿se puede decir que Anonymous no va a desaparecer nunca?
R. Una de las cosas que más me interesan sobre Anonymous es que creo que estaban muy bien posicionados para ser calificados como ciberterroristas, pero no creo que hayan sido enmarcados como tal. Y parte de la explicación tiene que ver con el uso de la máscara de Guy Fawkes, que junto a un grupo de gente trató de volar el Parlamento británico a principios de la década de 1.600.
En su momento fueron tratados como Osama bin Laden, eran los terroristas de la época. Pero en el siglo XIX, los novelistas y otros autores utilizaron la figura de Guy Fawkes como un anti-héroe y comenzaron a interpretarlo de una manera más popular y positiva. Y luego, con V de Vendetta, la novela gráfica y la película, esa transformación se produjo por completo. Anonymous escogió una máscara reconocible, pero que ahora se ve de una manera positiva popularmente.
Así que entre que cualquiera puede actuar en nombre de la organización y que la gente puede convertirse en Guy Fawkes poniéndose la máscara, creo que Anonymous seguirá siendo un símbolo de resistencia popular. Pero es verdad que la comprensión simbólica de algo puede cambiar radicalmente, como la historia nos ha demostrado con la figura de Guy Fawkes.
P. ¿Cree que en algún momento volverán a estar tan activos como entre 2010 y 2012?
R. Es una buena pregunta. En teoría, sí. Pero el problema es que su presencia atrajo a una enorme masa de gente y puso el foco en ellos. Y si quieres ser un pirata informático quizás esto no es buena idea. Tiene que haber una especie de equilibrio entre visibilidad y reclutamiento, para luego poder formar un grupo más pequeño que no sea tan visible.
Eso a menos que haya una serie de cosas que se unan y que hagan que la gente acabe estando harta del mundo, porque eso podría motivar a algunas personas a hacer cosas como hackear. Es algo que estamos viendo ahora mismo con Luigi Mangione en Estados Unidos: cómo la acción de una persona puede llevar a ese descontento masivo a alcanzar un nuevo tipo de visibilidad. En el caso de Anonymous, imagino que podría ocurrir. Pero debido a los riesgos de seguridad que implicaría creo que haría falta mucho tiempo para que volvieran a tener ese tipo de visibilidad.
P. En su apogeo, ¿cuántas personas pudieron formar parte de Anonymous y de qué países eran?
R. No creo que estuvieran en todos los países del mundo, pero su presencia era notable porque tenían muchos nodos. Estaban en casi todos los países europeos, América Latina, Asia... Son un movimiento global. Y si repasas en la historia otras organizaciones que, como Anonymous, utilizaron un nombre de uso múltiple, normalmente no era así. Lo habitual era que se localizaran en una región muy concreta. Pasó, por ejemplo, con Capitán Swing -un nombre utilizado por los campesinos de Inglaterra durante una serie de revueltas que tuvieron lugar en el siglo XIX-. Por eso creo que Anonymous puede ser la primera organización global de uso múltiple.
En cuanto al número de personas, no hay datos. A veces había hasta 7.000 miembros conversando en salas de chat para una operación concreta, pero realmente no se sabe. Sin embargo, tenían un enorme apoyo del público. No le gustaban a todo el mundo, pero es así.
Te voy a contar una historia rápida. Hace poco estaba en un tren yendo de Nueva York a Connecticut, y me senté al lado de una pareja mayor. Hablando con ellos, me preguntaron a qué me dedicaba, y les respondí que soy profesora e investigo el hacktivismo. Me dijeron que no habían escuchado nunca ese término, pero sí conocían a Anonymous. Eso es lo que me parece sorprendente de ellos. No solo es que hubiera gente participando en la organización, es que había un montón de espectadores muy activos. E incluso gente que no eran espectadores como tal, como esta pareja de ancianos, les conocen.
P. ¿Qué actividad realizan en España?
R. Probablemente no soy la mejor persona para responder a esto. Pero sé que durante el 15M Anonymous atrajo mucha atención hacia el movimiento, e inspiró a grupos como XNET, que estuvieron muy involucrados en aquello. Además, también participaron en algunas acciones contra la piratería. Y uno de mis vídeos favoritos de toda la historia es de Anonymous España. Tiene un estilo muy diferente al de la mayoría de los hacen. Es realmente bonito desde el punto de vista estético, pero además encarna muy bien la ética de anti-celebridad de la organización. Eso de no buscar fama para ellos mismos.
P. ¿Y en el procés de independencia de Cataluña?
R. Sí, definitivamente estuvieron involucrados en aquello. Vuelvo a Phineas Fischer, que es muy interesante porque está realmente conectado al legado de Anonymous, y él hackeó al Sindicat dels Mossos d'Esquadra (SME). Hay tantas acciones que se llevaron a cabo bajo la bandera de Anonymous que no son muy conocidas... Esto es algo conocido a nivel local, pero se está olvidando muy rápido.
P. Viendo que es una organización descabezada, sin líderes claros, ¿cómo se comunican entre ellos y qué relación tienen entre los distintos miembros?
R. Era muy caótico, como una hidra de muchas cabezas. Dicho esto, los que participaban en actividades ilegales o las coordinaban solían estar dentro de canales secretos, que eran grupos mucho más pequeños, de quince o veinte personas. Durante mucho tiempo era algo que no se sabía.
En mi libro tengo algunas conversaciones y chats de canales secretos que la gente me filtró, donde se ve cómo trataban de dirigir lo que estaba sucediendo en el canal público. Ciertamente tenían un efecto, pero también es verdad que el canal público podía llegar a ser muy caótico. Así que no tenían un control total. Había ciertas personas que tenían más poder, pero era una organización dinámica, caótica y experimental. Incluso la gente que tenía más poder intentaba a menudo organizar cosas que no conseguía. O alguien hacía algo por su cuenta y eso lo cambiaba todo.
Llegó el punto en el que mucha gente sabía que existían esos grupos, y ahí fue cuando surgió LulzSec, que era como una especie de escisión de Anonymous. No querían seguir usando el mismo nombre porque Anonymous había sido realmente identificado con la acción política, y ellos simplemente querían también divertirse hackeando. Algunos siguieron trabajando con Anonymous, pero también querían hacer sus propias cosas. Eso viene a demostrar que en un momento determinado no se podía hacer cualquier cosa bajo el nombre de la organización.
P. ¿Cuáles fueron sus ataques o actuaciones más famosos?
R. Hicieron un montón de cosas. Llamaron la atención sobre ciertos temas con algunas protestas, pero en realidad los ataques informáticos fueron los que les pusieron en el mapa. No fueron los primeros en hacerlo, pero antes de su llegada eran cosas muy esporádicas. Y de hecho, Anonymous llegó a hackear y a filtrar accidentalmente.
Es un poco caótico. Pero se dieron cuenta de que podrían ser denunciantes sin ser personas con información privilegiada trabajando desde fuera, cuando sospechaban de irregularidades en una organización. Por ejemplo, podrían haber detectado que en UnitedHealthcare había comportamientos muy problemáticos. Pero en lugar de disparar al CEO, podrían haberlos hackeado, haber cogido sus documentos y luego filtrarlos a la prensa. Para mí esto es el legado más importante de Anonymous.
Luego me gustaría hablar de un par de ataques concretos. Técnicamente ellos no hackearon a ACS Law, que era un bufete de abogados de Gran Bretaña, pero aprovecharon un error de configuración del servidor para llevarse sus correos electrónicos. De hecho, ACS Law tuvo que cerrar en parte por los detalles que había en esos correos, además de por los fallos de seguridad.
Luego, cuando hackearon a HBGary -una firma de seguridad estadounidense-, se vio cómo la empresa se proponía desacreditar a Wikileaks para el Banco de América haciendo algo que era simplemente ilegal. Realmente fue una lástima que no hubiera más noticias sobre eso, pero nos mostró que las empresas de seguridad privada están dispuestas a infringir la ley para que sus jefes aplasten el activismo.
Eso también se demostró en el hackeo y la filtración de datos de Stratford -una compañía de inteligencia americana-, que básicamente estaba espiando a activistas de otras empresas. Esos ataques nos dan una especie de evidencia tangible de que las corporaciones están dispuestas básicamente a violar la ley con el fin de silenciarlos.
P. ¿Cómo te infiltraste en Anonymous para investigarlos?
R. Hubo dos vías. Una fue en 2008, cuando Anonymous empezó a protestar contra la Iglesia de la Cienciología. En ese momento me uní a las salas de chat y fui a las protestas, y así empecé a conocer a algunas personas. Pero fue como una especie de pequeño proyecto paralelo, que no esperaba que se hiciera grande porque, de nuevo, pienso que el hecho de que Anonymous se convirtiera en un grupo de activistas es un accidente histórico.
Años después Anonymous hizo una especie de gran campaña DDoS -ataque de denegación de servicio distribuido- contra PayPal y Mastercard en apoyo a Wikileaks, porque hubo un bloqueo bancario contra ellos. Me metí de nuevo en las salas de chat, y había un canal que era para periodistas, pero muchos no sabían cómo acceder a él así que yo les enseñaba cómo hacerlo. Así que actuaba como una especie de traductora entre Anonymous y el mundo periodístico, y creo que la gente me respetaba por ello.
A partir de ahí, tuve mucha consistencia. Pasaba mucho tiempos en las salas de chat. Durante un par de años, unas cinco horas al día. Así que realmente llegué a conocer a gente. A veces daba charlas en algún sitio y se me acercaban personas que había conocido por esos chats, y pasábamos un rato juntos. Y cuando les arrestaban yo iba a verlos a la cárcel, e incluso fui a sus juicios en Irlanda. Me metí de lleno en ese mundo. Era algo necesario para entenderlo, porque era realmente confuso. Y con el tiempo, mucha gente llegó a confiar en mí y me consideró útil para su causa. A algunos les gustaba, a otros no.
P. ¿Qué diferencias y similitudes ves entre Wikileaks y Anonymous?
R. En 2017 escribí un artículo sobre por qué tantos hackers que son muy privilegiados económicamente terminan haciendo cosas crear Anonymous o Wikileaks. Es un poco raro, como si de repente los abogados y médicos dijeran, 'Al diablo con
UnitedHealth, vamos a crear nuestro propio sistema de seguro médico'.
Traté de pensar qué explica esta propensión a construir infraestructuras alternativas y a participar en la acción directa para hacer lo que Wikileaks hizo, que era actuar como un quinto poder y permitir que el periodismo fuera un poco más agresivo y audaz. Y creo que el mundo de los hackers es una intersección, la unión de la ética de la artesanía, que es el deseo de hacer algo bien, con la astucia, que es una proclividad a romper las reglas, a romper las normas, a romper las leyes...
Estas dos cosas juntas, junto con otras que expongo en el artículo, ayudan a explicar por qué existen estas formas de política hacker. Pero los casos de Wikileaks y Anonymous son muy interesantes porque en algunos aspectos son muy diferentes. Wikileaks fue una organización con un culto a la personalidad que era muy conocido. Anonymous fue esta hidra que estaba en contra de los cultos de personalidad. Pero a pesar de eso tenían una especie de relación mutuamente beneficiosa.
P. Más allá de Anonymous, también hablas mucho de los discursos que existen en las redes. Ahora mismo la gente está criticando a Elon Musk por las decisiones que ha tomado desde que compró X. ¿Qué opinas de la plataforma a día de hoy?
R. Antes de Musk creo que Twitter en cierta medida representaba el concepto de democracia que describía Astra Taylor, que escribió un pequeño libro donde hablaba de que tener una democracia o poder votar no implica que los resultados sean necesariamente positivos.
Trump ya ganó antes de la llegada de Musk a Twitter, pero veo la plataforma como un campo de batalla y quien la domine, claro, tiene mayor visibilidad. Si no tuviéramos Tik Tok, X o Blue Sky, que no es tan popular, no se vería la rabia que tiene la gente, porque, sin ánimo de ofender porque probablemente sea mejor en España, los medios de comunicación estadounidenses no muestran ciertos tipos de problemas con la suficiente consistencia. Entonces había un elemento muy democrático en ello, aunque también veías opiniones reaccionarias, que a mí no me gustan. Pero la gente estaba utilizando la plataforma de una manera democrática para expresar su opinión.
Pero Musk utiliza su posición para configurar el algoritmo de tal manera que empuje su agenda y sus tweets. Así que no lo veo tan democrático como lo era antes. Dicho esto, una vez más, el caso de UnitedHealth ha sido fascinante. Yo, como muchos otros, he migrado a una plataforma diferente, pero seguiré en X tanto para retuitear como también para recopilar material, porque hay muchas críticas a Musk y a los multimillonarios y mucho apoyo a Luigi. Así que ves que incluso cuando tienes a alguien controlando las palancas algorítmicas todavía existe esa capacidad para que las personas expresen su descontento.
No quiero celebrarlo, pero me gusta esa comparación con la democracia: es algo que nos puede gustar como proceso, pero los resultados a veces no nos gustan cuando la gente vota por personas a autoritarias. En fin, estamos en esas. Pero de todas formas, no soporto a Musk. Es muy problemático.
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hace 2 días
En mi opinión X con Musk es mas democrático que antes twitter que no consentían comentarios discrepantes de las ideologías woke y queer