En mayo de 2024 el Gobierno dio luz verde a la compra de Vodafone España por parte del fondo británico Zegona. Era el último y definitivo paso de una operación que en realidad se había firmado meses antes, en octubre del 2023, por una cantidad cercana a los 5.000 millones de euros. Pero además, era el anticipo de la nueva política que la 'teleco' británica quería desplegar en el mercado europeo para llevar a cabo una "remodelación" en toda regla.

La última noticia sobre esto llegó el pasado 1 de enero, cuando la operadora suiza de telecomunicaciones Swisscom recibió las aprobaciones regulatorias necesarias para cerrar la compra de Vodafone Italia por 8.000 millones de euros. La idea de Swisscom es fusionar la compañía con Fastweb, su filial en el país transalpino, para crear la segunda 'teleco' más grande de Italia por número de clientes. Se espera que la operación se termine de ejecutar durante el primer trimestre de 2025.

Hasta ahora Italia era el tercer mercado más importante para Vodafone, después de Alemania y Reino Unido, y representaba cerca del 11% de los ingresos del grupo. Pero la empresa argumentó la venta del 100% de su filial italiana asegurando que en esa región no habían logrado un retorno sobre capital superior al coste de capital. Por eso decidían abandonar ese mercado, aunque Swisscom podrá seguir utilizando allí la marca Vodafone durante los próximos cinco años.

En esa misma línea, en marzo de 2024 Vodafone lanzó un comunicado para anunciar que despedirían y reubicarían a un total 2.000 trabajadores en Alemania en el marco de un plan de transformación y reducción de costes en el país con el que esperan ahorrar cerca de 400 millones de euros en los próximos dos años.

La excepción es Reino Unido. Allí, a principios del pasado diciembre Vodafone recibió la autorización para fusionarse con Three UK. Con esto, ambas empresas pasan a formar el operador móvil más importante del país, valorado en 18.000 millones de euros. Y se comprometen a invertir más de 13.000 millones para crear una de las redes 5G más avanzadas de Europa, que llegará al 99% de la población.

Estas operaciones muestran la nueva estrategia de Vodafone en Europa. "En el futuro, nuestros negocios operarán en mercados de telecomunicaciones en crecimiento, donde mantenemos posiciones sólidas, lo que nos permitirá lograr un crecimiento más fuerte y predecible en Europa", señaló Margherita Della Valle, CEO de Vodafone. En paralelo, se espera que estos movimientos también contribuyan a aumentar el ROCE (retorno sobre capital) del grupo empresarial.

En mayo de 2023 Vodafone ya anunció su intención de recortar 11.000 puestos de trabajo en Europa a lo largo de los siguientes tres años para tratar de simplificar la estructura de la compañía. En ese momento ya deslizaron que querían implementar un plan de reestructuración en Alemania y poner en "revisión estratégica" su filial en España, que finalmente acabaron vendiendo a Zegona. "Nuestro desempeño no ha sido lo suficientemente bueno", reconoció por entonces Della Valle.

Con estas operaciones, Vodafone contribuyó a que en el primer trimestre del año 2024 el valor total de las fusiones y adquisiciones del sector de las telecomunicaciones superara los 19.000 millones de euros. Por poner en contexto, durante el mismo periodo del año anterior se movieron poco más de 1.800 millones de euros, según indica un informe elaborado por Bain & Company.

La transformación de Vodafone España

De entrada, para comprar Vodafone España, Zegona tuvo que refinanciar el crédito que suscribió con inversores internacionales. A finales de septiembre de 2024, el endeudamiento a largo plazo del grupo Zegona cerró en torno a los 3.800 millones de euros. Como en el caso de Italia, la marca de Vodafone podrá seguir utilizándose en España durante los próximos 10 años a pesar de que la compañía británica ya se ha despedido de nuestro país.

De inmediato, el fondo británico colocó a un nuevo CEO, José Miguel García, al frente. Y renovó al equipo directivo, que se redujo desde los once hasta los siete miembros, y contó con algunos fichajes nuevos. Todo con la idea de "transformar el negocio y devolverlo al crecimiento".

Con todo, una de las primeras medidas que puso en marcha Zegona fue ejecutar un ERE, que inicialmente estaba previsto que afectara a casi 1.200 personas y finalmente, tras la negociación con los sindicatos (UGT, CCOO y STC) supuso el despido de 898 trabajadores, un 25% menos de la cifra inicial.

Se trata del quinto ERE que se ejecuta en Vodafone España desde el 2013. Ese año la compañía despidió a 620 trabajadores, en 2015 otro supuso el despido de 1.059 personas más, y a este le siguió otro en 2019, en el que salieron 1.102 empleados. Y en 2021 la plantilla se redujo en 442 efectivos más. Sumando todo, 3.200 empleados se vieron afectados a lo largo de estos años. Un buen resumen de la caída que había experimentado la empresa.

Además, tras su aterrizaje el fondo británico ha querido implementar la dinámica para que "poco a poco los empleados incrementen su presencia en la oficina". Desde la compañía aseguraron que "la flexibilidad está asegurada y se mantendrán condiciones", aunque en un primer momento fuentes internas daban por hecho que se trataba de un paso "definitivo para ir dejando progresivamente el teletrabajo" que "tan buen rendimiento han dado" desde que se iniciara la pandemia.

Las últimas cifras disponibles, que datan del segundo trimestre del año 2024, muestran que Vodafone España facturó 903 millones de euros un 1,5% menos que en el primer trimestre del mismo año, el periodo que la compañía quiso establecer como referencia. Los resultados estuvieron condicionados por el acuerdo que la empresa firmó con Finetwork para que esta pasara de ser una 'marca blanca' de Vodafone a un operador móvil virtual (OMV), lo que supuso que Vodafone perdiera 1,3 millones de clientes que contaban como suyos para la CNMC.

Sin embargo, Vodafone España sí mejoró su rentabilidad durante el segundo trimestre, registrando un resultado bruto de explotación después de arrendamientos (EBITDAaL) de 318 millones de euros, un 6,35% más que en el primer trimestre. Y además, la compañía aumentó en 146.000 personas su base de clientes.

Así ha acabado la historia de Vodafone en España, que llegó a invertir aquí casi 80.000 millones de euros. Después de establecerse en suelo español a finales de los años 90, llegaron a competir de tú a tú a Telefónica y a consolidarse como una de las compañías más fuertes del sector, antes de empezar a arrojar pérdidas que tuvieron que ir salvándose con créditos a lo largo de los años.