La política es muchas veces el arte de no dejar pasar la ocasión, y en el PP lo saben. El partido liderado por Alberto Núñez Feijoo se ha mostrado este miércoles a favor de abrir el debate para flexibilizar la jornada laboral. No obstante, aclaran, la conversación debe darse dentro del diálogo social y debe formar parte de un acuerdo sellado entre todas las partes, incluida una patronal que no salió en la última foto del pacto de reducción de jornada.

Según recoge la agencia Europa Press, para el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local del PP, Elías Bendodo, una cuestión así tiene que ser fruto de un acuerdo amplio que, como poco, ponga de acuerdo a los miembros del Gobierno: "Ahora lo que estamos viendo es que la ministra, que quiere imponer la reducción de la jornada laboral, ha dicho que el ministro, que no quiere imponerla, es una mala persona, y son los dos miembros del mismo Gobierno. Esto no puede ser".

Las palabras de Bendodo ponen el acento en un conflicto que lleva semanas erosionando al Gobierno de coalición y que este miércoles vivió el que por ahora ha sido uno de sus peores capítulos. La jornada se le hizo larga a un Ejecutivo que tenía previsto convertir en tema de conversación el primero de los actos que el Gobierno ha planeado este año para recordar los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco. En vez de eso, una de las fotos de la jornada fue lo que ocurrió en el patio de butacas del Museo Reina Sofía, en Madrid. O, mejor dicho, lo que no pasó. Carlos Cuerpo, ministro de Economía, y Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, evitaron encontrarse, según relata también Europa Press.

Unas horas antes, Díaz había acusado a Cuerpo en el programa de Telecinco La mirada crítica de vetar la reducción de jornada de la reunión del próximos lunes del Consejo Asesor de Asuntos Económicos, un trámite que las medidas de carácter económico deben pasar antes de tratarse en Consejo de Ministros. De facto, interpreta Díaz, el veto supone un bloqueo al acuerdo alcanzado entre su ministerio y los sindicatos. Fuentes del Ministerio de Trabajo van incluso más allá: argumentan que no es la primera vez que esto ocurre y que, dado que hace tiempo que los términos del acuerdo se conocen, no hay motivos para tanta demora.

Desde Economía tardaron apenas unos minutos en responder a Díaz: niegan la mayor. La reducción de jornada, explican, forma parte de los compromisos del Gobierno, y su intención es cumplir "lo antes posible", lo que no necesariamente significa que la medida se tenga que tratar el próximo día 13 de enero, aunque esto tampoco quiere decir que haya que llevar la discusión de la medida mucho más allá de este mes. En el Ministerio de Trabajo, en cambio, ven peligrar incluso la aprobación de la reducción de jornada para 2025 si en el Ministerio de Economía siguen bloqueando el trámite.

El ministerio liderado por Cuerpo, por su parte, pide ir con algo más de calma entre otras cosas porque, para ver la luz, la reducción de jornada necesita el visto bueno, entre otros, de PNV y Junts, partidos cuyas tesis siempre han estado cerca de la patronal. Por ahora, los nacionalistas vascos permanecen abiertos a aprobar la reducción de jornada porque entienden que, sobre la práctica, ya se aplica en la mayoría de las empresas del País Vasco. Junts es otro cantar. Desde el Ejecutivo calculan que harán falta toneladas de persuasión y alguna que otra medida adicional como ayudas a las pymes y una jornada de transición de 38 horas y media que entre en vigor durante algún tiempo para que el partido de Carles Puigdemont se sume al pacto.

Fuentes cercanas a Díaz recuerdan, sin embargo, que el Gobierno no ha sido siempre tan prudente. A finales del pasado mes de noviembre, el Ejecutivo aprobó un paquete fiscal clave para su legislatura tras cosechar el apoyo de Podemos en los minutos previos a la votación. Entonces, las negociaciones se extendieron durante tres días de tira y afloja, y solo se resolvieron cuando el Gobierno se comprometió a extender el gravamen a las energéticas.

"Nosotros lo que pedimos son políticas serias. Lo que ha pasado es una fotografía oportuna del estado de un Gobierno en el que cada uno tira para un sitio. En algo así debería haber mucho más acuerdo entre todas las partes. Esto es algo que nosotros hemos defendido siempre", añaden a El Independiente fuentes del PP.

El enfrentamiento entre Díaz y Cuerpo, nada personal

El paso de las horas matizó algunos desencuentros entre Trabajo y Economía. Fuentes cercanas a Díaz aprovecharon incluso para aclarar unas palabras sobre las que han corrido ríos de tinta. En concreto, han negado que la líder de Sumar se refiriera a Cuerpo cuando dijo hace cinco días que había que ser "mala persona" para rechazar la reducción de la jornada laboral. Según estas mismas fuentes, a pesar de lo escenificado este miércoles, entre Díaz y Cuerpo no existe un desencuentro personal. Sí hay, y es cada vez más claro, importantes desavenencias en cuanto al modo de sacar adelante la reducción de jornada. Si bien desde Trabajo se da por pactada, desde Economía piensan que aún necesita una vuelta más para convencer no solo a los ya convencidos.

Tampoco han querido añadir más leña al fuego de la discordia los sindicatos. A pregunta de este periódico, desde CCOO se limitan a recordar que hay un acuerdo pactado y que esperan que este salga adelante lo antes posible. Por su parte, Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha aprovechado una rueda de prensa para presentar las líneas maestras del sindicato de cara a 2025 para hacer un llamado a la calma y la reflexión: "Si se quiere abordar este tema [la reducción de jornada laboral], que se haga con un mínimo de inteligencia, con un mínimo de conocimiento. Reclamo a todos los miembros del Gobierno que cuando hablen de esto lo hagan con conocimiento de causa. Que no se sumen a los mensajes fáciles. Vamos a pedir rigor a todas las fuerzas políticas. No debemos olvidar que, según todos los datos que tenemos, dos de cada tres trabajadores quieren que se reduzca la jornada de trabajo".