La subida del SMI puede venir con truco. El Ministerio de Hacienda valora no tocar el IRPF para adaptarlo a una eventual subida del salario mínimo interprofesional, tal y como ha adelantado este viernes el diario El País. Fuentes del ministerio dirigido por María Jesús Montero subrayan a El Independiente que la decisión todavía no está tomada y que en este momento valoran todas las posibilidades.
De producirse, la medida constituiría toda una novedad. Hasta ahora, siempre que el Gobierno ha elevado el mínimo salarial que pueden percibir los trabajadores, ha hecho lo propio con el límite de IRPF a partir del cual este queda exento de pago. En esta ocasión, sin embargo, en Hacienda han surgido dudas.
Hace un año, el propio ministerio estimó en 1.385 millones de euros el dinero que iba a dejar de percibir por elevar la exención de IRPF para hacerlo coincidir con el nuevo SMI. Aunque esta pérdida, explicaron entonces desde Hacienda, se distribuye entre las administraciones territoriales y la Administración General del Estado, se trata de un dinero que el Estado puede necesitar el año próximo.
El motivo principal es que, aunque por el momento está presupuestado elevar el gasto público, el Gobierno se ha comprometido con Bruselas a reducir el déficit sobre el PIB. Si la economía crece al ritmo al que lo ha hecho el último año, el objetivo será factible. Sin embargo, si la economía frena o decrece, pueden venir curvas.
Desde Hacienda pueden dar otro argumento: desde 2018, el SMI ha crecido por encima del 50%, y puede haber llegado el momento de que quienes perciben este salario tributen IRPF, algo que ya hacen con las cotizaciones a la Seguridad Social. Y hay otra razón más: ajustar el IRPF al nuevo SMI no significa solo mover la exención para los 2,5 millones de personas que perciben este salario en España, sino que implica mover la barrera también para quienes cobran salarios próximos al SMI para evitar que el salto entre cobrar cantidades muy cercanas sea demasiado brusco y que quienes firman más salario, finalmente, reciben en su bolsillo menos dinero que quienes en teoría cobran algo menos.
En el otro lado de la balanza, quedan los trabajadores y los sindicatos. El comité de expertos creado por el Ministerio de Trabajo para evaluar de cuánto ha de ser este año la subida del SMI ha recomendado esta semana un incremento salarial de entre el 3,4% y el 4,4%. En la práctica, esto significaría que los trabajadores que perciban el SMI cobrarían al mes entre 1.172,5 y 1.184 euros, siempre en 14 pagas.
En un cálculo rápido, tomando como referencia el segundo caso, el mejor para los trabajadores, el salario anual sería de 16.576 euros, lo que supera el actual límite de exención de pago de IRPF en 700 euros. Aunque la retención final depende de factores como la comunidad autónoma en la que se reside y las personas que el trabajador tiene a su cargo, por ejemplo para un trabajador de la Comunidad de Madrid que no tiene personas a cargo este sueldo anual implicaría una retención del 6,57%, según la calculadora del Banco Santander. Al mes, el salario neto de este trabajador sería de 1.031 euros.
En total, distintos expertos estiman que, de no ajustarse, los impuestos pueden comerse cerca del 40% del aumento del SMI. Esto va en contra de lo que llevan meses defendiendo los sindicatos, que plantean que la subida del SMI debe orientarse a paliar una inflación que ya se ha comido el 80% de las últimas subidas del SMI y a aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores para acercarlo al 60% del salario medio, tal y como recoge la Carta Social Europea.
Desde UGT ya han dicho que no firmarán un SMI que no adapte el IRPF: "La prioridad del sindicato es garantizar que el importe del SMI llegue neto a las personas trabajadoras que lo perciben, quienes representan a las capas más desfavorecidas de la población y requieren un mayor apoyo institucional. Este objetivo implica también una responsabilidad directa del Ministerio de Hacienda para asegurar que estas medidas se implementen adecuadamente", han expresado en un comunicado.
Y añaden: "Para UGT, la prioridad sigue siendo mejorar las condiciones de vida de las personas trabajadoras, con atención a los más desfavorecidos, para lo que para fijar su cuantía minima se debe de seguir en la senda de alcanzar el 60% del salario medio tal y como marca la Carta Social Europea, y cualquier decisión sobre el SMI debe estar orientada a ese objetivo".
Con esto sobre la mesa, desde UGT y CCOO esperan acontecimientos. Después de que los expertos hayan emitido ya su veredicto, ahora el Gobierno debe citarlos para negociar con ellos el nuevo mínimo salarial, para el que los sindicatos quieren reclamar entre un 5% y un 6% de mejora. Pero por el camino, antes de acordar nada, Hacienda deberá decidirse.
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