Es una encrucijada nuclear que incomoda a parte del PSOE. Cuando en 2019 el Gobierno decidió poner fecha de cierre a los siete reactores que existen en nuestro país, no todos aplaudieron en el partido. En no pocos ayuntamientos y gobiernos locales apretaron los dientes. Durante cuatro décadas las siete centrales nucleares han dado empleo, economía y crecimiento a las comarcas y regiones en las que se han implantado, en muchos casos en comarcas sin otras grandes opciones industriales y con problemas demográficos propios de la llamada 'España vaciada'. La primera en la lista de apagado será la central de Almaraz, en Extremadura. En 2028 deberá cesar su actividad. En la provincia de Cáceres y, más aún en la comarca de Campo Arañuelo, hasta los socialistas se oponen a su cierre.

El sábado lo demostrarán en la manifestación convocada por la plataforma ‘Sí a Almaraz, sí al futuro’ para reclamar prorrogar la vida de la central. Acudirán tras una misma pancarta altos cargos del PP y del PSOE extremeño. La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, asistirá junto a otros cargos populares. También estarán los presidentes de la diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, y de la diputación de Cáceres, Miguel Angel Morales, ambos del PSOE. Lo harán junto a miles de vecinos, alcaldes y trabajadores de la central conscientes de que el cierre de la que es la primera empresa de toda Extremadura supondrá un revés económico difícil de revertir pero también un severo varapalo al reto demográfico al que se enfrenta la comarca.

Morales es el actual secretario general de los socialistas en Cáceres. No tiene duda de que debe asistir el sábado a Almaraz para luchar por la continuidad de la central es su obligación. Que la decisión la haya adoptado su partido no le suscita ninguna contradicción, “me da igual el color del Gobierno”, asegura a El Independiente: “Una cosa son los planteamientos teóricos y otra es la realidad de una provincia como la nuestra”, señala.

"El Gobierno debería ser sensible"

El plan de cierre previsto establece que el primero de los dos reactores deberá cesar su actividad en 2027 y el segundo un año más tarde. Las planificación a largo plazo que conlleva una infraestructura de estas características apenas deja un margen de cuatro meses para intentar revertir la orden gubernamental. Antes de abril habrá que decidir si efectivamente ya no se ordena la compra de más combustible ni brinda más formación y preparación al personal o si por el contrario, aún cabe la posibilidad de acceder a una prórroga a última hora.

“Hoy por hoy es la industria más importante que tenemos. Crea empleo y fija la población a la provincia. Tienen que ponerse de acuerdo. Primero las empresas, pidiendo la prórroga, y después el gobierno autorizándolo”, asegura el secretario general del PSOE en Cáceres.

Morales no oculta que “hasta hace poco” nadie del Gobierno se había puesto en contacto con él y que cuando lo han hecho ha procurado hacerles ver que la teoría que puede llevar a oponerse a la energía nuclear choca con la realidad socioeconómica de una provincia como la que alberga la central de Almaraz: “Si se produjera la petición de las empresas el Gobierno debería ser sensible a la necesidad de una provincia como la nuestra, en la que los pueblos no se nos mueran. Aquí todo dios habla de combatir el reto demográfico pero no sé cuáles son la soluciones para acabar con esta sangría demográfica que tenemos…”.

Por el momento, las alternativas en forma de proyectos industriales al cierre de la central están presentadas. Pero poco más. La primera de ellas, la creación de una gigafactoria de baterías de litio en Navalmoral de la Mata. Es una de las apuestas avaladas por Sánchez. Participó en la colocación de la ‘primera piedra’ en julio del año pasado pero a día de hoy las obras ni siquiera tienen licencia. El proyecto promovido por la compañía china Envision sigue en fase de revisión y ajuste.

Un centro de datos

El segundo de los grandes proyectos que se quiere promover en el entorno de la central de Almaraz es la construcción de dos grandes centros de datos, uno en Navalmoral de la Mata y otro en Valdecaballeros. El centro, de Merlin Properties, lo presentó la compañía ayer junto a la presidenta extremeña.

En el PSOE extremeño insisten en que el cierre de la central nuclear no debería llevarse a cabo hasta que no exista una alternativa adecuada, real y suficiente que pudiera mitigar el grave impacto que acarreará el cierre de los dos reactores de Almaraz. “Pero a día de hoy no sabemos nada en concreto, parece que algunas empresas van a venir pero a día de hoy sin ninguna realidad…”, asegura el presidente de la diputación de Cáceres.

Morales confía sin embargo en que la situación aún pueda cambiar, que la decisión pueda revertirse. Señala que “debería haber margen” para llegar a un acuerdo y superar las reticencias que las empresas habrían trasladado al Ejecutivo: “Me dice el Gobierno que esa petición para seguir no se ha trasladado de manera formal, que han quejas por el tema impositivo, las tasas, etc. Pero debería haber margen para el acuerdo, hablamos de la supervivencia, la viabilidad y el futuro de una provincia”.