Justo cuando las aguas parecían calmarse, las discrepancias vuelven a ser evidentes. Después de una semana en la que el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, han mantenido dos reuniones con el objetivo de acercar posturas, limar asperezas y aclarar malentendidos, como aquellas palabras en las que Díaz hablaba de que había que "ser mala persona" para no querer legislar la reducción de jornada (fuentes de Trabajo desmintieron después que Díaz se refiriera al titular de Economía), este viernes una y otro han vuelto a escenificar su distancia. El motivo, la reducción de jornada a 37 horas y media semanales pactado por Trabajo y sindicatos.

Desde el ministerio de Díaz y desde los sindicatos quieren que la medida se ponga en marcha ya y sin tocar de ella ni una coma. Sobre lo primero, objetivo conseguido: la medida se tratará en la próxima Comisión Delegada de Asuntos Económicos, que tendrá lugar el 27 de enero, un trámite previo a tratarlo en Consejo de Ministros. Desde Economía llevaban semanas haciéndose los remolones. Aunque apoyan la medida, saben que, para ver la luz, esta tendría que pasar por el Parlamento, donde el frágil apoyo con el que cuenta el Ejecutivo la pone en peligro.

Porque la reducción de jornada necesita el sí de dos partidos mucho más cercanos a la patronal que a los sindicatos: PNV y Junts. Mientras que los nacionalistas vascos se han abierto a dar su visto bueno con el argumento de que en su región la mayoría de las empresas ya limitan la jornada semanal a 37,5 horas, desde Junts las cosas no están tan claras.

Aquí entra en juego el segundo reclamo de Trabajo y los sindicatos: que el pacto no se toque. Porque, para atraer a Junts, Cuerpo es partidario de introducir en la reducción de jornada ajustes como una entrada en vigor paulatina y dar ayudas a pequeñas y medianas empresas que encuentren dificultades para ajustar su jornada. Su postura se topa con una barrera por ahora infranqueable: las competencias en materia de jornada laboral son de Trabajo, y ellos ya han pactado con los sindicatos un texto que no prevé ninguna de estas medidas. Dicho de otra manera: Trabajo y sindicatos consideran que, para tocar el pacto, ya es tarde. Pero Cuerpo insiste en ello, con lo que el conflicto, con reuniones o sin ellas, está servido.

Este viernes ha abierto fuego el propio Cuerpo desde Valencia: "Tenemos que conseguir que sea una aplicación efectiva y que llegue a todas las empresas. Para eso tenemos que acompañar a las empresas, especialmente a las pymes, que son las que pueden tener más problemas para llegar a esas 37 horas y media. Hay que ayudarlas a que nos ayuden. Hay que encontrar esos márgenes de flexibilidad para una entrada en vigor más progresiva de la medida. Esto será parte de la discusión inicial y de la discusión parlamentaria, estoy seguro".

Ha contestado Díaz en un acto de Sumar celebrado en Madrid para decir que nada de margen para flexibilizar la reducción de jornada y que el texto firmado no se toca: "Esta semana dimos un paso adelante. Hemos conseguido que la reducción de la jornada laboral siga su trámite y entre en las Cortes. Seguimos con nuestros objetivos intactos. Vamos a cumplir el acuerdo de Gobierno, vamos a tramitarlo con carácter de urgencia y vamos a respetar algo sagrado: los acuerdos de diálogo social". La ministra de Trabajo ha añadido además: "Si queremos tocar algo del diálogo social, eso significa que el diálogo social no sirve para nada. Vamos a defender el poder de negociación de los sindicatos, porque es clave para la democracia".

Desde CCOO se remiten a lo expresado por su secretario general, Unai Sordo, este jueves: "Respetamos los tiempos políticos, pero la posición del sindicato es clara: ni vamos a renegociar el acuerdo, ni vamos a admitir, al menos sin la crítica sindical, la modificación del mismo. Cuando haya un proyecto de ley y se someta a las enmiendas y propuestas de los grupos parlamentarios, ya veremos cómo se sitúa cada uno, y estaremos vigilantes con que no se desnaturalice lo que hemos pactado".

Por su parte, Fernando Luján, vicesecretario general de Política Sindical de UGT, subraya a El Independiente que espera que el acuerdo se mantenga intacto. "El Gobierno debe respetar a los interlocutores y respetarse a sí mismo. Es una cuestión de ser leal. No tengo ninguna razón para pensar que no van a respetar el acuerdo".

La negociación por el SMI, condicionada por Hacienda

En lo que tiene que ver con la negociación de la subida del SMI, que ha arrancado esta misma semana, la sintonía entre Trabajo y Economía es mucho mayor. "Hay excelentes relaciones entre quienes representamos el diálogo social. Es verdad que hay un informe de unos expertos que ha permitido establecer ciertos parámetros", relata Luján, que ha formado parte de estas primeras conversaciones.

En esta primera reunión, mientras que los sindicatos reclaman una subida de entre el 5% y el 6% para situar el SMI en 1.200 euros mensuales en 14 pagas, desde Trabajo sitúan la oferta en una subida de 50 euros al mes, lo que está en el rango de lo que propone el comité de expertos creado por Trabajo para evaluar la subida del SMI: entre el 3,4% y el 4,4%. "Al estar dentro de lo que plantean los expertos, es una oferta con la que estamos cómodos", ha dicho este viernes Cuerpo.

La inquietud viene en esta cuestión por otro lado: Hacienda. El ministerio dirigido por María Jesús Montero deshoja estos días la margarita acerca de si subir la exención de pago de IRPF una vez más para acomodarla a una eventual subida del SMI o si dejarla donde está. La segunda opción significaría que quienes cobran el SMI superarían el umbral de exención de pago.

Así, en un escenario con una subida del 4,4%, el máximo de lo que plantean los expertos, de los 700 euros de subida anual que recibiría cada trabajador, Hacienda se quedaría con 300 euros, más del 40% de la subida. Los sindicatos y Trabajo reclaman saber pronto si habrá ajuste o no. Sin embargo, por ahora, la única certeza es que la próxima reunión será el miércoles de la semana que viene. Se espera que en este encuentro la patronal, que ha pedido tiempo para evaluar la situación, fije su posición.