El regreso del Banco Sabadell a Cataluña tras haber mudado su sede a Alicante en 2017 ha levantado ampollas en diversos sectores de la sociedad alicantina. El consejo de Administración de la entidad que preside Josep Oliu acordó este miércoles trasladar allí su domicilio social como forma de escapar de la inestabilidad generada por el proceso independentista. Pero con las aguas más calmadas bajo la presidencia del socialista Salvador Illa, ha decidido emprender el camino de vuelta a casa.

La Generalitat Valenciana que preside Carlos Mazón se apresuró a decir tras conocerse la noticia que la marcha de la sede social ubicada en las antiguas oficinas de Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) no tendrá ningún impacto de relevancia. Allí se celebraban las Juntas Generales de Accionistas y se reunía el Consejo de Administración. Pero la sede operativa seguía a caballo entre Barcelona y Madrid.

Pero en la sociedad civil y a nivel de la pequeña y mediana empresa, fuentes cercanas a la Generalitat aseguran que sí existe "cabreo y malestar" por la marcha. Una decisión que ven como una "traición" trufada de motivos políticos. Sobre todo en plena OPA del BBVA sobre la entidad catalana, que el Gobierno de Pedro Sánchez puede vetar en último término.

A nivel fiscal, el posible recaudatorio para el Gobierno de Mazón parece ser limitado. Aunque el mayor impacto se produce a nivel de imagen para la región que ha tenido que afrontar la catástrofe de la DANA en Valencia. El jefe del Ejecutivo regional, al que el propio Oliu y el consejero delegado César González Bueno trasladaron la decisión de volver a Cataluña, ha preferido guardar perfil bajo.

En este sentido, ha evitado el choque con la entidad consciente de que en el actual contexto no puede salir a confrontar. De puertas para afuera, la Generalitat dice tener la garantía del banco de que su compromiso con la Comunidad Valenciana y su tejido económico "sigue intacto".

Pero en el seno del Ejecutivo regional liderado por el PP no ha gustado nada el movimiento ni como se ha gestado. Durante la Feria Internacional del Turismo (Fitur) que se celebra esta semana en Madrid, Mazón ha situado el movimiento del Sabadell "dentro del contexto de una situación de debilidad" provocado por la "OPA, que se está produciendo en este momento".

En este sentido, ha considerado que la entidad ha querido "hacer algún que otro gesto a quién correspondía", en referencia al Ejecutivo central. Después de que la operación pase el filtro de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el Consejo de Ministros tendrá en su mano vetar la compra o imponer condiciones adicionales que la hagan inviable para el banco que preside Carlos Torres.

Oliu se reunirá con los empresarios

Oliu, por su parte, se ha comprometido con su homólogo en la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, a mantener "en breve" un encuentro con empresarios para trasladarles "tranquilidad" y las "nuevas medidas" ante el cambio de sede social. Así se lo ha trasladado Oliu a Baño en una conversación telefónica este miércoles, según ha informado la institución cameral alicantina en un comunicado que recoge Europa Press.

El máximo representante de la Cámara de Alicante asegura también que el Centro de Competencias Tecnológicas que el Sabadell tiene en el polígono alicantino de Agua Amarga va a seguir allí, según le ha confirmado el propio presidente del banco. Baño tachó la vuelta de la sede social del Sabadell a Cataluña "de una decisión más política que económica" que puede responder también a un "intento por salvarse de la OPA" lanzada por el BBVA, y la considera un "jarro de agua fría para Alicante". "Era algo que no nos esperábamos, para nada previsible", sentenció.

La propia Cámara de Comercio se llegó a personar ante la CNMC para "defender" a la entidad de la opa hostil lanzada por el banco vasco. "Apostamos porque haya diversidad y que los pequeños empresarios y pymes tengan más oferta, ya que cuando las entidades financieras se globalizan y unifican perdemos competitividad", aseguró.