El proyecto del Ministerio de Seguridad Social y Migraciones para retomar su idea de que los trabajadores puedan reincorporarse a sus puestos progresivamente tras una baja va tomando forma. El primer gran cambio con respecto a los primeros planteamientos: nada de baja flexible, solo se habla de alta progresiva. El segundo, los trabajadores a quienes va dirigido: solo aquellos que hayan pasado por una baja de larga duración, es decir, más de 90 días, tres meses.

Cuestiones como la duración de la propia reincorporación progresiva y las patologías a las que está reservada se resolverán en el futuro, según ha explicado este lunes la ministra del ramo, Elma Saiz, tras la primera reunión con sindicatos y patronal para tratar la cuestión.

"Ha sido muy positivo", ha resumido Saiz sobre este primer encuentro, antes de recordar que existen evidencias de que este tipo de reincorporaciones paulatinas pueden ser beneficiosas para los pacientes en casos de cáncer y de infartos. "Vamos a convocar grupos técnicos donde se va a contar con el Ministerio de Sanidad para, desde un rigor técnico, se siga avanzando en esta línea", ha ampliado la ministra.

Porque precisamente la cuestión médica es lo que centra buena parte del debate. Desde los sindicatos no quieren ni oír hablar de ligar la medida a cuestiones como el absentismo laboral. La incorporación progresiva, detallan, debe ser tan solo una posibilidad al alcance del trabajador que, una vez recibida el alta, quiera volver poco a poco a su trabajo, nunca una vía para que la empresa pueda presionar a los trabajadores para volver antes.

"Quiero ser muy clara: un trabajador que está de baja no puede trabajar. Estamos hablando siempre casos en los que el médico acredita que esa reincorporación puede ser beneficiosa para el trabajador. Pido que seamos exquisitos con el lenguaje. El trabajador va a estar en el centro de la propuesta", ha reclamado Saiz.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha reclamado para sentarse a negociar un informe de expertos médicos que diga que, en efecto, las altas progresivas son buenas para los pacientes: "Esta es una cuestión que vamos a abordar exclusivamente desde la perspectiva terapéutica, no desde el absentismo ni el recorte de derechos. Yo quiero escuchar a los especialistas. Si ellos dicen que en determinados casos es conveniente para el paciente, y son ellos los que activan la cuestión, lo podemos ver. Pero, hasta ahora, no tenemos ningún informe que diga esto. Sin ese informe previo, no vamos a negociar nada".

Unai Sordo, secretario general de CCOO, ha ido incluso un paso más allá: "No vamos a hablar de altas progresivas en ningún caso. Nosotros lo que vamos a evaluar desde un punto de vista técnico es si personas que tienen dada el alta pueden requerir algún tipo de reincorporación paulatina. No vamos a negociar ningún esquema que sirva para acelerar los procesos de recuperación de las personas que están de baja. No tiene nada que ver con el absentismo ni con el gasto de la Seguridad Social. Si un debate se vincula a otro, nos levantaremos".

La posibilidad de sentarse a negociar por parte de los sindicatos ya supone un cambio con respecto a lo que ocurrió el pasado mes de octubre, cuando lo que entonces se concibió como un potencial sistema de bajas flexibles se topó con la negativa frontal de la parte social de la negociación colectiva.

En ese momento, Saiz argumentó que, gracias a los avances médicos y a la tecnología, puede haber pacientes que, por ejemplo tras un cáncer, "puedan incorporarse a trabajar". Se trata de una idea similar a la planteada en análisis de Octavio Granado, exsecretario de Estado de Seguridad Social, publicado por Fedea el pasado mes de junio y titulado La incapacidad temporal, ausente en los documentos sobre la reforma del sistema de pensiones.

Entonces Seguridad Social insistió en que la propuesta se abordaría siempre desde la voluntariedad del trabajador. Aquello, sin embargo, no evitó ni siquiera las críticas en el seno del propio Gobierno. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pidió "no jugar" con la salud de los trabajadores. "Solo hay una razón detrás de la incapacidad temporal: proteger la salud de las personas trabajadoras. No hay más opciones ni razones. Ni flexibilidad, ni parcialidad, con la salud no se juega", expresó la también vicepresidenta segunda del Gobierno a través de un mensaje en sus redes sociales. Replanteadas, las nuevas altas progresivas parecen contar con algo más de recorrido.