Las acciones de Talgo han retrocedido un 11% en un año. El valor de los títulos del fabricante vasco de ferrocarriles ha remontado en las últimas semanas, pero acumula una bajada importante tras doce agitados meses en los que no ha encontrado un comprador o un socio industrial capaz de dar oxígeno a su abultada cartera de pedidos.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decretó este jueves la suspensión de la cotización durante más de cuatro horas tras la mejora de la oferta presentada por la también vasca Sidenor, de la mano del Gobierno vasco a través del fondo Finkatuz. Una propuesta que implica la renuncia a presentar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) para hacerse con el 100% de la empresa.

Desde que comenzó este 2025, el precio de las acciones se revaloriza, eso sí, un 14,12%. Pero la fecha fijada en rojo en el calendario por sus principales accionistas para recibir ofertas se acerca. Y el desenlace no está nada claro, con varias opciones sobre la mesa para el fondo Trilantic. Este es el accionista mayoritario a través de la sociedad Pegaso Transportation, en la que también participan Torreal, el brazo inversor de Juan Abelló y distintos miembros de la familia fundadora Oriol.

El consorcio encabezado por Sidenor (presidida por el empresario José Antonio Jainaga) está dispuesto a pagar hasta 4,8 euros por acción por el 29,77 % de la compañía, hasta un total de 177 millones de euros. Además de la siderúrgica vasca, están el citado fondo Finkatuz, la Fundación Bancaria BBK y la Fundación Bancaria Vital.

Su oferta se queda por debajo de los 5 euros por acción que ponía encima de la mesa el conglomerado húngaro Ganz-MaVag Europe por hacerse con el total del capital de la empresa por 620 millones. Justo hace un año, el 8 de febrero de 2024, la CNMV también decretaba la suspensión cautelar de la negociación de las acciones en el mercado ante las informaciones sobre la OPA.

El Gobierno de Pedro Sánchez se opuso a ese movimiento y en agosto vetó "por razones de seguridad nacional" la posibilidad de que la compañía vasca cayese en manos húngaras. El consorcio estaba participado por el Estado húngaro, al frente del que se sitúa el primer ministro ultraderechista Viktor Orban, con vínculos con el presidente ruso Vladimir Putin. El Ejecutivo finalmente frenó esa posibilidad sobre una compañía que considera "estratégica".

Antes ya había trascendido la opción del grupo checo Skoda Transportation, que proponía combina los negocios de ambas compañías y sopesaba una integración industrial. Pero la propuesta no iba acompañada de números y, finalmente, quedó aparcada en vía muerta.

Ahora, en paralelo a la opción de Sidenor -la preferida por el Gobierno-, están sobre la mesa otras dos opciones para la compañía; la del Fondo Polaco de Desarrollo (PFR), propietario del fabricante de trenes Pesa; y la de la india Jupiter Wagons. Pero aún no se sabe las intenciones de cada una en cuanto al porcentaje de capital al que aspiran o el precio que están dispuestas a poner encima de la mesa para una eventual compra.

Talgo y Pesa rubricaron el pasado mes de septiembre un memorando de entendimiento para sondear una posible colaboración en el desarrollo de la nueva red ferroviaria de alta velocidad en Polonia.