El mayor temor pueden no ser los aranceles, sino su impacto colateral. El anuncio del presidente de los EEUU, Donald Trump, de aplicar de aranceles del 25% a todo el acero y aluminio que entre en su país puede no ser lo peor. El sector siderúrgico teme que la aplicación de la medida a otros mercados, en especial al chino, pueda incluso ser más perjudicial para las acerías españolas. Hoy los EEUU apenas representan el 3,3% del total de las exportaciones siderúrgicas españolas. El montante económico, pese a no ser desdeñable, representa un volumen de 371 millones de euros en el mercado estadounidense en el caso del acero y de 111 millones en exportación de aluminio español.

La duda que a la espera de conocer y analizar los detalles de la medida anunciada pasa por ver cómo esa política arancelaria puede hacer virar a un gigante de la siderurgia como es China, el primer productor de acero del mundo. Si las acerías chinas ponen los ojos en el mercado europeo para sortear así el impacto arancelario en EEUU e intensifican su competencia en Europa, todo se complicará.

Francia fue el destino del 21% de las exportaciones de la siderurgia española, seguida del 16% que fue a parar a Portugal y entre el 6% y 10% que se exportó a Italia, Alemania y Reino Unido. Si en estos mercados la política arancelaria de Trump precipita una mayor penetración de productores asiáticos como China, el impacto será importante. El sector recuerda que los costes y condiciones de producción que ellos deben asumir en un proceso de descarbonización como en el que están inmersos -tienen marcada la neutralidad climática en 2050-, además de un marco laboral más exigente, complica poder competir en igualdad de condiciones.

En nuestro país grandes compañías como Arcelor, Tubos Reunidos, Sidenor o Acerinox son la cabeza de un sector que emplea a más de 27.000 personas. Un sector que se concentra en comunidades autónomas como el País Vasco o Asturias pero que está presente en once comunidades. En el caso vasco, el de mayor relevancia del sector, el 15% de su producción se exporta a EEUU. Compañías como Tubos Reunidos destinan al mercado estadounidense la mitad de su exportación y en casos como los de Acerinox contar con una planta en EEUU puede beneficiarle y limitar el impacto de esta política arancelaria. En el sector confían en que el impacto negativo de una medida de estas características pueda compensarse con un incremento de la demanda de acero por parte del mercado de los EEUU inmerso en un relanzamiento de la producción de petróleo y gas.

Ante este previsible escenario, desde la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID) -la Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de productos de Primera Transformación del Acero de España- alertan del tensionamiento del mercado en el que irrumpe la medida de Trump. Recuerdan que existe una “sobrecapacidad global de acero” que se ha convertido en un “desafío crítico” para el sector en España y en Europa “que genera distorsiones en el comercio”.

"No se rigen por las reglas del mercado"

En su último informe anual la UNESID ya subrayaba que el sector sigue sometido a una competencia muy fuerte “y no siempre leal”. Señalan que en el mercado existen empresas “que no se rigen por las reglas del mercado sino que reciben subvenciones y ayudas de sus gobiernos, al tiempo que estos gobiernos cierran los mercados de la competencia internacional”.

La producción del sector siderúrgico en España acumula un descenso constante en los últimos años. El último dato anual, correspondiente a 2023, fija la producción en 11,4 millones de toneladas de acero, muy lejos de los 14,2 millones de 2021. En comparación con la actividad de 2015, la siderurgia española produce hoy un 23% menos.

En esta tendencia, también las exportaciones han descendido de manera significativa. En 2023 se comercializó en mercados externos al español un volumen de 7,7 millones de toneladas, un 20% menos que lo que se exportó en 2015 (9,4 millones de tonelada). En el otro lado de la balanza, España importó 10 millones de toneladas ese año.

Para hacerle frente llaman a reaccionar cuanto antes y a hacerlo de manera coordinada gobiernos, empresas y organismos internacionales de la mano. La UNESID cree esencial que se reactiven las negociaciones entre la UE y los EEUU “con el objetivo de mantener las condiciones actuales y alcanzar acuerdos de largo plazo que garanticen la estabilidad y previsibilidad en las relaciones comerciales”. Urgen a la Unión Europea a alcanzar acuerdos “con los principales actores mundiales” para abordar el problema de la sobrecapacidad siderúrgica.

"Europa debe ponerse las pilas"

Desde el Clúster Siderúrgico Vasco (Siderex), su director general, Asier San Millán, también apela a la necesidad de que Europa aplique medidas proteccionistas, “Europa debe ponerse las pilas”, asegura. Este organismo considera que las medidas que se adopten deben acordarse con mayor diligencia y rapidez para minimizar el posible impacto de la política arancelaría de los EEUU. “La derivada de todo esto es China, si no puede exportar a EEUU lo hará a Europa y eso supondrá un gran impacto para todos nosotros en precios, producción, etc”, subraya San Millán.

Ya en 2028 el primer gobierno de Trump impuso medidas arancelarias del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio. En aquella ocasión argumentó “razones de seguridad Nacional”, recuerda en sector. Entonces el impacto a las exportaciones se cuantificó en 6.400 millones de euros. La UE implementó contramedidas arancelarias a los productos estadounidenses por valor de 2.800 millones de euros. No fue hasta 2021 cuando ambas partes alcanzaron acuerdos para suspender temporalmente estos aranceles, afectando a volúmenes pactados de acero y aluminio.