El aterrizaje en Talgo del nuevo consorcio liderado por la vasca Sidenor ha empezado con el anuncio de una posible huelga de los trabajadores, una acción que cae en bolsa y los inversores polacos borrando la posibilidad de entrar en el capital del fabricante vasco de trenes, aunque sin cerrar la puerta a una futura alianza industrial. Precisamente, la compañía estaba necesitada de un socio que le permitiese dar salida a su abultada cartera de pedidos.

Precisamente, esos cuellos de botella tienen en parte algo que ver en los retrasos de entrega de los trenes Avril a Renfe (serie 106), por lo que la pública española le impuso el pasado mes de diciembre una multa de 116 millones que ahora trae consecuencias a nivel laboral, como les ha sido trasladado a los trabajadores.

La sanción que tiene que reflejar en las cuentas de 2024 "supondrá que los 2.600 empleados de la compañía dejen de ingresar 10 millones de euros en variables salariales correspondientes a ese año", aseguran desde el sindicato mayoritario en la compañía, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF). Así lo contempla el artículo 44 del convenio colectivo de la empresa.

Por ello, han convocado paros y movilizaciones en todas sus bases de mantenimiento de trenes fabricados por Talgo. También en la compañía Tarvia, que se encarga de la revisión de los trenes del modelo Avril y que está participada por Renfe. Las protestas afectarían al funcionamiento de 22 líneas ferroviarias (la mayoría con origen y/o destino Madrid o Barcelona y conectando con el sur, levante y el norte de España).

Desde el sindicato aseguran que el retraso en la entrega de material a Renfe no debe acarrear consecuencias sobre las nóminas de la plantilla. Asimismo, aseguran no aceptar la multa millonaria en su totalidad, dado que "gran parte de los retrasos se debieron al impacto de la pandemia, el confinamiento y la crisis de proveedores (que causó el retraso en la llegada del material), así como la falta de vías para realizar las pruebas y de maquinistas".

Los polacos no entrarán en el capital

Por su parte, el fondo polaco público PFR emitió este lunes un comunicado en el que deja claro que "no prevé realizar ninguna inversión de capital en Talgo como accionista minoritario". Eso sí, dicen seguir abiertos "a explorar otras formas de cooperación en el futuro" a través del Grupo Pesa, el mayor fabricante de material rodante de Polonia.

En este sentido, considera a Talgo "como un socio de valor" y reconoce que existen oportunidades para que la colaboración entre Talgo y PESA continúe en el marco del Memorando de Entendimiento (MoU) firmado en septiembre de 2024.

Caída del 3% en bolsa

Mientras tanto, y la espera de acontecimientos, la acción de la compañía en bolsa sigue en declive. La compra del 29,7% del capital a la sociedad instrumental Pegaso por parte del consorcio formado por Sidenor, el Fondo Finkatuz (Gobierno Vasco) y las fundaciones bancarias BBK y Vital, no ha convencido al mercado. Los títulos de la compañía cerraron la sesión de este lunes en 3,68 euros, una caída del 3,16%.

El pasado viernes se consiguió cerrar un acuerdo con unas condiciones económicas incorporan una actualización de la oferta que el consorcio vasco había trasladado a los propietarios de las acciones el pasado 6 de febrero. El precio final por la parte del capital se eleva hasta un máximo de 5 euros por título.

El precio está estructurado en dos tramos: (i) un primer tramo fijo de precio por acción de 4,15 euros (ii) un segundo tramo variable de precio por acción de 0,85 euros y que dependerá, en todo caso, del cumplimiento por parte de Talgo de determinadas magnitudes financieras durante los ejercicios 2027 y 2028. De momento, falta por concretar cuáles son esas condiciones.