Josu Jon Imaz le ha ganado la primera batalla judicial a Ignacio Sánchez Galán. La justicia ha rechazado la demanda por 'ecopostureo' o 'greenwashing' que Iberdrola había presentado en un juzgado de Santander contra la petrolera Repsol. En ella, acusaba a la compañía de publicidad engañosa al presentarse como una empresas medioambientalmente sostenible pese a ser los combustibles fósiles su actividad principal.
El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander ha desestimado la demanda ya que no aprecia que en sus comunicaciones y campañas exista una publicidad engañosa, ilícita y desleal que constituya una competencia desleal. En su resolución, dada a conocer este martes por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, el juez señala que "no se acredita" que la publicidad y la web de Repsol puedan inducir a error "sobre la naturaleza de una compañía hoy multienergética, pero fundamental y tradicionalmente petrolera".
La sentencia, conocida esta mañana, es el resultado del juicio celebrado el pasado mes de noviembre en la Audiencia de Santander. En ella, la demandante, Iberdrola, defendió que algunas campañas publicitarias de Repsol vestían la actividad de la compañía de modo engañoso al presentarse bajo una imagen de empresa verde y sostenible cuando los combustibles supone el 90% de su facturación. Acusó a Repsol de mentir al presentarse como una compañía comprometida con la sostenibilidad. Repsol en todo momento ha negado esas acusaciones. Repsol siempre ha negado que practique el "ecopostureo" o "greenwashing".
Repsol, argumentos "infundados y descontextualizados"
Repsol ha valorado la resolución judicial que recuerda ha desestimado "íntegramente" la acusación por supuesta competencia desleal y publicidad engañosa. Reitera que desestima "punto por punto" el cuestionamiento de los quince contenidos y mensajes de la web corporativa de Repsol, así como las tres campañas publicitarias en las que se había basado la demanda. En su opinión, la sentencia demuestra "la realidad del compromiso de Repsol con la sostenibilidad" así como sus esfuerzos y avances en una transición energética socialmente justa y basada en la neutralidad ecológica". También apunta que queda avalado "el afán de la compañía por comunicar de forma veraz y transparente".
En su comunicado, la petrolera arremete con dureza contra Iberdrola al afirmar que ha quedado al descubierto "la estrategia de Iberdrola de descontextualizar los mensajes y campañas publicitarias de Repsol para desacreditarla y así limitar la competencia en el mercado eléctrico". Reitera que Repsol y ya tiene 2.5 millones de clientes, un 15% que al cierre de 2023.
Subraya que en la sentencia se remarca que la sostenibilidad no es un concepto sinónimo de los respetuosos o neutro con el medio ambiente sino que se basa en "tres dimensiones; lo ecológico, lo económico y lo social". Añade que el juez niega que el compromiso de Repsol de alcanzar las emisiones cero netas en 2050 sea "un acto publicitario" y que el proceso de transición energética en marcha en la compañía comprometa "la competitividad".
Repsol lamenta que Iberdrola acudiera a los tribunales "con argumentos infundados y descontextualizados y le invita a "acostumbrarse a competir en un mercado abierto, en beneficio de los consumidores".
Competencia en el mercado eléctrico
En el trasfondo de esta batalla ante la Justicia se esconde un pulso en el mercado eléctrico español al que Repsol ha entrado con fuerza hace apenas un lustro. Lo ha hecho arrebatando clientes a las principales eléctricas y creciendo a un ritmo mucho mayor que ellas. El mercado eléctrico está dominado por tres compañías: Iberdrola, Endesa y Naturgy. Con la entrada de la petrolera Repsol, entre las cuatro concentran el 90% de los clientes. Repsol cerró el año pasado con 2,5 millones de clientes en el mercado eléctrico y se consolida como la cuarta energética en número de contratos. Es ahí donde Repsol ha situado siempre el motivo de la denuncia, en el “nerviosismo”, dijo Imaz, que su rápida irrupción en el mercado eléctrico le está provocando a Iberdrola.
La energética de Sánchez Galán está a la cabeza de las comercializadoras de electricidad. Lo hace a gran diferencia, con 10,4 millones de clientes y un 34% del mercado. Tan sólo Endesa le amenaza el liderazgo con 10 millones de clientes. Por el momento la clasificación eléctrica de Repsol se asemeja a la de Naturgy, con 2,6 millones de clientes.
El temor, viene insistiendo Repsol, que esconde la demanda por “publicidad engañosa” y “competencia desleal” es que la capacidad de la compañía petrolera pueda ir acortando esas distancias en pocos años. El consejero delegado lo ha repetido en varias ocasiones, Iberdrola no está acostumbrada a competir en un mercado abierto, “más bien está acostumbrada a moverse en entornos regulados que dependen del BOE”: “Sólo busca limitar la competencia y el crecimiento de un operador emergente como Repsol en el sector eléctrico”.
¿Publicidad engañosa?
De este modo, la sentencia desestima la principal acusación y sobre la que se sustentaba la demanda. Iberdrola defendía que Repsol incurría en evidente ‘greenwashing’ o blanqueo ecológico al trasladar a los consumidores en sus campañas y al mercado en sus mensajes corporativos algo que –según la eléctrica vasca- no se correspondería con la verdad. Iberdrola cuestionaba que se presente como eminentemente sostenible, con productos renovables y al mismo tiempo oculte cuál es la actividad principal de la compañía petrolera y su impacto negativo en el medioambiente. Iberdrola consideraba que de este modo se socava los esfuerzos de quienes sí trabajan de modo esencial con productos medioambientalmente sostenibles.
En la petrolera vienen recordando que ahora son una compañía ‘multienergía’, que los pasos dados en materia sostenible han sido importantes y rápidos, que su modelo se ha transformado. Hoy la petrolera cuenta con 2 GW de energía renovable instalada, 2.000 puntos de recarga eléctrica y una planta de hidrógeno renovable en marcha, entre otros proyectos ‘verdes’ planificados. También recuerda, lo ha hecho Imaz de modo reiterado, que su actividad no se puede tranformar por completo de la noche a la mañana, que sus plantas no se pueden cerrar y que el suministro del que depende la economía no puede detenerse.
En Repsol siempre han sostenido que sus mensajes responden a su plan de desarrollo y estratégico que tiene en la ambición en la transición energética y la apuesta por las energías renovables su gran eje. En su web la compañía reconoce que tiene instalados 3.300 MW de potencia de generación energética de baja emisiones y que prevé aumentar su potencia hasta los 7,5 GW en 2025 y hasta los 15 GW en 2030. También que tiene en desarrollo seis grandes proyectos renovables; tres parques eólicos y tres fotovoltaicos, entre otros proyectos.
Iberdrola y la "victoria social"
En una primera valoración de la sentencia, Iberdrola señala que, pese a que el juez considera que los consumidores españoles conocen lo que es Repsol y que su actividad principal son los combustibles fósiles y no aprecia que sus mensajes publicitarios afecten a su decisiones de consumo, "tal interpretación entendemos que es contraria a la que se considera en los países de nuestro entorno y en la Unión Europea". Apuntan que esa normativa el juez no la considera aplicable, "por lo que se pone más de manifiesto la necesidad de que España establezca normativa para luchar contra el 'greenwashing', práctica que no merece análisis en la sentencia notificada.
La eléctrica de Sánchez Galán ha reaccionado asegurando que el proceso ha supuesto una "victoria victoria social" ya que ha supuesto que por primera vez "se hable de forma generalizada entre la opinión pública y se denuncien las prácticas de 'ecopostureo', de lavado verde, de empresas contaminantes que tratan de presentarse como si no lo fueran". Fuentes de la eléctrica consideran que es un avance que las administraciones públicas, organizaciones ecologistas, las asociaciones de consumidores "hayan denunciado las mismas prácticas que denuncia nuestra compañía".
Recuerdan que el Parlamento Europeo y el Consejo de Europa han propiciado una directiva que "empodera a los consumidores" a través de una legislación específica contra las prácticas desleales y frente al 'greenwashing'. Subrayan que con esta directiva en vigor y una vez traspuesta a nuestro país se atenderá "un cierto vacío legal sobre esta materia en España". Para Iberdrola, la lucha contra el 'greenwashing' tiene aún "mucho camino por recorrer" y la creación de una opinión pública contraria a esas prácticas es una responsabilidad colectiva de "una sociedad cada vez más concienciada en contra de aquellas actividades que aceleran el cambio climático".
Estas fuentes subrayan que la sociedad reclaman "una información veraz, clara y sin engaños y por ello seguiremos denunciando aquellas actitudes y comportamientos que disfracen la verdad".
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