El proceso también les afectará a ellas. Viven al calor de las centrales nucleares y emplean a algo más de 20.000 trabajadores. El cierre de las cinco centrales nucleares y siete reactores que España ha programado, también podría ser su final. La industria auxiliar de la energía nuclear ve peligrar su subsistencia en el proceso que se iniciará con el cierre de la central de Almaraz en 2027 y que concluirá en 2032 con el desmantelamiento de las centrales de Trillo y Valdellós. Por eso este martes alzó la voz en forma de un comunicado para reclamar al Gobierno que reconsidere su plan de desnuclearización del sector energético español.

En un manifiesto reclaman que se renegocie el acuerdo alcanzado en 2019 y que contemplaba el cierre de las centrales. Recuerdan que se alcanzó "en un contexto industrial, geopolítico, social y económico completamente distinto al actual". Señalan que el cierre provocaría una merma de competitividad del tejido productivo español al no poder disponer de una energía como la nuclear que aún hoy representa el 21% del mix energético. Apelan a la necesidad de asegurar de modo previo al cierre una energía limpia capaz de cubrir ese aporte de las nucleares, alternativa que hoy por hoy no se ha encontrado.

Subrayan que disponer del aporte de la energía nuclear permitiría reforzar la autonomía energética del país y no poner en peligro el suministro. La industria auxiliar también urge a asegurar la viabilidad de las centrales "haciendo especial hincapié en la excesiva presión fiscal que soportan".

Centrales modernas y seguras

Afirman que además del impacto en las propias centrales y sus trabajadores, la medida también incidirá en la importante industria auxiliar que ellos representan y que vive de estas instalaciones. El sector nuclear genera cerca de 20.000 empleos, en muchos casos altamente cualificados en empresas energéticas, fabricación de componentes y servicios de apoyo. El "desmantelamiento prematuro" supondría un golpe para las economías de las regiones donde operan, recuerdan. El manifiesto ha sido rubricado por representantes de Empresarios Agrupados Ghesa, Framatome Spain, GD Energy Services, GE Vernova, IDOM y Westinghouse Electric Spain.

Llaman al Gobierno de España y a las autoridades competentes a una revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) incorporando las medidas necesarias para garantizar la continuidad de la energía nuclear: "Instamos a una política energética basada en criterios técnicos y económicos, alineada con las prácticas internacionales que valoran la energía nuclear como esencial para la transición ecológica", apuntan y añaden que otros países están cambiando de postura para rectificar.

En el manifiesto también defienden la extensión de la vida de las centrales como solución sostenible. Destacan que las centrales nucleares españolas "están modernizadas y en condiciones de operara durante muchos años más, 60 e incluso 80 años". Los firmantes del manifiesto consideran que la prolongación de la vida operativa de las centrales nucleares permitiría garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema energético, en creciente demanda, sin poner en peligro la seguridad del suministro, ni la expansión de infraestructuras renovables.

Alejar inversiones

Recuerdan que el cierre anticipado de las centrales nucleares supondrá un alto coste ambiental y económico, afectando a los ciudadanos y destruyendo miles de empleos en la industria y sectores asociados.

Por otra parte consideran que el cierre alejará la potencial atracción a nuevas inversiones estratégicas en sectores clave como los centros de datos, la industria electrointensiva y los reactores modulares pequeños (SMRs), que consideran fundamentales para la modernización energética y la reindustrialización de España.