Es una red invisible en la señalética vial pese a que crece de año en año. En España existen ya algo más de 40.000 puntos de recarga eléctrica de acceso público. Sin embargo, los usuarios deben seguir consultando a través de las aplicaciones de sus propios vehículos o de otros soportes su ubicación. En las principales carreteras o vías urbanas no existen indicaciones al respecto para los casi 600.000 conductores con coche eléctrico. Ahora, el Ministerio de Trabajo ultima un plan para comenzar a incluir en sus nuevas señales indicadores que diferencian los puntos donde se podrá recargar tanto gasoil y gasolina como electricidad en electrolineras en las que recargar las baterías o incluso estaciones de servicio con cargas de gas licuado de petróleo (GLP) o autogás.  

La medida venía siendo reclamada desde hace años por el sector, que veía cómo pese a que la red de recarga ha seguido ampliándose en todos estos años el uso de las mismas es aún muy reducido. También confían en que así se pueda revertir lo que consideran que es una idea errónea y muy extendida como es que la red de electrolineras en España sigue siendo muy limitada. Actualmente, según datos de la Asociación para la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) estos puntos de recarga apenas son utilizados el 6% del tiempo que las estaciones de servicio están abiertas.

Fuentes de AEDIVE señalan que la señalética en las principales vías ayudará a que su empleo sea mayor y a que también la rentabilidad, y con ella la apuesta por seguir ampliando la red, se incremente.  

Durante las últimas semanas han existido contactos entre representantes del sector y el Ministerio del Trabajo cuyo compromiso es que en breve plazo comiencen a verse los nuevos pictogramas en las principales vías del país. Su implantación será progresiva a medida que se vayan renovando las señales. Las primeras en las que se iniciará la ‘electrificación’ de las señales será en las vías de mayor tránsito y desde allí se irán extendiendo al resto de la red viaria.

Tres pictogramas, tres energías

En realidad, el compromiso para adoptar este cambio se remonta al año 2021, cuando se aprobó la ley de Cambio Climático y Transición Energética. En ella el Ministerio de Transportes se comprometía a incorporar en el catálogo oficial de señales de circulación las relativas a la identificación de los puntos de recarga en las vías. En ella se recogían los pictogramas que se deben emplear para cada caso.

La indicación para señalar la ubicación de una estación de servicio que además de surtidores de carburante ofrezca recarga eléctrica añadirá al dibujo actual -un surtidor de color negro relativo al gasoil y la gasolina-, un pictograma de color verde que representa el electrolizador. Junto a él figurarán las letras mayúsculas ‘E’ y V’ y un enchufe. En los casos en los que se trate de una estación únicamente eléctrica tan sólo aparecerá este elemento. Por último, se contempla una tercera señal para las estaciones de servicio que también cuenten con disponibilidad de gas licuado de petróleo (GLP) o autogás. En estos casos, a los dos pictogramas anteriores –combustible y carga eléctrica- se le suma un pictograma que simboliza un surtidor de color azul junto a las letras GLP.

La ampliación de la red de acceso público es uno de los elementos en los que el sector de la movilidad eléctrica más énfasis está poniendo para impulsar el parque eléctrico en España. Pese al crecimiento que se produjo el año pasado, con algo más de 10.000 puntos nuevos (un 33% más), la red prevista en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) propone extenderlo hasta los 250.000 en 2030.

Cataluña, la comunidad con más recarga

Cataluña es la Comunidad autónoma donde más puntos de recarga eléctrica para vehículos existe. Concentra cerca del 19% del total, muy por encima de Madrid, con el 12,9% o Andalucía, con 12,4%. El tipo de puntos de recarga existentes son, en más de la mitad de los casos, de carga lenta, de 22 Kw o menos. Sumaban al cierre del año pasado 26.375 puntos. A ellos se suman otros 9.158 cuya potencia oscila entre los 22 y 50 Kw, los llamados puntos de carga ‘rápidos’. Los ‘ultrarrápidos’, de más de 50 Kw, suman ya casi 5.000 puntos.

Fuentes de la AEDIVE aseguran que en algunos casos los usuarios se encuentran con puntos de recarga que no están activados a la espera de que superen las preceptivas pruebas de recarga. Una vez en marcha, estas instalaciones deben pasar pruebas de mantenimiento.

Actualmente la carga más económica es la que se lleva a cabo en los puntos instalados en domicilios o garajes particulares o en lugares de trabajo, en muchos casos conectados a la corriente alterna y de baja potencia. Son proceso de carga que requieren un mayor tiempo pero que suponen un coste más reducido. En cambio, durante trayectos o desplazamientos más largos, para que la parada, el tiempo de recarga, se reduzca se requiere de mayor potencia y eso encarece el precio. En función de la potencia, en estos casos a medida que se incrementa el coste final de la operación se equipara al del combustible fósil tradicional.

Menos 'visitas' al taller

Según estimaciones de AEDIVE, el coste medio para un desplazamiento de 100 km con combustible ronda los 9 euros y con el precio de una carga eléctrica media en un punto de acceso público, 8,5 euros. Recuerdan, sin embargo, que los usuarios deben valorar que en términos generales el coste de uso de un vehículo eléctrico es “significativamente más económico que el de un vehículo térmico” y conlleva menos “visitas al taller”: “Tiene menos piezas, una ausencia de circuitos auxiliares de lubricación y ventilación, no hay filtros de aceite, etc”.   

Precisamente en febrero de este año la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), ha asegurado que las matriculaciones de coches 100% eléctricos (BEV) experimentaron un crecimiento del 54,2%, con 6.888 unidades vendidas. Un buen dato con el que confían en que la penetración del vehículo eléctrico comience consolidarse. Por ahora, España está muy lejos de los 5,5 millones de vehículos eléctricos que contempla el PNIEC para 2030. Para lograrlo habría que multiplicar por nueve el actual parque eléctrico.