Es una de las grandes incógnitas: ¿está España preparada para prescindir de la energía nuclear dentro de una década? En el sector energético son mayoría quienes consideran que no, que la continuidad de esta fuente de energía que vive un renacer en Europa es imprescindible para garantizar el suministro. En el Gobierno, en cambio, insisten en mantener su plan de cierre para las cinco centrales y siete reactores de los que ahora se genera cerca del 20% del total de energía que se consume en nuestro país. Los expertos recuerdan que acabar con la energía nuclear, además de problemas de abastecimiento, acarreará un incremento del precio muy relevante, de entre el 23% y el 35%.

Durante un encuentro celebrado este lunes por el Observatorio de Derecho de la Energía de la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE, expertos en energía de PwC España, Red Eléctrica de España y de los gobiernos de la Comunidad Valenciana analizaron los retos del futuro energético español en un clima de transición energética, cambio climático y autonomía. “Cerrar nucleares nos hace más vulnerables. El ciudadano no quiere volver a pasar por las facturas de 2022, ni ver que las empresas cierran por dejar de ser competitivas. Nuestro petróleo es el viento y el sol y son la mejor solución, pero tienen que equilibrarse con la nuclear”, asegura Manuel Argüelles, director de Energía y Minas de la Comunidad Valenciana.

El cierre de afrontar un final de la energía nuclear sin contar aún con capacidad suficiente para suplir su aporte energético por otras fuentes renovables tendría un impacto directo en el coste, recuerdan desde PwC. En concreto, según un informe de la consultora, se calcula que el incremento de precios rondaría el 23% en el caso de la factura doméstica y de las Pymes y del 35% en la Industria.

Asegurar su viabilidad

El responsable de Energía de PwC, Óscar Barrero, subraya además que esta dependencia de las nucleares se hará mucho más evidente en situaciones de extrema necesidad que pueda provocar el cambio climático, como sucedió con la Dana en Valencia: “El sistema requiere el respaldo de la tecnología nuclear, más aún en situaciones climatológicas adversas que vienen acompañada de baja contribución renovable. Las puntas de demanda se producen cuando se va el sol, no hay viento o hay demasiado y los parques no pueden operar”.

Antes de poder activar el apagado nuclear, los expertos insisten en que habrá que haber desarrollado una mayor capacidad de generación eléctrica renovable y de almacenamiento en nuestro país, con sistemas como los bombeos hidroeléctricos. De no hacerlo, la dependencia se incrementaría y el coste de la energía se elevaría afectando negativamente a la competitividad de las empresas.

Durante el abordaje del escenario que se abre actualmente, en pleno debate nuclear en España, el tratamiento de la fiscalidad que se aplica al sector juega un papel determinante. Es a él al que condiciona una posible viabilidad a futuro de las centrales nucleares las actuales compañías que las gestionan, como Iberdrola, Endesa o Naturgy. Los expertos ya han trasladado que el buen mantenimiento y actualización de las centrales nucleares en España les permitiría continuar operativas por al menos otros 20 años más.  

Fiscalidad convertida en 'losa'

Precisamente este jueves está previsto que la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen celebre una reunión con las principales compañías y asociaciones del sector nuclear para analizar en conjunto los próximos pasos que propone el Ejecutivo en el ámbito nuclear. Además, Aagesen se ha comprometido a escuchar las demandas de las principales compañías y asociaciones.

El Gobierno y la ministra han reiterado que el plan de cierre que plantea la clausura progresiva de las centrales entre 2027 y 2035 fue acordado con las compañías energéticas que las gestionan. En el sector esperan con expectación algún cambio de planes que se pudieran plasmar en la Planificación energética para el periodo 2025 a 2030 que el Gobierno presentará en unas semanas.

El Foro Nuclear, la patronal que agrupa a Iberdrola, Naturgy y Endesa, ha afirmado en reiteradas ocasiones que no ven futuro a una continuidad de las centrales nucleares en las actuales condiciones por la “asfixia” y “losa” en la que el Ejecutivo ha convertido la carga fiscal que pesa sobre ellas. Recuerda que desde 2019 la presión fiscal ha ido en aumento de forma exagerada hasta elevar de los 16 euros el MWh a los 28 euros MWh actuales. Un incremento que considera que hace “insostenible” la viabilidad económica de las centrales. Añade además que varios de los tributos que se les aplican “son redundantes” con objetos y bases imponibles “duplicados”.