"El Gobierno tiene que hacer su trabajo, que es velar por el bien común y el futuro de España". Así se pronuncia el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, sobre el papel del Ejecutivo de Pedro Sánchez en la OPA hostil puesta en marcha por BBVA para hacerse con la entidad catalana.

La operación de compra, en manos ahora de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), será la gran protagonista de la Junta General de Accionistas que el banco celebra este jueves y que también desarrollará en Bilbao el viernes la entidad que preside Carlos Torres.

El presidente del Sabadell apenas ve posibilidades de que BBVA eleve el precio que está dispuesto a pagar ni de que vaya a desistir de la operación. Aunque sí opina sobre un escenario que se ha puesto encima de la mesa. "Yo sin fusión no entiendo la operación", sentenció durante un encuentro con periodistas previo a la Junta, en el que también participó el consejero delegado, César González-Bueno.

Oliu defendió que "una subida del precio puede no mejorar la oferta para el accionista del Sabadell", ya que está el riesgo de que el mercado reaccione negativamente y hunda la cotización del banco vasco. También remarcó, frente a la tesis de BBVA, que las sinergias de 850 millones previstas no se darían en el caso de que la OPA triunfe pero no haya fusión.

Oliu reclamó asimismo "transparencia" y que el folleto que publique la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una vez se pronuncien tanto Competencia como el Gobierno "contemple con precisión lo que le puede pasar al accionista si acepta la oferta" de la entidad vasca.

En este sentido, consideró que "el Gobierno tendría que ser claro sobre las intenciones de si va a haber o no va haber fusión y en qué condiciones". Desde el banco catalán sostienen la tesis de que la ley es suficientemente amplia como para permitir al Gobierno vetar la fusión por razones de interés general, distintas a las de competencia. En el BBVA no lo ven así y creen que la norma es taxativa e impide ese margen discrecional.

Riesgo de perder clientes

"El Gobierno tiene en sus manos velar por el equilibrio en el sistema financiero del país. Y debe poner un marco de actuación para que las fuerzas del mercado puedan actuar", añadió Oliu. Así, cree que Moncloa podría fijarse en aspectos como el "crédito, las pymes o el equilibro territorial".

El presidente del Sabadell sostiene que la operación supone un serio riesgo en caso de que prospere. "Lo tendrían que hacer muy bien para evitar la pérdida de clientes en favor de la competencia", remarcó. "Es una gran oportunidad para los competidores y eso no me gusta", insistió.

Además, puso de manifiesto que la OPA supone un riesgo añadido para los accionistas. El Sabadell, sostuvo, es "un banco doméstico" sin la exposición -más allá de Reino Unido- de BBVA a mercados como México o Turquía. "El accionista debe saber que cambia su riesgo nacional por uno multinacional con parte muy importante en países emergentes", aseveró.

En este sentido, recordó que el coste de capital de la operación está por ver y subrayó que "llevamos más de un mes de prima negativa". "Es una operación que no está clara y cuánto va a ser la merma de capital que sufra el accionista", remató.

En la misma línea, insistió en que su aspiración no es competir con los bancos europeos o americanos" sino que aspira a "seguir apoyando a empresas españolas".

Precisamente, la tesis que defiende la entidad catalana es que las cesiones presentadas por BBVA a la CNMC no son suficientes para mitigar los riesgos para la competencia. Y que, al tener un carácter temporal y no estructural, pueden poner en peligro la financiación de las pymes. "Esta operación pone en peligro el bienestar en España porque pone en peligro al 75% del tejido productivo y eso no es reparable", agregó González Bueno tras señalar que la "operación ha descarrilado hace tiempo". "No es buena ni para España, ni para las pymes, ni para los clientes, ni para los accionistas". "Consideramos que no va a salir", sentenció.

De momento, asumen que el organismo que dirige Cani Fernández no impondrá condiciones duras que hagan descarrilar la OPA. Pero en un hipotético escenario de que la misma no siga adelante, Oliu tiene claro de que "si esto ocurre, habría una inyección de optimismo en la red del banco". El plan sería seguir adelante "como hasta ahora", tras la presentación de un nuevo plan estratégico.

Una vez que se pronuncie Competencia, el ministro de Economía Carlos Cuerpo tiene 15 días para elevar la cuestión al Consejo de Ministros, donde en el plazo de un mes se podrían endurecer o suavizar las condiciones impuestas por la CNMC. Después, la CNMV publicaría el folleto y se abriría el periodo de aceptación para que los accionistas puedan decidir si aceptan o no la oferta de BBVA. Si consiguen mayoría a favor, sería el momento de plantear la fusión de ambas entidades. Y el Gobierno podría vetarla.