El sistema del mutualismo administrativo español mediante el que se brinda a los funcionarios la posibilidad de recibir asistencia sanitaria privada supuso en 2023 un gasto total de 2.810 millones de euros. Así lo recoge la evaluación realizada por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) a instancias del Gobierno.

Un 62,3% (1.750 millones de euros) correspondió a las primas pagadas a las aseguradoras privadas por la atención sanitaria de los mutualistas que optan por esta modalidad. Precisamente, la renovación del concierto de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (Muface) se le ha resistido al Ejecutivo por el incremento millonario que reclamaban las compañías para presentarse al concurso para renovar el programa.

La prestación farmacéutica, según la AIReF, es la segunda mayor partida de gasto dentro del sistema de mutualidades, donde también se incluye la de jueces y fiscales (Mugeju) y la de las Fuerzas Armadas (Isfas). La citada prestación se divide entre el copago farmacéutico en oficinas de farmacia (503 millones, 17,9%) y la farmacia hospitalaria para pacientes externos de opción privada (109 millones, 3,9%). Estos últimos corresponden únicamente a los mutualistas de opción privada, ya que las mutualidades no pagan estas dispensaciones a los servicios públicos de salud por la asistencia sanitaria a los mutualistas de opción pública.

Por su parte, las prestaciones complementarias suponen otros 369 millones (13,1%), mientras que los gastos de funcionamiento de las mutualidades y las transferencias a la
Sanidad Militar por parte de Isfas alcanzan los 79 millones (2,8%). No en vano, las
mutualidades tampoco pagan primas a los servicios públicos de salud por la asistencia sanitaria prestada a los mutualistas que optan por la prestación sanitaria pública. Por lo que todo va a las aseguradoras privadas. "Esta estructura de gasto evidencia las complejidades y posibles ineficiencias de mantener un sistema con tres organismos independientes", critica el informe del organismo que preside Cristina Herrero.

Además, la Autoridad Fiscal propone dos cambios estructurales. Por un lado, que la adscripción al modelo del mutualismo sea voluntaria en lugar de obligatoria como hasta ahora. Y, por otro, que los nuevos funcionarios se incorporen progresivamente al Sistema Nacional de Salud (SNS). Ahora mismo, muchos de los que acceden optan ya por ser atendidos por la sanidad pública, pero tienen que estar adscritos obligatoriamente al mutualismo.

La investigación de la AIReF pone muchas cifras encima de la mesa. Así, señala que el gasto público sanitario de carácter asistencial del Sistema Nacional de Salud ascendió en 2022 a 1.405 euros por persona protegida y en el mutualismo a 1.030 euros por mutualista de opción privada. También dice que, de 2010 a 2022, el SNS registró un crecimiento del gasto sanitario asistencial per cápita de 401,6 euros, superior a los 355,4 euros del sistema mutualista. "La evolución temporal revela comportamientos muy diferentes en la gestión presupuestaria de ambos sistemas", expone el informe.

"Mientras el Sistema Nacional de Salud (comunidades autónomas más el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria - Ingesa) sufrió una significativa contracción durante el periodo 2011- 2014, las tres mutualidades muestran una evolución más estable y sostenida a lo largo de todo el periodo, con incrementos más moderados, pero sin experimentar retrocesos significativos incluso durante los años de restricciones presupuestarias", añade.

En todo caso, desde la AIReF dan por descontado que la brecha entre el coste del sistema público y del concertado se va a reducir a partir de ahora gracias al incremento presupuestario del 40% que ha aprobado el Gobierno para las primas en el caso de Muface. También lo sube un 17% en Mugeju e Isfas.

En cuanto al gasto sanitario per cápita, señala que entre 2010 y 2022 ha crecido más en el sistema mutualista (52,7%) que en el SNS (40,0%), con diferencias entre las tres mutualidades. "La evolución temporal muestra patrones distintos en ambos sistemas. Mientras que el Sistema Nacional de Salud experimentó una caída del gasto por persona durante el periodo 2011-2014, las mutualidades mantuvieron un crecimiento continuado, aunque con ritmos diferentes".