El 4 de noviembre de 2021 las acciones de Nike alcanzaron su máximo histórico con un precio de 179,10 dólares. Al cierre de este viernes su valor en bolsa estaba por debajo de los 64 dólares (menos de 60 euros al cambio actual), lo que implica que en menos de tres años y medio la firma americana ha perdido casi el 65% de su capitalización. Un desplome que llama la atención teniendo en cuenta que es una de las empresas más reconocidas del mundo.

En el último año esa caída supera el 30%, y desde principios del 2025 Nike ha perdido más del 10% de su valor. Según InvestingPro, que recoge las estimaciones de diversos modelos de inversión, la empresa está un 8,5% infravalorada en bolsa. Pero lo cierto es que lleva tiempo dando signos de debilidad a nivel financiero.

El pasado 21 de marzo la marca presentó sus últimos resultados, acordes al tercer trimestre de su año fiscal (diciembre de 2024 - febrero de 2025). En ese periodo se anotó un beneficio neto de 794 millones de dólares, una cifra que puede parecer muy alta, pero que supone un descenso del 32% respecto al mismo periodo del año anterior.

En esos meses la cifra de negocio de la compañía menguó un 9,3% a nivel global. Por regiones, los ingresos en Norteamérica cayeron un 4%. En Europa, Oriente Próximo y África, un 10%. En China disminuyeron un 17%. Y un 11% en Asia-Pacífico.

No es algo aislado. En los primeros nueve meses de su presente año fiscal Nike ha registrado hasta el momento un 28% menos de beneficio neto y un 9% menos de ingresos. Y para el cuatro trimestre restante desde la compañía ya cuentan con que tendrán que hacer frente a varios factores externos (como la crisis geopolítica o los aranceles) que, según Matthew Friend, su director financiero, pueden hacer que sus ingresos se desplomen otro 15% y su margen bruto sufra una caída de entre 400 y 500 puntos básicos.

En los últimos años Nike ha tenido que enfrentarse a varios retos. Algunos rivales les han arrebatado cuota de mercado, varios de sus mercados clave (como EE.UU. y China) están empeorando sus cifras e incluso Converse -bajo propiedad de Nike desde 2003- ha caído en picado. Por si fuera poco, la empresa también ha tenido problemas en su cadena de suministro, registrando algunas interrupciones que han encarecido sus productos y le han llevado a acumular un exceso de stock.

Con todo esto, InvestingPro otorga a Nike una puntuación de 2 sobre un máximo de 5 en salud financiera, basándose en más de 100 factores frente a empresas del sector de consumo discrecional y que operan en mercados económicos desarrollados.

Una nueva dirección

En septiembre de 2024 Nike anunció que repescaba a Elliot Hill para ocupar el puesto de CEO. El ejecutivo, que había actuado como jefe de operaciones comerciales y de marketing de la compañía hasta su jubilación en 2020, volvió de su retiro para sustituir a John Donahoe, que había ocupado el puesto durante los últimos cuatro años, en los que le dio tiempo a ver como la marca alcanzaba su máximo histórico y luego comenzaba a caer. El mercado reaccionó bien al cambio de primeras, pero lo cierto es que, de momento, no ha surtido el efecto esperado.

Hay que decir que la dirección de Donahoe fue bastante criticada por algunos analistas, especialmente por la decisión de reducir enormemente el número de socios minoristas y de descuidar la innovación en algunos de sus productos. Y aunque la presión por revertir la situación actual es cada vez mayor, parece que la compañía ha asumido que su futuro inmediato pasa por una especie de periodo de transición.

A medio y largo plazo la esperanza está en el nuevo plan implementado por Hill. Una estrategia llamada 'Ganar ahora', que propone establecer cinco sectores prioritarios (running, baloncesto, fútbol, entrenamiento y ropa deportiva) y tres principales mercados: Estados Unidos, China y el Reino Unido. Asimismo, Nike se quiere centrar especialmente en cinco ciudades que considera clave: Nueva York, Los Ángeles, Londres, Pekín y Shanghái.

Además, Hill ha impulsado el lanzamiento de nuevos productos, como las zapatillas Pegasus Premium y Vomero 18. El mes pasado, Nike también anunció que lanzaba una nueva marca de ropa deportiva para mujeres en colaboración con la firma de fajas Skims, propiedad de Kim Kardashian.

Por comparar, su principal competidora, Adidas, ha crecido un 7% en el último año, a pesar de que en lo que llevamos del 2025 ha registrado una caída del 6%. Eso sí, la marca americana duplica la capitalización bursátil de la alemana. Uno de los indicadores que siguen mostrando que, pese a todo, Nike sigue siendo un gigante.