Los bancos fueron los grandes golpeados el pasado viernes en bolsa por la crisis arancelaria abierta por Donald Trump. Pero las entidades financieras cosecharon millonarias pérdidas de valor bursátil también este lunes. Pese a estar menos expuestas al mercado estadounidense que otras compañías, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter, Sabadell o Unicaja recibieron severos correctivos bursátiles. Tras el pánico global desatado ante una guerra comercial que puede desacelerar la economía mundial, los inversores se desprendieron de miles de títulos en ambas sesiones. Solo el viernes se dejaron más de 22.000 millones de valor en bolsa.

Al calor de la rápida subida de los tipos de interés, su margen había crecido. Pero tras la revalorización de sus acciones desde 2023, los bancos cerraron la semana encabezando el descalabro del selectivo español. Los vientos de cola de un sector cíclico muy ligado a las expectativas de crecimiento se vieron frenados en seco por la idea de un posible batacazo económico global. Y aunque no importan ni exportan mercancías, el mercado ha optado por corregir primero sus cotizaciones a la espera de qué hace finalmente la Administración estadounidense.

"El fuerte crecimiento previo los hace más propensos a correcciones bruscas cuando surge un catalizador negativo, como los aranceles de Trump. Los inversores, al percibir que el rally podría haber tocado techo, optaron por recoger beneficios, exacerbando las caídas", argumenta Antonio Castelo, Analista de iBroker.

"Los bancos -añade- suelen ser los primeros en ser castigados en momentos de incertidumbre global, debido a su rol como termómetro de la economía". Así que el golpe inversor al sector bancario no tiene tanto que ver con su exposición directa a los aranceles, sino con lo relativo a la incertidumbre macroeconómica asociadas a la andanada arancelaria del líder estadounidense.

Además, "la cotización de los bancos está muy correlacionada con las expectativas de tipos de interés", opina Nuria Álvarez, analista del sector bancario en Renta4. "En un entorno donde los aranceles y las políticas comerciales han disparado temores de recesión, los inversores anticipan una reducción de tipos, lo que presiona aún más a los bancos", añade.

Para el economista y analista Pablo Gil, "todo ese entorno es muy negativo para la banca". Por un lado, abunda, "crece el riesgo de impagos y se enfrenta a un ciclo más recesivo en lugar de expansivo". Y esto cree que podría generar "unos niveles de tipos de interés claramente más bajos" que reducirán su margen de intermediación.

Castelo corrobora que "una menor actividad económica implica una reducción en la demanda de crédito, un aumento en el riesgo de impagos y una presión sobre sus márgenes de interés". Especialmente, si el Banco Central Europeo (BCE) responde con bajadas de tipos para estimular la economía. Aún está por ver qué hace el organismo que preside Christine Lagarde, que tenía prevista ya una senda bajista para las reuniones que restan a lo largo de este año.

En realidad, los bancos españoles sí tienen una cierta exposición indirecta al mercado norteamericano, a través de su presencia directa en EEUU y por las inversiones en mercados globales interconectados. "Un banco como Santander, que tiene una presencia fuerte en EEUU y una plataforma de financiación como Openbank, ve aumentada su vulnerabilidad en este entorno de tensiones comerciales", enfatiza Castelo. Pero el pasado viernes, la presidenta de la entidad Ana Botín aseguró ante la Junta General de Accionistas que la compañía mantiene todas sus previsiones y objetivos para 2025, pese al contexto general de incertidumbre.

Aumento de la morosidad

Más allá de la citada bajada de tipos y el posible golpe al negocio crediticio por la caída del gasto y la inversión en momentos de recesión, Javier Amo, director del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, estima que las entidades deberán "realizar mayores provisiones y uso de capital" ante el posible aumento de la morosidad.

En este sentido, considera también que las operaciones de banca de inversión previstas no se acabarían de materializar. Según Goldman Sachs, el crecimiento esperado del 25% de las operaciones de fusiones y adquisiciones ha caído hasta quedarse en un 7%. Lo mismo ocurre con salidas a bolsa o capital riesgo, lo que acabará "afectando de nuevo a la capacidad [de los bancos] de generar comisiones".

Pese a la fuerte caída en la cotización de los bancos de las últimas sesiones, los expertos creen que no todo está perdido. "Creemos que el mercado está sobrereaccionando y consideramos que, en cuanto los ánimos se calmen un poco, las cotizaciones de los bancos cuentan con recorrido para recuperar las caídas", concclye Álvarez (Renta4). "Por fundamentales siguen siendo atractivos", remata.