Las vacunas no acabarán con las mascarillas, al menos a corto plazo. Las empresas del sector, muchas de ellas reconvertidas o creadas durante la pandemia, prevén seguir comercializando este producto por lo menos durante dos años más aunque las restricciones se relajen e incluso aunque en un futuro su uso deje de ser obligatorio al aire libre, como actualmente.
"Creo que las venderemos durante los próximos dos años. La gente seguirá con la compra de este protector aunque haya vacunas, sobre todo de cara a su uso en interiores", relata a El Independiente Álvaro Fernández, director de Caja Cartón Embalaje, una de las empresas que ha logrado un crecimiento del 400% en su facturación durante la pandemia gracias a la reconversión que acometieron en marzo del año pasado.
El gran negocio de las mascarillas. Lo que hace un año fue para la gran mayoría una guillotina a sus aspiraciones empresariales, se convirtió en una posibilidad de éxito para unos pocos. "Las crisis traen oportunidades y nosotros hemos sabido aprovecharla", explica Fernández, al mando de esta empresa malagueña.
La semana de marzo de 2020 en la que el coronavirus encerró a toda España en sus hogares supuso un gran drama para las empresas. Fernández comenta que "al principio sólo íbamos la mitad a trabajar, había mucha incertidumbre". La plantilla de Caja Cartón Embalaje por aquel entonces era de ocho trabajadores. "Ahora somos 20 y en la época de mayor trabajo hemos llegado a ser 25".
El director de la empresa argumenta que seguirán dedicándose a la distribución de mascarillas en el corto y el medio plazo.
Este éxito en tiempos difíciles sería imposible sin asumir riesgos: "Vimos la opción de comprar mascarillas directamente a proveedores chinos y compramos 20.000 para probar. De siete lotes dos no podían salir a la venta, pero los cinco restantes sí". Tuvieron que probar más de 20 proveedores para garantizar la mayor calidad del producto. La empresa trabaja actualmente con cuatro proveedores diferentes para poder asegurarse un suministro suficiente para cuando se produzcan alteraciones en la demanda.
El negocio de las mascarillas
La empresa malagueña distribuye una media de 1,5 millones de mascarillas al mes, tanto a España como a países vecinos. "En los momentos de mayor escasez y alta demanda de las mascarillas FFP2, a finales del mes de enero, nuestra página web se saturaba coincidiendo con la hora del telediario, cuando se hablaba y recomendaba su uso (..) Hemos tenido que comprar el servidor más potente para poder atender todos los pedidos", comenta Fernández.
Los recursos de la compañía se han diversificado para atender los requerimientos de los clientes: "Nos dedicamos al 50% a las mascarillas y demás productos de protección y al 50% al tema de las cajas de cartón y embalaje". Los datos evidencian la rentabilidad de la venta de artículos para evitar la expansión del coronavirus: "Del último millón de euros que hemos facturado, el 70% proviene de las mascarillas".
Fernández expresa que en febrero llegaron a comprar "5 millones de mascarillas", ya que los pedidos "crecieron un 1.400% durante esas fechas". Sus principales clientes "son colegios, farmacias, instituciones o empresas. Compran equipos de protección individual al por mayor para sus empleados, muchos ya nos nos conocían por nuestras cajas; aunque también tenemos muchos clientes particulares que nos descubrieron durante el confinamiento".
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