Las empresas eléctricas intentan rebajar la tensión acumulada de los últimos días a cuenta del posible cierre de las centrales nucleares. Fuentes del sector confirman a este medio que el firme objetivo “es cumplir con los acuerdos que se tienen firmados con el Gobierno”.
En concreto, los acuerdos firmados son los que tienen que ver con el cierre de las plantas en 2027 y 2034. El protocolo incluía un calendario de cierre para el parque nuclear español, contemplando las clausuras ordenadas y escalonadas de los actuales siete reactores desde 2027 (Almaraz) hasta 2035 (Trillo).
De esta manera, entre el periodo 2025 y 2030 se producirían los cierres de las dos reactores de Almaraz, Ascó I y Cofrentes, llegando al periodo 2030-2035 tan sólo abiertas las centrales de Asco II, Vandellós y Trillo.
Por tanto, las mismas fuentes consultadas por este periódico insisten en que “se ha sacado de contexto” las declaraciones de la patronal de compañías que generan electricidad nuclear e inciden de que, a pesar de los difíciles momentos por los que atraviesa el sector por las nuevas legislaciones, el propósito es cumplir con lo firmado, si bien “la situación no es la adecuada”.
Desde Foro Nuclear se insiste en la excesiva presión fiscal que soporta el parque nuclear español y el impacto del proyecto de Ley del CO2 en su redacción actual (conjuntamente pueden superar los 30 €/MWh), junto a los 3.000 millones de euros previstos de inversiones a realizar hasta el cese de la operación del parque nuclear en 2035 -en un entorno de precios de futuro por debajo de 50 €/MWh desde al año 2024 y a la baja, por la masiva entrada de energías renovables en el sistema con costes marginales tendentes a cero-.
Además, fuentes del sector explican a El Independiente que en caso de que el nuevo proyecto de Ley entrara en vigor, el precio por megavatio a la hora debería estar fijado, como mínimo, en los 57 euros. “De no llegar a estos precios, las centrales nucleares volverían a operar en pérdidas, algo que lleva sucediendo desde hace mucho tiempo”, recuerdan.
En este sentido, Foro Nuclear recuerda que la situación para las compañías que gestionan las centrales nucleares son críticas y alude al último informe realizado y presentado al Ministerio de Transición Ecológica.
El documento señala que en 2020, y como consecuencia de los bajos precios de la electricidad, las centrales nucleares tuvieron un flujo de caja negativo de unos 500 millones, y unas pérdidas superiores a los 1.000 millones. Con el anteproyecto de Ley enviado al Congreso, dicho flujo de caja negativo se habría incrementado significativamente al haber estado el precio de los derechos de emisión de CO2 en un promedio de 25 €/tonelada. Todo ello, sin contar el nuevo hachazo fiscal que propone el Ejecutivo, que volvería a “dar un nuevo golpe” a las cuentas de las centrales nucleares.
«Las centrales vienen solicitando reiteradamente una revisión de la elevadísima fiscalidad que soportan, y demandan una retribución ajustada pero razonable que haga viable una tecnología que es indispensable para la descarbonización de la generación de electricidad, contemplada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC). El anteproyecto de Ley va en sentido contrario y aboca al parque nuclear al cierre», dice el Foro Nuclear en un comunicado.
A pesar de las nuevas medidas que plantea el Ejecutivo de Pedro Sánchez y la situación económica que atraviesan las gestoras de las plantas nucleares, fuentes del sector insisten en que “seguirán abiertas las plantas hasta lo fijado por el pacto del cierre de éstas”.
Dependencia de la nuclear
Mucho se ha hablado esta semana de la posible paralización de las centrales nucleares y de las renovables si el Gobierno mantiene la idea de minorar las ganancias a aquellas empresas que se benefician del actual precio del gas.
Pero en la práctica, a día de hoy, sería imposible que las nucleares pararan su producción porque generaría un caos en la producción imposible de predecir. Dicha tecnología aún tiene un gran peso dentro de la oferta ya que las otras alternativas no son suficientes para cubrir toda la demanda.
Por ejemplo, durante la última semana se han generado alrededor de 750 MGh y, de ellos, unos 150 pertenecen a la energía nuclear. Es decir, que el 20% de la electricidad que recibimos en nuestras casas y nuestra industria proviene de las nucleares.
Fuentes del sector explican que, por tanto, es “utópico” que se produzcan dichos cierres de las nucleares ya que en estos momentos “las otras alternativas no son suficientes”, a la vez que insisten en que es “necesario no demonizar a las energías nucleares” puesto que disminuyen “la emisión de dióxido de carbono”. En este sentido, las mismas voces recalcan que, de cerrarse, se produciría otro hecho como el aumento de las emisiones de CO2 a la atmósfera ya que el ciclo combinado ganaría posiciones puesto que las renovables, de momento, no tienen capacidad para almacenar toda la demanda que se requiere.
“En la operación del parque nuclear no se emite a la atmósfera CO2 ni otros gases de efecto invernadero, lo que le convierte en esencial en la lucha contra el cambio climático. La realidad es que el parque nuclear español evita la emisión de varias decenas de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera cada año, produciendo entre el 30% y el 40% de la electricidad limpia consumida en nuestro país”, recuerdan desde Foro Nuclear.
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