La diversificación geográfica suele ser un punto a favor de las empresas en momentos de crisis, dado que les permite distribuir el riesgo y afrontar mejor el viento en contra cuando estalla una crisis en alguno de los mercados en los que están presentes. Sin embargo, el deterioro económico que traerá la pandemia tendrá una extensión mundial por el carácter global de la crisis sanitaria, por lo que tener presencia en muchos mercados permite diversificar el riesgo, pero también amplificarlo.
En el caso de la banca española, esta situación afecta, principalmente, a Santander y BBVA, que son las dos únicas entidades con una diversificación geográfica asentada, frente al resto del sistema, que solamente ha dado el salto a un mercado extranjero (como Sabadell en Reino Unido) o, incluso, a ninguno.
En términos generales, esta presencia internacional ha sido favorable para el negocio de ambas entidades, pues el primer mercado de las dos es extranjero (Brasil en el caso de Santander y México en el de BBVA). No obstante, en alguna ocasión se han llevado un susto y, de hecho, tanto Santander como BBVA tuvieron que realizar ajustes en los fondos de comercio de sus filiales el pasado semestre, algo que tuvo un impacto contable en sus cuentas de resultados.
Estas dos entidades tienen presencia en Europa y Estados Unidos, pero dentro del continente americano tienen, además, negocio en Chile, México y Perú, así como en Brasil y Reino Unido en el caso de Santander y en Turquía y Colombia, en el de BBVA, entre otros.
Ambos bancos se muestran orgullosos de esta expansión del negocio en mercados emergentes. Onur Genç, consejero delegado de BBVA, no ve necesario repensar su modelo de diversificación geográfica por el simple hecho de que esta crisis afecte especialmente a los mercados en los que está presente, como ocurre también en el caso de Santander.
"Nuestra fortaleza principal es que tenemos uno de los mejores bancos en cada país. Tenemos un buen banco en estos países y estos mercados se recuperarán", explicó el banquero durante el Encuentro Financiero de KPMG y Expansión celebrado el lunes.
En todas sus comparecencias, Genç suele sacar pecho del negocio que la entidad mantiene en Turquía a través de Garanti BBVA pese a las turbulencias a las que ha tenido que hacer frente en alguna ocasión, especialmente en el verano de 2018, cuando la lira turca se hundió.
"Juega a favor"
Santander, por su parte, no solamente cree que la diversificación no va a convertirse en un problema, sino que considera que "juega a favor" del banco, pues considera necesario mirar más allá del deterioro del valor de una filial y atender al flujo de negocio real, que es el que marca la capacidad de generar capital y de crecer.
"La diversificación juega a favor (...) hemos visto países con una capacidad crediticia subiendo al 16%. La diversificación sigue siendo un factor positivo para Santander", apuntó el banquero en el mismo foro.
Riesgos a la baja
Sobre esta presencia en Latinoamérica reflexionaba hace unos días el Banco de España, que advertía sobre el riesgo que puede suponer la presencia en estos mercados, especialmente en Brasil, México, Chile, Perú y Colombia, en un momento tan delicado como el actual, en el que la incertidumbre por la evolución de la pandemia marca los pasos de todo el sector empresarial e institucional.
En un reciente informe, la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos reconoce que, a pesar de la pandemia, que ha sido más incisiva en estas geografías que en el resto del mundo, los indicadores más relevantes para los bancos españoles de los sistemas de estos mercados no se han deteriorado "significativamente", al menos "por el momento", gracias a la actuación de los gobiernos.
Sin embargo, el supervisor considera que las perspectivas económicas sobre estos países no están exentas de riesgos, pues la pandemia puede evolucionar de forma desfavorable en estos países y tener una incidencia macroeconómica mayor en estos mercados, que tendrá como consecuencia un deterioro crediticio.
A estos riesgos se une el de tipo de cambio, que podría generar pérdidas a estos dos bancos en el caso de "turbulencias cambiarias", dado que se trata de economías con mayor vulnerabilidad macrofinanciera por su posición neta desfavorable frente al exterior, excepto en el caso de México.
El Banco de España destaca también como riesgo el hecho de que, como ocurre con España, la actuación de las autoridades tenga como consecuencia una segmentación de los mercados o que estas deban asumir altos costes fiscales si se terminan ejecutando las garantías estatales de los planes de apoyo al crédito.
No es la primera vez que el supervisor alerta sobre el riesgo de los mercados emergentes para los bancos españoles, una advertencia que por el momento solo atañe a Santander y BBVA. En todo caso, como ocurre también en España, la incertidumbre es la que marca el paso.
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