Ha pasado ya casi un mes desde que BBVA y Sabadell rompieron definitivamente sus negociaciones por desacuerdos en la valoración de los activos y ambas entidades se encuentran perfilando su rumbo. Aunque los expertos del sector no descartan que puedan retomar algún día su proyecto de fusión, que se rompió cuando las negociaciones aún estaban muy verdes, el plan de los dos a corto plazo es capear la tormenta en solitario.
El que más necesidad de encauzar su rumbo tiene es Sabadell. Antes de la llegada del Covid-19, la entidad llevaba meses lidiando con sus propios tormentos, que le han hecho desinvertir algunas partes muy relevantes de su negocio, como su gestora de fondos y su servicer inmobiliario (Solvia). La próxima será TSB, para la cual está ya barajando opciones, principalmente su venta.
Encontrar una solución para su filial británica está entre las primeras cosas de la lista de deberes de Sabadell. La entidad presentará en el primer trimestre del año un nuevo plan estratégico y empezará una nueva etapa con la entrada de un nuevo consejero delegado, que deberá enderezar el rumbo de la entidad, bien hacia un camino en solitario o bien hacia una operación corporativa.
Pese al fracaso de las difíciles negociaciones con BBVA, a las que no ayudó que su filtración se produjera cuando prácticamente acababan de comenzar, el banco no se cierra a intentar otra operación corporativa si garantiza un mejor futuro que mantenerse en solitario.
Sabadell es uno de los bancos con mayor atractivo para ser objetivo de una fusión desde el punto de vista de la recuperación de la inversión y de la rentabilidad, especialmente por su baja valoración en Bolsa, pues sus acciones valen en torno a 0,36 euros. Así lo creen, al menos, los expertos de Álvarez & Marsal, que apuntan directamente a una hipotética fusión entre Sabadell y Santander como la más atractiva y con menor riesgo del sector.
También es posible que el banco decida acometer una operación corporativa en otro país europeo, si bien los bancos españoles tienen algunos reparos a la hora de lanzarse a esta clase de fusiones.
A corto plazo, la única alternativa que le queda a Sabadell es capear la tormenta financiera que dejará el Covid-19. Todos los bancos deberán enfrentarse a una oleada de impagos, pero Sabadell es uno de los que mayor exposición tiene a los sectores más afectados por la pandemia, una circunstancia que puede convertirse en un polvorín pese a que tanto el turismo como el transporte reflejan aún una morosidad baja.
BBVA, ¿mirada hacia Turquía?
BBVA también deberá lidiar con el fuerte aumento de la morosidad que se producirá como consecuencia de la crisis sanitaria, pero lo hará desde una mejor posición. El banco no tiene tanta urgencia por encontrar compañero de baile, aunque el fracaso de las negociaciones con Sabadell le alejan del objetivo de convertirse en un gigante en España.
La entidad que preside Carlos Torres cerrará el año en buena posición gracias a la reciente venta de su negocio en Estados Unidos por unos 9.700 millones de euros. La operación le generará un exceso de capital cuyo destino aún está por decidir.
En la presentación de la operación, los gestores del banco ya avanzaron la posibilidad de que acometiera una gran recompra de acciones, lo que supondría un fuerte impulso para la cotización y sería muy bien acogido por los accionistas.
Sin embargo, los analistas del sector creen que la estrategia del banco a corto plazo puede pasar por una ampliación de su participación en Garanti BBVA, su filial turca, de la que tiene casi una participación cercana al 50%. Esta operación corporativa internacional reforzaría el negocio de la entidad en Turquía, si bien los supervisores ya han dejado caer en muchas ocasiones que los bancos españoles deben ser prudentes a la hora de tener una elevada exposición en emergentes.
También es posible que BBVA se plantee ir a por otro banco español una vez que su posición en el país quedará relegada al tercer puesto tras la fusión entre CaixaBank y Bankia. Los expertos de Álvarez & Marsal creen que los candidatos con los que daría lugar a fusiones menos arriesgadas son Liberbank y Unicaja. Candidatos, en todo caso, improbables, pues ambas entidades se encuentran negociando su propia integración.
Los expertos no cierran la puerta a que BBVA y Sabadell retomen sus negociaciones, pero las diferencias entre ambos no parecen salvables, al menos por el momento y el tiempo apremia. La tormenta financiera sobrevuela ya a los bancos españoles.
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