Uno de los temas que gravita sobre el futuro de Sabadell es el encaje que tendrá en él su filial británica, TSB. Entre rumores sobre su venta, la entidad confía en sacar a flote dentro de Sabadell este negocio, cuya integración tecnológica fue el origen de los problemas que atraviesa el grupo, y llevarlo a beneficios este año tras las pérdidas de 220 millones de euros registradas por la filial británica en 2020.

Su venta, de llegar en algún momento, no es inminente. En su presentación de resultados anual, la última antes de que se produzcan los cambios en el equipo gestor, Josep Oliu, presidente del banco, quiso dejarlo claro y enfrió las expectativas sobre su posible venta que existían en el mercado y que habían nacido al calor del anuncio de la propia entidad de que estudiaría la creación de valor de sus activos internacionales, emitido justo tras abandonar el plan de fusión con BBVA.

El banco no ha iniciado el proceso de venta de TSB"

Josep Oliu

"El banco no ha iniciado el proceso de venta de TSB", zanjó Oliu, según quien el banco está centrado, tanto en España como en Reino Unido, en el plan de ejecución presupuestaria y en el nuevo plan estratégico.

No lo ha iniciado porque la decisión sobre su futuro aún no está tomada. "Es flexible (...) cuándo se va a vender, si se va a vender y con qué estrategia no ha quedado determinado", apuntó Oliu. Según dijo, la idea de Sabadell es sacarlo a flote y considerar su venta solo cuando se detecte interés en el mercado.

"Es un banco que está en vías de ponerse en rendimiento y llegar a una determinada rentabilidad. Nuestra idea es, cuando el valor de este plan y este proyecto estén integrados en la posibilidad de alguna operación corporativa, eso se contemplará, pero mientras tanto nos parece que no es el momento. Hoy TSB tiene que seguir y seguirá en nuestra cartera de negocio", apuntó el banquero.

Los rumores de venta han sobrevolado a la entidad británica desde que tuvo lugar la integración tecnológica fallida, en 2018, que costó unos 460 millones a Sabadell, pero cogieron más fuerza tras la ruptura de las conversaciones con BBVA, el pasado mes de diciembre. El runrún ha coincidido, además, con el cierre de las negociaciones del Brexit y su consecuente "incertidumbre", algo que a principios del mes ya hacía "improbable" su hipotética venta, según opinaba Barclays.

Deberes

Así pues, los planes para TSB pasan, por el momento, por intentar que cierre 2021 en beneficios y con una rentabilidad sobre recursos propios (ROE) del 6%, según compartió el lunes el presidente, aún ejecutivo, del banco.

Un ejercicio en el que tendrá que emplearse a fondo Sabadell, pues el objetivo de que TSB deje atrás las pérdidas lleva estando varios años en la lista de deberes del banco.

Ya en la primavera de 2019, meses después del desastre, Sabadell esperaba que su filial británica terminara el año en "empate". Prácticamente lo consiguió, pues finalizó con unas pérdidas de 45 millones de euros, un resultado que se vio lastrado por los 50 millones de euros que tuvo que anotarse por costes de reestructuración heredados de la fallida integración tecnológica.

Eliminado este efecto, el beneficio habría sido de unos 5 millones. En todo caso, los números rojos fueron muy inferiores a los registrados en 2018, que se situaron en 240 millones de euros.

Con este resultado, el objetivo de Sabadell hace un año era que TSB aportara algo al beneficio del grupo en 2020, pero la pandemia se cruzó en su camino. La filial británica de Sabadell ha finalizado el año con unas pérdidas de 220 millones de euros, lo que ha compensado (para mal) las ganancias que el banco ha registrado en España, 218 millones de euros, y en México, 4 millones.

Pasado 2020 y con la posibilidad de su venta en suspenso, el objetivo de la entidad vuelve a ser que la filial cierre el ejercicio en beneficio y con una rentabilidad del 6%.

Desde luego, en Sabadell confían, al menos de momento, en el potencial de TSB: "Es un banco con una excelente marca, con una plataforma que nos ha costado sudor y sangre, pero con una plataforma de primer nivel en el mercado británico". Así describía Oliu a esta filial que tantos quebraderos de cabeza ha traído a Sabadell.