Julio, un interno del centro penitenciario de Burgos, ha celebrado un encuentro restaurativo con el director de una sucursal bancaria víctima de uno de sus atracos en Guipúzcoa en 2014, por el que cumple condena por robo con violencia. El encuentro fue propiciado después de que el interno se carteara con la presidenta de Santander, Ana Botín.
La banquera permitió la participación del director de una de las sucursales que atracó Julio usando un arma real. El interno, que por entonces era toxicómano, comenzó a participar el pasado mes de noviembre en el programa de Justicia Restaurativa. La carta, de hecho, fue el arranque de su plan para reparar el daño causado.
El pasado mes de diciembre, según ha explicado Instituciones Penitenciarias, Julio recibió una carta de respuesta en la que Ana Botín agradecía su iniciativa y le ofrecía su colaboración. El encuentro, de 45 minutos, se celebró el pasado viernes por videoconferencia debido a las restricciones por la Covid-19, según informa Europa Press.
Una vida delictiva
Julio, toxicómano, tuvo una recaída tras siete años sin consumir drogas en el momento en el que se produjo el atraco. Según Instituciones Penitenciarias, estas explicaciones no las ofreció como justificación de lo ocurrido sino como parte de la asunción de su responsabilidad.
También narró al director de la sucursal guipuzcoana todo el proceso de reflexión realizado durante su privación de libertad, el cambio de sus motivaciones vitales y la importancia del encuentro al considerarle "representante de todas aquellas personas que fueron víctimas directas de su anterior vida delictiva".
Previo al encuentro, el director del banco también participó en los talleres preparatorios de la entidad que facilita el proceso de mediación. Tras escuchar atentamente a Julio, relató cómo vivió aquel día de 2014 y, entre otros detalles, habló del impacto que le causó enterarse por agentes de la Ertzaintza de que la pistola con la que fue apuntado por el condenado era un arma real, y no de juguete como pensó durante los hechos.
El encuentro, de 45 minutos y realizado mediante videoconferencia por las restricciones derivadas del Covid-19, finalizó con la solicitud de reparación por parte de la víctima: animar al condenado a emprender un camino distinto en la vida. Este se comprometió con ese cambio y tras darle de nuevo las gracias recibió esta respuesta: "De nada, todos somos personas".
Diálogos restaurativos
Este encuentro en el centro penitenciario de Burgos fue el segundo realizado por la Sociedad Científica de Justicia Restaurativa, que también lleva a cabo talleres con condenados en tercer grado o a penas alternativas a la prisión, y encuentros con víctimas directas o indirectas de los delitos.
Los talleres de Justicia Restaurativa comenzaron a impartirse en 2016 entre condenados a penas alternativas a la prisión. De las 38 personas que participaron en 2017 en aquellos talleres, Instituciones Penitenciarias asegura que ahora son 855 participantes en 2020.
En 2019 se introdujeron también en las prisiones con la participación, hasta la fecha, de 62 internos. A lo largo de 2021 el taller Diálogos restaurativos estará presente ya en las prisiones de 14 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla.
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