La imposibilidad de pagar dividendo no ha desanimado a los accionistas de los bancos a mantenerse o a entrar en su capital. Las entidades cotizadas del país aumentaron ligeramente el número de titulares de sus acciones en 2020 pese a que no pudieron remunerarles como es habitual cada año debido a la recomendación del Banco Central Europeo (BCE) de no abonar dividendo por la situación excepcional creada por la pandemia.

Los siete mayores bancos del país (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell, Bankinter y Unicaja) sumaron 26.217 accionistas en 2020, hasta alcanzar los 5.946.499 titulares en total. Esto supone un pequeño crecimiento, del 0,44%, de forma que no perdieron o, al menos, consiguieron compensar una hipotética huida de accionistas por el hecho de que no pudieran pagar dividendo.

Algunas entidades sí experimentaron un aumento importante en el número de accionistas. Fue el caso de Unicaja, que ganó 1.183 accionistas el pasado año, hasta los 18.760. En su capital, los minoristas tienen un peso del 4,25%, mientras que la Fundación Bancaria Unicaja dispone de la mitad del capital del banco (50,81%) y en manos de institucionales está el 44,93% y de los minoristas, un 4,25%. El propio banco dispone del 0,01% restante.

Este aumento en el número de accionistas se produjo al compás de la pérdida de valor en bolsa de la entidad, que cerró el ejercicio a un precio de 0,715 euros por título (-26% en el año).

Algo similar ocurrió en el caso de Bankinter. La entidad redujo su valor en bolsa en 2020 (-32%), al tiempo que aumentó un 4,6% su número de accionistas.

También Sabadell ganó accionistas en 2020. Fueron 9.191 más, hasta los 244.225, los que entraron en el capital de la entidad al calor del fuerte descenso de su cotización. El banco empezó el año a un precio de 1,04 euros por título y lo terminó a 0,354 euros, lo que supone una caída del 66%.

Tras esta entrada de accionistas, los inversores institucionales representan un 43% del capital de Sabadell, de forma que son los minoritarios los que ostentan la mayor parte del accionariado.

Por el contrario, salieron accionistas del capital de Bankia (-6,3%) y de CaixaBank (-2,3%). Ambos perdieron valor en bolsa en 2020, al igual que el resto del sector. En su caso, el deterioro fue del 24% y del 25%, respectivamente.

Al cierre de este ejercicio, el 66,5% del capital de CaixaBank está en manos de inversores institucionales, mientras que un 32% está en las de los minoristas y un 1,5% en las de sus propios empleados.

El 61,83% del capital de Bankia, por su parte, está en manos públicas, en las del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a través de BFA, que tiene el 61,83% de las acciones. Los institucionales tienen el 29,1% y los minoristas el 9,07% restante.

Estabilidad en los grandes

En los dos bancos más grandes del país, el número de accionistas se mantuvo prácticamente estable. Santander los aumentó un 0,82% y BBVA un 0,6% a lo largo del año.

Tras estos movimientos, la mayoría del capital de Santander está en manos de inversores institucionales (58,1%), mientras que los inversores minoristas tienen un 40,85% del capital y los miembros del consejo de administración ostentan a título personal el 1,05% restante.

Los pequeños accionistas de BBVA, es decir, los que tienen hasta 5.000 acciones, son la mayoría, más del 87% del total, si bien son los grandes los que tienen la parte más grande del pastel. Los titulares de hasta 500 acciones de BBVA tienen tan solo el 1% del capital y los que disponen de entre 501 y 5.000 son propietarios del 10,6% del total. Los que tienen más de medio millón de acciones tienen, como es lógico, la mayor parte del capital en sus manos, pues disponen del 61,2% del total de acciones en que está repartido el banco.

En 2020, ambos perdieron valor en bolsa. Santander terminó el año a un precio de 2,538 euros por acción, lo que supone un 29% menos que al inicio del año, mientras que BBVA cerró el ejercicio en 4,035 euros por título, con lo que la depreciación fue menor en su caso (-19%).

Los pequeños accionistas, es decir, los que tienen hasta 5.000 acciones, son la mayoría, más del 87% del total, si bien son los grandes los que tienen la parte más extensa del pastel. Los titulares de hasta 500 acciones de BBVA tienen tan solo el 1% del capital y los que tienen entre 501 y 5.000 disponen del 10,6% del total. Los que tienen más de medio millón de acciones tienen, como es lógico, la mayor parte del capital en sus manos, pues disponen del 61,2% del total de acciones en que está repartido el banco.

Próximos dividendos

El consejo del BCE se lanzó por primera vez en marzo con el límite temporal de octubre, si bien en este mes se renovó y no se levantó hasta diciembre, cuando el supervisor pasó a recomendar no pagar dividendo o limitarlo a un payout (porcentaje del beneficio que se destina a dividendo) del 15%.

Pese a que llevó a los bancos que en marzo aún no habían aprobado el pago de dividendo con cargo a 2020 a echar marcha atrás en sus planes, en un principio la medida fue bien acogida por el sector. Sin embargo, más adelante las entidades empezaron a mostrarse más reticentes porque, según explicaban los banqueros, esta situación les penalizaba en bolsa y pedían al BCE elegir ellas mismas si eran capaces de pagar dividendo o no.

Es por eso que en cuanto el BCE se abrió a volver a dejar a los bancos pagar dividendo, aunque fuera con restricciones, los bancos aprovecharon la excepción para solicitar al supervisor poder remunerar a sus accionistas. Santander, BBVA y CaixaBank han recibido el visto bueno y anunciado pagos para este año, si bien Sabadell ha decidido esperar, al menos, hasta septiembre, momento en el que vence esta última recomendación del BCE.