Mientras el sector financiero se reconfigura con las fusiones que están en marcha, los bancos que no protagonizan estas operaciones continúan con sus planes en solitario. Entre los de BBVA se encuentra la recompra del 10% de sus acciones en circulación, operación que el banco anunció hace algunas semanas pero que no empezará a ejecutar, al menos, hasta el próximo mes de septiembre, de acuerdo con fuentes conocedoras de la misma.
Este proceso, que tiene el objetivo de crear valor para los titulares de las acciones del banco, no podrá empezar hasta que BBVA complete la venta de su filial de Estados Unidos a PNC por unos 9.700 millones de euros, algo que, como pronto, tendrá lugar el próximo verano.
La operación de recompra de títulos debe contar, además, con el visto bueno de los propios accionistas del banco, así como del supervisor, que por el momento pone algunas trabas a estas operaciones.
Desde el pasado marzo, el Banco Central Europeo (BCE) recomienda a los bancos prudencia en la remuneración al accionista y en la actualidad su consejo pasa por limitar al 15% del beneficio el payout (el porcentaje que se destina al pago de dividendos) y las recompras de acciones y que, en todo caso, no superen los 20 puntos básicos de capital CET1.
Esta última recomendación del supervisor se extiende hasta el próximo mes de septiembre, lo que limita las posibilidades de que la operación se ponga en marcha antes.
Exceso de capital
La venta de la filial de Estados Unidos es, principalmente, la que va a permitir al banco acometer esta recompra de acciones por el 10% de su capital. La operación se acordó por un importe casi veinte veces superior al beneficio que BBVA obtuvo en Estados Unidos el ejercicio inmediatamente anterior y generará al banco un impacto positivo en su ratio de capital CET1 fully loaded, la que toma como referencia el mercado, de unos 300 puntos básicos, lo que equivale a una generación de capital de unos 8.500 millones de euros.
Para dar salida a ese capital, el banco tenía en mente desde el principio una recompra de acciones. Sin embargo, exploró otras alternativas, como la opción de integrar Sabadell, pero la operación terminó casi antes de empezar y ambos bancos abandonaron su proyecto de fusión a finales de noviembre.
Un desacuerdo sobre la valoración de los activos de Sabadell llevó a la entidad a dar al traste con las negociaciones. Y, tras la ruptura, tanto BBVA como Sabadell prefieren no mirar atrás y dejar el acercamiento en el pasado.
Olvidada esta opción, el banco anunció hace algunas semanas que recompraría un 10% de sus acciones, lo que sin duda dará un impulso a su cotización, que el lunes cerró en unos 4,57 euros por acción, un 13% por encima del precio en el que se situaba al inicio del año.
Al recomprar sus propias acciones, el banco reducirá el número de títulos en circulación, lo que aumenta el valor de los que sigan en negociación. Como efecto colateral, el beneficio por acción crecerá, dado que se calcula a partir de las ganancias de la empresa (numerador) y del número de acciones que tiene en circulación (denominador). Así, si hay menos acciones, el beneficio por acción termina siendo más alto.
En todo caso, el momento en el que finalmente se realice la recompra de acciones estará determinado, además de por el visto bueno de los accionistas y los supervisores, por el precio de la cotización, como ya anunció BBVA.
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