Tiempos difíciles para la política monetaria. La guerra de Rusia contra Ucrania ha desestabilizado las perspectivas del Banco Central Europeo sobre la subida de tipos y sobre la finalización del Programa de Compras de Activos. Hace dos años, Christine Lagarde, la presidenta del BCE, puso en marcha el arsenal del organismo cuando la pandemia removió la economía europea. El BCE, en una reunión de urgencia, aprobó el Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP) con una capacidad de 750.000 millones de euros para un uso flexible en la compra de bonos públicos, privados e, incluso, préstamos y pagarés de empresas.
Dos años después, una guerra ha sacudido todo y puede traer vientos en contra. La economía de la zona euro no crecerá tanto como se esperaba, la inflación está disparada y la situación, en general, es bastante incierta. Este jueves, el BCE celebra su reunión de política monetaria, una de las más importantes de su historia junto a la de 2012 en la que Mario Draghi dijo “haremos lo que sea necesario”, en un escenario bélico. El organismo europeo se juega su credibilidad.
Esta reunión se presenta como un auténtico reto para ver si la presidenta Christine Lagarde cumple con lo anunciado. En diciembre, Lagarde anunció que “a finales de marzo de 2022” pondría fin al programa de compras de activos del PEPP. Todo apunta a que en esta reunión no haya una decisión sobre los tipos, aunque algunos expertos alertan de que no hay que posponerlo mucho.
Los expertos de Bank of America esperan que “la geopolítica retrase, pero no descarrile, los planes de normalización de políticas del BCE”. Sin embargo, matizan que es poco probable que haya compromisos firmes en la reunión del BCE de esta semana. La prisa por poner fin al programa de compra de activos (APP) es probablemente aún mayor que en diciembre, pero más lenta que antes de la guerra en Ucrania. “Esperamos una "intención" de finalizar las compras en el tercer trimestre”, añaden.
Para Bank Of America la probabilidad de subida de tipos en 2022 se ha reducido, pero consideran que “el BCE estará ansioso por dejar una grieta en la puerta para un despegue en el cuatro trimestre”.
“El Consejo de Gobierno tendrá que evaluar el equilibrio entre una inflación elevada y creciente, y las implicaciones económicas negativas del conflicto”, apunta Pietro Baffico, economista de Abrdn. Los elevados precios de la energía elevarán significativamente la inflación y reducirán el poder adquisitivo. “Las perspectivas de inflación respaldan por sí solas la necesidad de normalizar la política del BCE”, asegura Martin Wolburg, economista senior en Generali Investments Partners. Pero la incertidumbre creada y el deterioro de las condiciones de financiación “harán que el Consejo de Gobierno sea menos decisivo en cuanto a la futura trayectoria de la política monetaria”.
De hecho, el economista ve probable que el QE (el programa de recompras) prevalezca por el momento, pero “el riesgo es que la primera subida de tipos se posponga más allá de septiembre o incluso diciembre”.
Antes de la guerra, el BCE ya mostraba signos de que iba a ser más moderado que el consenso de analistas y expertos, que preveía dos subidas de tipos este año. Keith Wade, economista jefe de Schroders, señala que “lo ocurrido durante estas últimas semanas ha reforzado nuestra convicción de que el BCE no subirá los tipos durante este año y mantendrá el QE”. De hecho, pronostica que suba los tipos una vez en el segundo semestre de 2023.
El riesgo es que la primera subida de tipos se posponga más allá de septiembre o diciembre
Martin wolburg, economista
François Rimeu, estratega senior de La Française AM, explica que el BCE podría proseguir con la normalización gradual de su política monetaria a pesar de las incertidumbres. aunque matiza que esperan muy poco de la reunión: “Esperamos que la presidenta Lagarde reitere la voluntad del BCE de reducir su postura acomodaticia a lo largo de 2022”
Por su parte, Konstantin Veit, gestor de carteras en PIMCO, comenta que el BCE no anunciará formalmente una fecha firme de finalización o una recalibración importante de su Programa de Compra de Activos (APP) en esta reunión, ya que el empeoramiento del telón de fondo geopolítico “nubla la visibilidad y conduce a una reevaluación de las perspectivas de crecimiento”.
Según Gilles Moëc, economista jefe de la gestora de fondos de inversión AXA Investment Managers, “el BCE probablemente esté listo para ralentizar la normalización de su política monetaria”, aunque reconoce que “Christine Lagarde tendrá una tarea difícil el jueves, ya que es complicado evaluar en tiempo real el impacto probable de la guerra de Ucrania en la trayectoria de crecimiento e inflación de la zona del euro.”
“Si bien esta semana esperamos que Christine Lagarde comunique un ritmo de normalización de políticas más lento de lo que se podría haber esperado después de la reunión de febrero, creemos que la dirección general del BCE no ha cambiado”, explica Moëc.
Stéphane Déo, jefe de Estrategias de Mercado de Ostrum AM, una gestora de Natixis Investment Managers, quien afirma que "ante el creciente riesgo que el conflicto ucraniano supone para el crecimiento, es urgente esperar". El experto subraya que “la tendencia al endurecimiento de la política monetaria no puede ponerse en duda, si bien debe aplazarse o pausarse”.
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