El domingo el mundo entero alucinó con el quinto vuelo de prueba de Starship, el cohete más grande y más potente jamás creado, que volvió de manera autónoma a su base de lanzamiento después del despegue. Poco antes, el jueves, otra de las compañías de Elon Musk anunció a bombo y platillo que entraba en una nueva era. Hablamos de Tesla, que presentó oficialmente los primeros prototipos del Cybercap.

Se trata del primer taxi autónomo de la compañía estadounidense. Según han informado, empezará a fabricarse en 2026, y su precio será de unos 30.000 dólares (alrededor de 27.500 euros). No tendrá volante ni pedales. Solo contará con dos asientos, posavasos y una pantalla de 21 pulgadas en el centro. En las fotos también se observa que su maletero será muy espacioso, aunque no tanto como el del Cybertruck. Y sus puertas se abrirán al estilo mariposa, como en muchos automóviles deportivos.

La idea es que el propio fabricante ponga en las calles una flota de robotaxis. Pero en teoría aquellos que tengan un Tesla en propiedad también podrían alquilar su vehículo para sacarse un dinero extra (aunque una parte de los ingresos se los llevaría la compañía). Según el propio Musk, estos vehículos pasarán "a los libros de historia". Pero hay muchas incógnitas.

Aún se desconoce su autonomía, no se sabe cuándo podrán contar con los permisos necesarios para circular y, por encima de todo, los nuevos vehículos deberían incorporar para funcionar una tecnología que, para muchos expertos, están aún lejos de alcanzar. Eso si nos limitamos al Cybercap. Porque durante la presentación Musk deslizó que en un futuro también pondrán en marcha la Robovan, otro vehículo autónomo pero más grande, similar a un autobús y capaz de transportar hasta 20 personas o mercancías. Aunque este modelo parece más lejano, porque ni siquiera Musk se animó a dar una fecha.

El FSD de Tesla

Como explicó Arturo De la Escalera, responsable del Laboratorio de sistemas inteligentes de la Universidad Carlos III de Madrid, a este periódico, "Elon Musk lleva años anunciando que el vehículo autónomo total estará disponible para el año siguiente". No es un caso aislado, al magnate le encanta hacer predicciones de este tipo. En 2019, sin ir más lejos, afirmó que estaba "muy seguro" de que su empresa comenzaría a operar robotaxis en 2020.

Estos antecedentes y la opacidad de Tesla a la hora de dar información sobre sus proyectos hace que algunas voces duden de muchas de las cosas que Musk anunció el viernes. "Mi opinión sobre la presentación del robotaxi de Tesla es que no ha cambiado nada en cuanto a la madurez del software y la seguridad. Muchas imágenes atractivas. Casi un par de docenas de prototipos. Lo que viene a ser una atracción de parque temático (en sus propias palabras) para los invitados. Todo muy guay. Todo muy emocionante. Pero los retos más importantes no han cambiado", asegura en un artículo publicado en su web Philip Koopman, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) y experto en seguridad de vehículos autónomos.

Para Koopman el gran problema es el software del vehículo. Y en concreto el FSD (Full Self Driving) de Tesla, el paquete que la compañía oferta con la promesa de una conducción totalmente autónoma. "El FSD está lejos de estar listo para funcionar sin supervisión", relata. "No veo ninguna razón para creer que esto ocurrirá dentro de unos meses. Dado el progreso histórico, si ocurriera sería en unos años. Necesitamos ver algunos cambios drásticos con respecto a la situación actual de Tesla, y no se dio ninguna información en el evento sobre cuáles podrían ser esos cambios", añade.

En la misma línea apunta Missy Cummings, ex asesora de la Administración de Estados Unidos de Seguridad del Tráfico en las Carreteras sobre vehículos autónomos, En declaraciones a Forbes se muestra convencida de que "Tesla no es un contendiente serio para aplicaciones reales de conducción autónoma, y considera que están "como mínimo, a 10 años de distancia de alcanzar este tipo de operaciones".

Al hilo de esto, Koopman cita una noticia publicada recientemente por el portal tecnológico Electrek, que explica que AMCI Testing, una empresa de pruebas automotrices independiente, decidió comprobar el funcionamiento del FSD. Para ello, condujeron un vehículo con esta tecnología activada durante más de 1.000 millas (unos 1.600 km). Los resultados fueron "incluso peores de lo que pensaban la mayoría de los críticos". Y es que AMCI informó de que tuvo que realizar más de 75 intervenciones humanas, una cada 21 kilómetros de media, para garantizar un funcionamiento seguro.

"No tiene sentido hacer un análisis detallado de esto: simplemente no está listo ni cerca", resume Koopman. El experto recuerda también que Tesla aún no goza de diversos permisos de circulación de las autoridades estadounidenses para poner en marcha vehículos así. Aunque cree que la aprobación regulatoria no es el problema en este momento: "La cuestión es lograr que la tecnología FSD llegue a un punto en el que los reguladores estatales puedan aprobarla de manera plausible". Deben hacerlo rápido, porque la empresa también anunció que el FSD sin supervisión estará operativo el año que viene en California y Texas en todos sus vehículos Model 3 y Model Y.

Caída en bolsa

A los inversores no les convenció la presentación del Cybercab. Apenas unas horas después del evento, las acciones de Tesla se desplomaron más de un 9%. Entre las quejas que más se repitieron estaba su diseño biplaza, que hace que tan solo quepan dos ocupantes en su interior y les pone en clara desventaja respecto a los taxis tradicionales. Pero también se cuestionó su método de carga.

"Algo que también estamos haciendo, y ya es hora de que lo hagamos, es la carga inductiva. Por lo tanto, el robotaxi no tiene enchufe. Simplemente se conecta al cargador inductivo y se carga. Así es como debería ser", explicó Musk. Traducido significa que el vehículo no tendrá puerto de carga, se situará encima de una plataforma que le proporcionará energía de manera inalámbrica.

Con todo, Koopman va más allá en sus quejas. "El hecho de que haya un conductor robot no significa que se pueda poner en marcha un robotaxi. Alguien tiene que limpiar, mantener y proporcionar asistencia a los pasajeros. Alguien tiene que interactuar con las fuerzas del orden cuando sea necesario y, potencialmente, viajar al lugar de un accidente cuando sea necesario. Alguien tiene que sacar del asiento trasero al pasajero borracho al llegar. Alguien tiene que presentarse ante el tribunal después de un accidente en los estados en los que el propietario/operador es responsable del mal comportamiento del robotaxi. Y así sucesivamente", concluye.