Este miércoles está previsto que Amazon lance al espacio los primeros satélites del proyecto Kuiper, que pretende poner en marcha una gran constelación satelital para ofrecer Internet de banda ancha en cualquier lugar del planeta. Es una iniciativa muy parecida a Starlink, desplegada hace unos años por SpaceX. Y en medio de esta guerra entre Jeff Bezos y Elon Musk, Europa vuelve a llegar tarde.

En octubre de 2023 Amazon lanzó dos satélites prototipo para hacer pruebas. Pero ahora se dispone a poner en órbita el primer lote de 27 satélites de red de banda ancha. El lanzamiento se realizará a bordo de un cohete de la empresa United Launch Alliance (ULA) -una compañía que surge de la alianza entre Lockheed Martin y Boeing- desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida (EEUU).

La idea es que, con el tiempo, la compañía de Bezos llegue a operar más de 3.200 satélites de órbita baja (LEO) capaces de ofrecer Internet de alta velocidad y baja latencia. "Hemos realizado numerosas pruebas en tierra para preparar esta primera misión, pero hay cosas que solo se aprenden en el vuelo (...). Independientemente de cómo se desarrolle, este es solo el comienzo de nuestro viaje", señaló Rajeev Badyal, vicepresidente del proyecto Kuiper.

"Tras varios años de desarrollo y ensayos iniciales, el 9 de abril marca oficialmente el inicio del despliegue operativo del proyecto Kuiper. Se espera que los primeros servicios comerciales estén disponibles a finales de 2025. Amazon ha comprometido más de 10.000 millones de dólares y prevé al menos 80 misiones de lanzamiento para completar esta primera fase", relata Miguel Ferrando-Rocher, doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones por la Universitat Politècnica de València (UPV).

"Nadie va a contratar Starlink ni Kuiper viviendo en Miami o en Madrid. No tiene mucho sentido", valora Manuel Mazzanti, periodista y fotógrafo argentino afincado en Miami, desde donde cubre el programa espacial en contacto directo con el Centro Espacial Kennedy y la Base Aérea Espacial de Cabo Cañaveral. "Pero estos sistemas son una solución muy buena en zonas donde no hay tanta conectividad. Solo en EEUU el 50% del territorio tiene muy baja cobertura, tanto celular como de ancho de banda de Internet. Por eso estos proyectos vienen a suplir una demanda que hace años que se está esperando", añade.

Como explica Ferrando-Rocher, la comparación entre Kuiper y Starlink es "inevitable". "No solo por las similitudes tecnológicas de los proyectos, sino también por la rivalidad latente entre dos de las grandes figuras del ecosistema aeroespacial: Elon Musk y Jeff Bezos. Ambos sistemas comparten una filosofía común, reducir la brecha digital desde el espacio, y recurren a tecnologías avanzadas como antenas electrónicamente dirigidas (phased array), órbitas bajas y enlaces ópticos entre satélites. Sin embargo, difieren en tiempos, estrategias y arquitectura empresarial", detalla.

La diferencia más clara es que Starlink parte con una ventaja considerable, porque ya tiene a día de hoy más de 7.000 satélites desplegados, y ofrece servicios operativos en más de 70 países gracias una oferta consolidada para usuarios residenciales, empresas, embarcaciones, aeronaves y entornos móviles. Además, ya opera con enlaces láser intersatelitales, lo que permite reducir la dependencia de estaciones terrestres y mejorar la latencia en trayectos intercontinentales, según detalla el experto. Y en paralelo, SpaceX controla de forma directa el ciclo completo: diseño, fabricación, lanzamiento y operación de sus satélites, lo que le otorga agilidad e independencia tecnológica.

"Kuiper, en cambio, entra en una fase crítica. Llega más tarde, pero lo hace con una propuesta integradora muy potente: terminales de bajo coste, alianzas con operadoras como Vodafone o Verizon, y la posibilidad de sinergia directa con servicios del ecosistema Amazon —desde AWS hasta Prime Video, logística, cloud edge o IoT—. Además, Amazon ha optado por un enfoque modular y distribuido, subcontratando sus lanzamientos a proveedores como ULA, Blue Origin y Arianespace, lo que le permite diversificar riesgos. Aunque también lo hace más dependiente de terceros, a diferencia del modelo verticalmente integrado de SpaceX", relata.

Vicente Boria, catedrático de la UPV, apunta que hay otras "pequeñas diferencias". Los satélites de SpaceX se ubican a entre los 400 y los 500 km de altitud, y pesan en torno a los 260-270 kg. Los de Amazon estarán en una órbita un poco más alta, alrededor de los 600 km. Y para compensar la pérdida de señal que provoca esa mayor distancia a la Tierra, son más grandes, pesando unos 500-600 kgs, y tienen antenas más potentes.

"Lo bueno es que Amazon necesitará un menor número de satélites para ofrecer cobertura global. Aunque los costes de cada satélite serán más altos", valora Boria, antes de señalar otra curiosidad: "Los satélites de Kuiper incorporan una especie de capa que hacen que la luz solar refleje menos. Es algo en lo que SpaceX no puso tanto cuidado, por eso los astrónomos se quejaban de que les molestaban mucho cuando hacían observaciones espaciales".

Este tema es importante. Como indica Mazzanti, los expertos han criticado a SpaceX tanto por los problemas que causan sus satélites en la observación astronómica como por la cantidad de 'basura espacial' que la compañía está lanzando al espacio. "En algún momento tendremos que tomar la decisión de si preferimos que los astrónomos sigan haciendo observaciones desde la Tierra o queremos que la actividad económica crezca y que cualquier persona desde cualquier parte del mundo tenga conexión a Internet. Por eso creo que en el futuro la mayor parte de observatorios astronómicos estarán ubicados fuera de la Tierra", comenta el periodista.

"Lo que está en juego con todo esto no es solo un mercado multimillonario, sino también cuestiones de soberanía tecnológica, gobernanza del espacio orbital, regulación del espectro y acceso universal a Internet como derecho. Si Kuiper logra desplegar su red en los plazos previstos y capitaliza las sinergias internas de Amazon, podría convertirse en un actor de primer nivel. No obstante, el liderazgo actual de SpaceX en este ámbito sigue siendo ampliamente reconocido tanto por su madurez operativa como por su capacidad de innovación", destaca Ferrando-Rocher.

La posición de Europa

"Esto de las constelaciones no es algo que se les haya ocurrido a los magnates", afirma Mazzanti", que recuerda que "Iridium fue la primera constelación de sesenta y seis satélites para proveer servicio de telefonía móvil en todo el mundo, allá por principios de siglo. Lo sé porque yo participé en ese en ese proyecto, así que esto no es algo nuevo. Pero es verdad que ahora los costes de lanzar satélites han bajado mucho. Por eso hay muchas empresas, también españolas, que pueden hacerlo".

Con todo, a la hora de proveer Internet a nivel mundial Musk lleva el liderazgo de manera indiscutible, y solo Bezos parece ser capaz de desafiarle a pesar de que hay más proyectos parecidos en marcha, como los chinos SpaceSail y GuoWang. En Europa destaca OneWeb, que tiene una visión más "institucional y regional", según Ferrando-Rocher. Pero está lejos de competir al nivel de las empresas estadounidenses.

Boria lo explica: "OneWeb es un proyecto impulsado por el entorno europeo, está metido Airbus de por medio. Pero va más retrasado, por eso lo ideal sería que que avanzara mucho más para que Europa ganara más independencia. Y luego hay otra constelación europea proyectada para lanzarse en el futuro, Iris2, que estará centrada sobre todo en comunicaciones gubernamentales y aplicaciones de seguridad y defensa".

"Iris2 y las iniciativas europeas en constelaciones satelitales van en la buena dirección. La idea de contar con una infraestructura propia tiene todo el sentido, sobre todo viendo cómo evoluciona el panorama geopolítico y tecnológico", sostiene Ferrando-Rocher, que a pesar de ello habla de que la sensación generalizada es que Europa "llega un poco tarde" aunque "con una propuesta sólida". "Queda por ver cómo se concreta todo y cómo se coordina con los actores nacionales y privados, pero el paso es necesario", zanja.