En las últimas semanas la escalada de tensión entre China y Estados Unidos se ha traducido en una guerra arancelaria entre los dos países. Pero hay que ir más allá para entender cuál es la auténtica batalla que ambos están librando por la hegemonía mundial, que lleva décadas en manos americanas pero que, cada vez más, está en entredicho.

Hablamos de tecnología, por supuesto. "La importancia que le ha dado China a competir con EEUU en ese ámbito ha sido total, existencial y estratégica. Para China, desarrollar tecnología propia no es solo una prioridad: es una cuestión de supervivencia y poder. Ha entendido que quien domine la tecnología dominará la economía, la geopolítica y la narrativa del siglo XXI. Por eso ha convertido su modelo de desarrollo en una auténtica máquina de soberanía tecnológica: IA, 5G, pagos digitales, energías renovables, chips… No copia, compite. No improvisa, planifica. Y lo hace con recursos masivos, visión a largo plazo y un Estado que actúa como estratega, no como burócrata​​​", resume Julio Ceballos, consultor de negocio en China y autor del ensayo El calibrador de estrellas (Ariel).

Que en los últimos años China ha recortado mucha distancia con EEUU a nivel tecnológico parece innegable para los expertos. La gran pregunta es cómo de cerca están ahora mismo. Y en ese punto, la respuesta es más compleja. "No hay información sobre cuánto invierte China en tecnología. Pero todos los indicadores indirectos que tenemos evidencian la competitividad que han ganado. En número de patentes, por ejemplo, los chinos multiplican por seis a los estadounidenses", explica Andrés Pedreño, catedrático de Economía y co-fundador de IT&IS, Torre Juana OST, 1MillionBot, AlicanTEC y 1070km hub.

El tema genera debate. Aunque algunas voces, como la de Ceballos, no dudan en decir que "China cada vez está más cerca". Para argumentarlo cita un estudio del think tank Australian Strategic Policy Institute (ASPI), publicado en 2023, que recogía que el gigante asiático ya lidera en investigación en 37 de las 44 tecnologías críticas para dominar el mundo 4.0. "Aún va detrás en ciertos temas, pero está cerrando esas brechas a gran velocidad", señala Ceballos.

Otros, como Mario Esteban, investigador principal del Real Instituto Elcano, ven claro que los estadounidenses mantienen su superioridad estratégica en este campo. "Hay ejemplos muy evidentes que cuestionan que China haya adelantado ya a EEUU", comenta. Para él, el indicador más claro es que cuando ambas potencias intentan presionarse mutuamente, EEUU se centra en restringir el acceso de Pekín a las tecnologías más avanzadas, como los semiconductores. Una capacidad que, explica, no tienen los asiáticos, que suelen contestar cortando el acceso a materias primas o tierras raras.

"Está claro que son las dos potencias tecnológicas actuales, pero creo que dependiendo del sector lidera uno u otro, no veo que sea buena idea visualizarlo en términos absolutos", desliza Esteban. "China está más avanzada en vehículos eléctricos de manera clara. Pero hay que recordar que en la pandemia de la Covid-19 los chinos pusieron toda la carne en el asador y no fueron capaces de desarrollar vacunas tan avanzadas como las que lanzaron las principales farmacéuticas occidentales. En el ámbito biotecnológico es evidente que van por detrás, como también en la carrera por los semiconductores, que son un elemento central hoy en día", asegura el experto.

En cualquier caso, ha quedado demostrado que China puede dar un golpe sobre la mesa y poner contra las cuerdas a los americanos en algunos sectores, como la inteligencia artificial. Ya lo hizo en enero de este año, cuando dieron a conocer DeepSeek, un chatbot con un rendimiento muy similar a ChatGPT, pero con unos costes muy inferiores. Un movimiento que, por primera vez, abrió una brecha en el monopolio estadounidense de la IA, y generó dudas sobre la fortaleza de los gigantes tecnológicos como Nvidia, que perdieron casi 600 mil millones de dólares en bolsa en un solo día.

"La percepción en EEUU es que su hegemonía está amenazada. Y los chinos lo ven como una oportunidad para no tener que aceptar la superioridad americana en el futuro. Por eso para el partido comunista chino este tema es una prioridad absoluta", recalca Rafael Dezcallar, ex embajador de España en China, que se muestra convencido de que el mundo sería un lugar diferente si el país asiático se consagra como la principal potencia tecnológica del planeta: "Un aspecto fundamental del papel hegemónico de EEUU en las últimas décadas ha sido su músculo tecnológico, así que habría un efecto directo a nivel global".

La reacción de EEUU

Tal y como explica Esteban, aunque el boom científico y tecnológico de China frecuentemente se asocia al liderazgo de Xi Jinping, lo cierto es que fue su predecesor, Hu Jintao, quien comenzó a desarrollar políticas para impulsar esos sectores, aumentando el porcentaje del PIB destinado a ellos. Sin embargo, en los últimos años el crecimiento del músculo tecnológico chino está siendo cada vez más evidente. Y no parece que la Casa Blanca tenga intención de quedarse quieta, más aún si su inquilino es Donald Trump.

"China advierte claramente que nos hallamos en un punto de inflexión, marcado por el ascenso del poder tecnológico. Hay una apuesta muy fuerte desde hace años por asegurar el éxito en este empeño, pues de ello depende que pueda transitar de ser la fábrica del mundo a situarse en la vanguardia tecnológica. Naturalmente, todo esto lo sabe también EEUU. Y hará, como lo está haciendo, lo imposible por dificultar e impedir que China tenga éxito porque eso supondrá una estocada más, quizá definitiva, en su agrietada hegemonía global", resume Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de la Política China.

"Es evidente que a EEUU le preocupan mucho los avances de China, y sabe que son el elemento central con el que pueden amenazar su hegemonía. El desarrollo científico-tecnológico es clave para el poder y las capacidades de los países, y para la productividad, el liderazgo económico o el ámbito militar. Y si tienes tecnologías más avanzadas, probablemente vas a ser visto internacionalmente como un socio más atractivo", sostiene Esteban.

Ceballos apunta en la misma dirección: "Todo parece indicar que EEUU reaccionará con miedo, sanciones, aranceles y retórica defensiva. Pero ese miedo solo confirma que el trono ya tiembla. Estados Unidos no teme a una China poderosa, teme a una China autónoma tecnológicamente. Y cuando Pekín deje de necesitar tecnología estadounidense, el liderazgo global habrá cambiado de manos".

Para el consultor, la tecnología es el nuevo campo de batalla. Por eso cree que a día de hoy ya no se lucha por territorio, sino por autonomía digital, ciberdefensa, por chips, algoritmos y datos. "La guerra es silenciosa, pero feroz. Controlar la tecnología es controlar el futuro. Para China, es la vía para romper el dominio occidental. Para EEUU, es su último bastión. La geopolítica se ha vuelto tecno-política", afirma Ceballos, que opina que mientras "China construye infraestructura; EEUU impone sanciones. Pekín exporta talento e invierte en educación; Washington exporta miedo y narrativas de amenaza. La diferencia es clara: uno redibuja el tablero, el otro trata de frenar el juego".

Los gigantes tecnológicos mundiales

En todo este proceso, sin embargo, EEUU sigue copando casi en su totalidad el ranking de empresas tecnológicas más importantes a nivel global, especialmente gracias a las 'Siete Magníficas': Apple, Amazon, Alphabet, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla. Aunque China cuenta con varias candidatas a pelear por esos puestos, como Tiktok, Huawei, Alibaba o Xiaomi.

"Si hacemos un mapa de los gigantes tecnológicos por continentes veremos que en EEUU hay muchos, y que Asia en general está cerca gracias también a empresas de otros países como Samsung, que es surcoreana. Y mientras, en Europa solo tenemos viejas 'telecos' que tienen cada vez menos mercado. Cuando hay empresas importantes, o bien las compran compañías estadounidenses, en su mayoría, o bien la regulación es tan pesada que se hace muy difícil que escalen. No hemos aprendido nada, porque lo que deberíamos hacer es crear una cultura innovadora, arriesgar y equivocarnos para poder progresar", argumenta Pedreño.

La Unión Europea ya se ha dado cuenta de los peligros de depender de EEUU en un sector estratégico como es la defensa. Y sin embargo, la dependencia tecnológica respecto a los americanos es aún mayor en el ámbito tecnológico. Hasta tal punto que, en el improbable caso de que quisieran cortar totalmente relaciones, en países como España "volveríamos a la Edad de Piedra", como explicó Sancho Lerena, CEO de Pandora FMS, a este periódico.

Ante eso, cada vez más voces apuntan, como Pedreño, la necesidad de que Bruselas relaje las regulaciones y facilite fusiones y consolidaciones. Esta misma semana hemos visto cómo en el ámbito de la moda Prada ha comprado a su rival Versace para crear un gigante italiano de la moda. En el sector tecnológico, algunos nombres relevantes como Marc Murtra, presidente de Telefónica, se han hartado de decir que este tipo de movimientos son absolutamente necesarios.

"Nos encontramos en un momento de cambio radical impulsado por titanes que dominan mercados casi monopolísticos. Gigantes con una gran capacidad de inversión que están desarrollando tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial generativa. Pero estas empresas son estadounidenses o chinas. No hay una sola empresa europea entre las compañías que lideran el cambio digital", incidió el propio Murtra ante la junta de accionistas de Telefónica celebrada este jueves, en la que dejó entrever que la 'teleco' estudiará movimientos en el mercado nacional antes de intentar escalar a nivel europeo.