La guerra por ser la primera empresa de la historia que compita con Renfe transportando viajeros en el AVE ya ha empezado. Según los planes del Ministerio de Fomento y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la puesta en marcha de la liberalización ferroviaria se produciría el 14 de diciembre de 2020. Y las espadas están en alto: la alianza entre Acciona y Air Nostrum lleva meses anunciando sus intenciones y la SNCF -la Renfe francesa- reunió el pasado martes en un hotel de cinco estrellas de Madrid a un nutrido grupo de periodistas para comunicarles que también ellos entrarán en la liza. Según fuentes de Competencia, hay como máximo "tres o cuatro" actores interesados en la apertura de Renfe al mercado.
Quien no ha anunciado sus intenciones y se está moviendo sigilosamente en la misma dirección que SNCF o Acciona es la legendaria compañía de transporte por carretera Alsa, cuya matriz es National Express tras comprar la empresa española en 2005 por 600 millones (netos). La familia Cosmen, sin embargo, no solo no se ha desprendido del negocio de los autobuses sino que controla más de una cuarta parte de National Express y son los principales accionistas con un 26%. Y los Cosmen quieren entrar en el AVE, aunque no han hecho públicos sus deseos. Todavía.
Los Cosmen poseen licencia desde 2010 y controlan National Express
Alsa Ferrocarril posee licencias para mover mercancías y viajeros desde 2010, según publica mensualmente Adif. Este medio ha consultado a la compañía fundada en Asturias en 1923 sobre sus pretensiones ferroviarias, pero no ha obtenido respuesta. Hasta cuatro consultados aseguran que Alsa irrumpirá en breve en la carrera de la alta velocidad de la mano de sus socios británicos, con quienes trabaja desde hace casi 15 años.
Y ya tiene la experiencia o el know-how que serán requeridas por Fomento cuando llegue el momento: National Express ha operado decenas de líneas de tren en Reino Unido de 2003 a 2017, año en que dejó de gestionar el último trayecto, la línea regional al este de Londres y al sur de Essex.
Además de los autocares, cuenta con experiencia ferroviaria en Reino Unido y Alemania
En la actualidad la matriz de Alsa opera la línea regional germana Rhein-Münsterland-Express. Pero es que además es una firma bregada en desplazar viajeros, aunque mayoritariamente sea en autocar o autobús: Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, España, Portugal, Alemania, Marruecos...
Pero la jugada principal de Alsa no es solo su bagaje internacional sino, sobre todo, que ya está presente en el negocio ferroviario en España. Concretamente, el tren turístico Felipe II. Los trenes turísticos están liberalizados desde el 31 de julio de 2013; y desde julio de 2017 la empresa de los Cosmen opera el trayecto que va desde la Estación de Príncipe Pío hasta el Escorial. Un tren turístico que está siendo objeto de investigación tras denuncias por competencia desleal pero que es la puerta de entrada de la compañía.
Alsa entabló conversaciones con Acciona y se interesó en los Cercanías
"Alsa estuvo interesada en su momento en operar recorridos que son Obligaciones de Servicio Público (OSP) como los Cercanías", señala un conocedor de los entresijos. Por el contrario, los últimos equipos en Fomento, indistintamente del PSOE (José Luis Ábalos) o del PP (Íñigo de la Serna, Ana Pastor), han blindado los Cercanías para evitar su liberalización: no podrán tener competencia hasta por los menos 2027. "Es un servicio que casa mucho mejor con la experiencia de Alsa de mover autocares a través de una concesión que la alta velocidad", añaden las fuentes. "Al final van a ir todos al AVE".
En su día, Alsa se acercó a Acciona. Pero las negociaciones no fructificaron al paralizarse el proceso liberalizador iniciado por Ana Pastor en 2012. Ahora Acciona y Air Nostrum negocian con la SNCF, que a su vez ha reconocido estar en conversaciones con otros actores. Lo mismo que NTV, la firma privada que preside Luca Cordero di Montezemolo, el patrón de Ferrari. Ninguna de estas compañías tiene planes con Alsa, que acude en solitario.
El AVE 'low cost'
Fomento anunció a través de Adif a comienzos de febrero que se inspiraría en la liberalización ferroviaria italiana, basada en contratos vía concesión en un trayecto concreto (por ejemplo, Madrid-Barcelona) para un periodo de entre cinco y 15 años. Italia cuenta con 1.000 kilómetros de líneas de alta velocidad frente a los más de 3.000 de Adif. Y la SNCF ha dicho que quiere traer un AVE low cost como el que funciona en Francia desde hace siete años.
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