María Victoria Chivite Navascués (Cintruénigo, 1978) es desde esta tarde la nueva presidenta de Navarra tras el Pleno de Investidura celebrado a las 19.15 horas y que en segunda votación, 24 horas más tarde, ha otorgado la confianza suficiente tras no alcanzar ayer la mayoría absoluta requerida.
La abstención de cinco de los siete parlamentarios de EH Bildu -los otros dos han votado en contra- ha permitido que la candidata del PSN logre la mayoría simple, más síes que noes, gracias al apoyo explícito facilitado por los once parlamentarios de su formación, los nueve de Geroa Bai, los dos de Podemos y la representante de Izquierda-Ezkerra. De este modo, los 20 votos en contra de la principal formación de la Cámara, Navarra Suma, han sido insuficientes para desactivar la candidatura del PSN, que ha logrado el apoyo de 23 diputados.
La votación de los 50 diputados, a la que han asistido el secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán, y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha sido secreta y bajo papeleta. Se ha realizado tanto en euskera como en castellano. El recuento hecho por el presidente de la Cámara, Unai Hualde, ha revelado que finalmente Bildu ha facilitado sólo las abstenciones necesarias a Chivite para ser elegida. Un gesto que responde a su advertencia de que no bloquerían su candidatura para no facilitar un Gobierno de Navarra Suma pero visualizar al mismo tiempo que serán exigentes con su gestión. Ayer la portavoz de Bildu, Bakartxo Ruiz le recordo que si hoy era designada presidenta era gracias a la abstención de la izquierda abertzale, "tenemos la llave que abre y cierra puertas", le advirtieron.
De esta forma, Chivite recupera la presidencia de Navarra para los socialistas 24 años después de su último presidente, Javier Otano, y de su antecesor, Gabriel Urralburu, cuyos mandatos estuvieron salpicados por las condenas y sospechas de corrupción.
Chivite ha prometido que gobernará "para todos" y que abrirá la puerta al diálogo y los acuerdos con todas las formaciones, a izquierda y derecha. Sin duda, su mandato se inicia marcado por el respaldo de la izquierda abertzale que ha suscitado un profundo rechazo por parte de todos los integrantes de Navarra Suma -PP, UPN y Ciudadnos- que ha tildado de "inmoral" y de "traición" la alianza con la izquierda abertzale que ha facilitado la llegada al Gobierno de Chivite.
La nueva presidenta, de 41 años, que releva a Uxue Barkos (Geroa Bai) al frente del Ejecutivo foral, liderará un Gobierno tripartito que contará con 13 consejerías, de las que cuatro las gestionará Geroa Bai, una Podemos y el resto el PSN. Contará además con el respaldo de la representante de Izquierda-Ezkerra, con quien también ha pactado un programa de Gobierno acordado por las cuatro formaciones. El mandato de Chivite se augura complicado, no sólo por la minoría con la que deberá gobernar, sino por la profunda fractura y tensión con el que se inicia por haberse aupado hasta la presidencia de la Comunidad Foral con el imprescindible y crítico respaldo que las bases de Bildu le han otorgado tras la directriz favorable a la abstención dada por el líder de la coalición, Arnaldo Otegi.
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