"Estamos ante dos partidos políticos, y uno intenta paralizar la vida del otro". Así ha definido el abogado defensor de Junts la demanda interpuesta por el PDeCat contra la formación impulsada por su ex presidente. En su demanda, el partido fundado por Artur Mas acusa al proyecto de Carles Puigdemont de "apropiarse" de la "marca electoral" y del "capital político" atesorado por esa marca electoral, Junts per Catalunya, que nunca actuó realmente como partido.
Lo que debía ser una simple vista preliminar se ha convertido ya en un abierto cruce de reproches y ha exigido la primera declaración de testigos, los involucrados en el cambio de titularidad del partido registrado en su día por Marta Pascal. No era para menos. La juez debe decidir en un plazo de quince días si acepta las medidas cautelares reclamadas por el PDeCat, que implicarían paralizar la actividad de Junts a las puertas de las elecciones.
Fraude de ley
"Se está intentado un fraude de ley" en base unas "vulneraciones de reglamentos internos" ha lamentado el defensor de Junts, Agustí Casas. De eso es, precisamente, de lo que acusa la actual dirección del PDeCat a sus ex compañeros de partido y actuales líderes de Junts. Fueron Elsa Artadi y el abogado Quim Juvell los que orquestaron el cambio de cúpula -unos cargos instrumentales que ostentaban trabajadores del PDeCat- en el partido registrado como Junts para poder hacerse con la marca electoral.
Ahora, el PDeCat intenta revertir esa decisión, alegando que la asamblea en la que se eligió a Carles Valls como presidente de Junts en sustitución de Laia Canet -amiga personal de Marta Pascal que se ha sumado ahora al proyecto de Puigdemont- nunca tuvo lugar y sus actas son un fraude.
Agustí Casas, abogado de Junts, sostiene sin embargo que la suspensión cautelar del uso de la marca por parte de Puigdemont y sus acólitos comportaría "daños económicos, políticos y sociales" que ha valorado en cerca de medio millón de euros, en base a las cuotas de los 4.000 militantes de la nueva formación.
Relación de amistad
En este contexto, el propio Puigdemont ha afirmado este viernes que la demanda que presentó el PDeCAT contra su partido por el uso de las siglas "Junts per Catalunya" (JxCat) era "perfectamente evitable" en una relación entre dos fuerzas que debería ser de "amistad".
En declaraciones a Efe, Puigdemont ha asegurado que la voluntad de "todos" los que tienen responsabilidades en JxCat y el PDeCAT es ver si son "capaces de encontrar más acuerdos que desacuerdos", en una relación que ha insistido en que "tiene que ser de amistad".
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