Hace tiempo que Esperanza Aguirre (Madrid, 1952) se retiró de la primera línea y dejó un legado no sólo político, sino también social, cultural y económico inconfundible, fruto de casi diez años al frente de la Comunidad de Madrid. Pero nunca se fue del todo.
La convulsa actualidad política no le es, ni mucho menos, indiferente. Al revés, asegura estar preocupada no sólo por el cariz que está adquiriendo la evidente crisis institucional fruto de un Gobierno que "quiere acabar con la monarquía y el Poder Judicial", sino por lo que ocurre dentro de su propio partido, de las siglas que durante tanto tiempo defendió a capa y espada. Considera que Rajoy legó a Casado un partido "roto" por la renuncia expresa que hizo el ex presidente del Gobierno a la batalla de las ideas. Por este motivo, recuerda, casi cuatro millones de españoles eligieron las siglas de Vox y abandonaron al PP.
Pregunta.- Las restricciones a la movilidad que se han llevado a cabo en la Comunidad de Madrid han generado una enorme polémica. Desde amplios flancos políticos y sociales han llegado a tildar las medidas de Isabel Díaz Ayuso de escasas, segregadoras y clasistas.
Respuesta.- Es todo un disparate. Pase lo que pase, Ayuso tiene la culpa. Los criterios que se han utilizado en la Comunidad de Madrid, a diferencia de los que se utilizaron para confinarnos en el estado de alarma, basados en un comité de expertos inexistente, los que ha utilizado Ayuso son absolutamente científicos.
P.- Estos confinamientos parciales se han traducido en protestas en las calles de Madrid alentadas, en muchos casos, por Unidas Podemos, que ha reactivado el discurso de la lucha de clases.
R.- No voy a comentar estas protestas para no hacerle un favor a Isa Serra, una señora condenada por agredir a una policía y decirle que más le valía a su hijo quitarle la pistola y volarle la tapa de los sesos. Sí digo que hay que dar la batalla cultural. El comunismo es el sistema más fracasado de toda la historia pese a haber tenido a su favor todo, incluidos los medios de comunicación, aunque en España, desgraciadamente, siguen teniendo muchos. Durante 75 años parecía que ser anticomunista era un insulto. Yo siempre lo he sido. Y estoy encantada con que las 'Isas Serras' de la vida me insulten.
P.- ¿A qué atribuye el alto número de contagios en la región?
R.- Siempre he defendido que el vivir en edificios altos, que son prácticamente cajas de cerillas, es algo muy nocivo y no se hace en ningún país europeo. Tanto defendí esto que llegué a aprobar una Ley de Viviendas Rurales Sostenibles que después derogó mi sucesora, Cristina Cifuentes. España es un país donde solo el 10% del suelo está construido, porque han impuesto su criterio unos arquitectos urbanistas que, a mi juicio, están totalmente equivocados. Es que tenías mil hectáreas y no te dejaban hacerte una casa, y no por terreno protegido, sino por terreno agrícola. Los urbanistas son de la opinión de que no puedes construir si no hay un centro de salud, un colegio o una carretera cerca, pero hay mucha gente que quiere vivir en el campo y no confinado en pisos con muy pocos metros. No todos los lugares confinados están en el sur de Madrid, eso es rotundamente falso. Lo que sí coinciden los lugares con mayor incidencia con aquellos en que hay más edificios de altura. Eso no es calidad de vida.
El comunismo es el sistema más fracasado de toda la historia
P.- Esta semana conocíamos que el Gobierno iniciará los trámites para indultar a los presos del procés. Y Casado anunció que el PP recurrirá al Supremo si llegan a concederse, pero ¿es suficiente la respuesta del principal partido de la oposición?
R.- Todos los expedientes deben tramitarse, pero estos no deben concederse porque estos señores son unos delincuentes que no se arrepienten. Citaría a Tomás y Valiente, diputado del PSOE y presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA, que decía que no se pueden dar indultos si no hay arrepentimiento.
P.- ¿Pero cree que el PP tiene que ser el promotor de las protestas contra el Gobierno en la calle?
R.- Las protestas en pandemia son muy complicadas. Creo que, en su momento, por supuesto que las apoyará.
P.- ¿Se equivocó Pablo Casado destituyendo a Cayetana Álvarez de Toledo?
R.- No estoy aquí para juzgar al presidente del partido, ni sé cuál fue su relación con ella. Lo que sé es que Cayetana Álvarez de Toledo es la más brillante parlamentaria que tienen en este momento las Cortes españolas. Y que cada vez que podíamos escucharla nos dábamos cuenta de lo realmente importante que es la formación académica y la libertad de expresión.
P.- ¿Y acierta Santiago Abascal presentando una moción de censura al Gobierno justo ahora?
R.- Motivos para censurar a este Gobierno sobran, qué duda cabe. La moción de censura es un instrumento constructivo, no sólo para poner a otro presidente, sino que también está bien para censurar al que hay. Por tanto, es muy respetable que Vox lo haga aunque no cuente con los votos suficientes para sacarla adelante.
P.- Entonces, en su opinión, ¿Casado debería unir fuerzas con Abascal? ¿O alejarse del camino de la ultraderecha para hacer el suyo propio?
R.- Yo no creo que Abascal sea ultraderecha. Por desgracia, Rajoy le ha legado a Casado un partido roto, dividido en tres. En el partido se quiso hacer caso del discurso que Mariano Rajoy pronunció en Elche, un par de meses antes del congreso de Valencia, cuando dijo que los liberales y conservadores del PP se fuesen, que no quería doctrinarios en el partido. Y lo hicieron. Los que creían en defender ideas, conservadores, se fueron a Vox; y los de ideas liberales, a Ciudadanos. Otros nos quedamos, Pablo (Casado) entre ellos. Pero tiene un trabajo muy arduo por delante: volver a unir a todo el centroderecha español. Si no lo hace, Sánchez seguirá gobernando muchos años más.
P.- Casado ya advirtió que soltaría amarras con todos a los que salpicase la investigación del caso Kitchen... ¿incluido Rajoy?
R.- Casado ha dicho que, por supuesto, nadie en el PP debe estar por encima de la ley, de los jueces y de las sentencias. De momento, el juez no ha considerado oportuno investigar ni a María Dolores de Cospedal ni a Mariano Rajoy. Y puedo asegurar que es perfectamente posible que de las cuestiones que sucedieran en el Ministerio del Interior no tenían por qué enterarse ni la secretaria general ni el presidente del Gobierno. Pero será el juez quien lo decida.
Rajoy le ha legado a Casado un partido roto, dividido en tres
P.- ¿Le pasará factura a la actual dirección el pasado corrupto del PP?
R.- Casado tiene toda la razón cuando dice que él, cuando sucedió todo esto, era diputado por Ávila. ¿Qué tiene que ver un diputado por Ávila con el Ministerio del Interior? Ahí es donde el juez y la Fiscalía han encontrado ciertos hechos que, si se demuestran, son gravísimos en mi opinión. Pero es que Casado nada tenía que ver con aquello.
P.- El objetivo es sentarse en el Palacio de la Moncloa. ¿Lo conseguirá?
R.- Bueno, ha dicho Pablo Iglesias que nunca más estaremos en el Consejo de Ministros por apoyarnos en Vox. Yo opino lo contrario. Es esa falta de defensa de principios y valores que se ha dado durante el mandato de Mariano Rajoy lo que ha provocado que 3,7 millones de españoles, la inmensa mayoría votantes del PP, se decidieran por Vox. Iglesias quiere ilegalizar no sólo a Vox, sino también al PP. Él quiere ser como Chávez y Maduro.
P.- La crisis institucional existente se agravó esta semana cuando el Gobierno vetó por primera vez al Rey de la entrega de despachos a jueces en Barcelona.
R.- Esto es gravísimo. Nunca he visto una cosa parecida. El Gobierno socialcomunista quiere acabar con las dos instituciones que ellos creen que estropea el cambio de régimen que quieren hacer hasta convertirnos en Venezuela: la monarquía y el Poder Judicial. Pablo Casado tiene toda la razón cuando dice que, o se suprime a Podemos del Gobierno, que está en contra de nuestro régimen democrático, o no se sienta a la mesa. Y Casado debería ofrecer a Sánchez un pacto que no pueda rechazar.
P.- ¿Cree que Sánchez quiere también acabar con la monarquía?
R.- Bueno, Iglesias lo dice y Sánchez no le ha corregido. Eso es lo más grave de todo.
El Gobierno socialcomunista quiere acabar con la monarquía y el Poder Judicial
P.- ¿Cómo ha afectado a la imagen de la Casa Real la salida del rey emérito?
R.- Tengo la impresión de que las presiones que ha hecho el Gobierno a la Zarzuela para que Juan Carlos abandonara debieron ser muy fuertes. Y creo que no debería haber cedido, aunque no tengo suficiente conocimiento de la causa. Lo que sí sé es que el rey emérito ha hehco por España mucho. Nos libró de una dictadura y nos hizo avanzar hacia una de las mejores democracias de Europa, al menos hasta que llegaron los socialcomunistas.
P.- Y, en suma, ¿qué opinión le merece la gestión que ha realizado el Gobierno de la pandemia?
R.- Pues ha consistido fundamentalmente en poner la mentira por delante de todo. Se dijo que había un comité científico que no existía. Se dijo que el estado de alarma se declaraba para erradicar el virus, y resulta que se utilizó para poner a Iglesias en el CNI.
P.- ¿Con quién aprobará Sánchez los Presupuestos?
R.- Tiene el apoyo de los independentistas y de los bilduetarras.
P.- ¿Y Ciudadanos?
R.- Insisto. Creo que ya tiene los Presupuestos cerrados.
P.- Llegó a dar positivo en coronavirus. ¿Cómo fue esa experiencia?
R.- Por mí no sentí miedo. Tuve muchos síntomas, mucho cansancio como si me hubiera pasado un camión por encima, y a día de hoy me canso un poco más que antes, así que quizá me ha quedado alguna secuela. Pero sí estuve muy preocupada por mi marido, que él tuvo neumonía y dificultad respiratoria.
P.- ¿Le preocupa la situación epidemiológica actual en España, con los miles de casos que reporta el Ministerio de Sanidad cada día?
R.- Las cifras de coronavirus son una locura. Yo me pregunto, ¿cómo vamos a comparar el número de contagios de ahora, que se hacen 700.000 test a la semana según el ministro, con un momento en que no se hacía ningún test? Creo que hay un descontento larvado que hace que se exagere por ejemplo sobre la saturación de los hospitales. Los de Madrid no están saturados, ni mucho menos. Si yo fuese Ayuso me presentaría en las urgencias de los grandes hospitales para comprobarlo.
P.- Y, para acabar... ¿echa de menos estar en la primera línea política?
R.- La verdad es que nada.
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