La tensión y la bronca han vuelto a protagonizar la sesión de control semanal al Gobierno. El "ataque", como lo ha calificado la oposición, del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, al Rey Felipe VI tras mostrar una foto del dictador Francisco Franco junto al actual monarca cuando éste era pequeño ha terminado con la paciencia de la bancada de la oposición que, precisamente, quería utilizar el pleno de hoy para defender la Corona de las acometidas que han protagonizado estos días varios ministros del Gobierno de coalición.
Precisamente, ha sido el líder de la oposición, Pablo Casado, quien ha pedido la palabra y ha solicitado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que retire del diario de sesiones las palabras del diputado independentista. Instaba el jefe de las filas populares a "no tolerar" que el hecho de decir que la Jefatura del Estado es "autoritaria" no tenga consecuencias.
Caso omiso ha hecho Batet, quien ha erigido la bandera de la "libertad de expresión", en este caso de Rufián, y ha eludido aceptar la petición de Casado. La negativa de la también diputada socialista ha provocado un gran revuelo el el hemiciclo, por el que Batet ha tenido que llamar al orden durante varios minutos, sin resultado. "Les pido respeto, contención, saber escuchar al que piensa distinto y educación. Esta sesión de control no ha sido ejemplo de ello", abroncaba a sus señorías.
El rapapolvo no quedaba ahí. A la petición del líder del PP se ha unido la dirigente de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que se ha dirigido directamente a la presidenta de la Cámara. "Está quedando muy mal defendiendo a Rufián de decir barbaridades, y no dando la palabra a los diputados", lamentaba, entre los aplausos de los suyos y las quejas de los contrarios.
"No hay debate con la presidencia", volvía a desestimar Batet, que pedía seguir con la ronda de interpelaciones que, precisamente, inauguraba el grupo parlamentario de Ciudadanos. La diputada de la formación naranja, María Martínez Granados, encargada de defender la interpelación urgente para valorar la "ausencia de medidas del Gobierno para asegurar la supervivencia de los negocios", ha comenzado su intervención desde la tribuna presionando nuevamente a Meritxell Batet. "Comienzo trasladándole la pregunta que Arrimadas quería hacerle: ¿qué considera que es una ofensa al Rey?", pronunciaba.
Ciudadanos pondrá una queja contra Batet
En consecuencia de lo ocurrido, Ciudadanos ha anunciado que va a presentar una queja por el comportamiento de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a la que acusa de "atentar contra la democracia" por haber "amparado" este miércoles las "injurias" que, a su juicio, ha vertido contra el Rey el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, mientras se ha negado a dar la palabra a la presidenta del partido naranja, Inés Arrimadas.
Así lo ha anunciado en una rueda de prensa en el Congreso, el portavoz adjunto de ERC, Edmundo Bal, quien ha definido lo sucedido como un "lamentable incidente". También fuentes 'populares' han avanzado su intención de quejarse formalmente por la actuación de Batet.
Bal ha defendido que la petición de Arrimadas estaba plenamente fundada porque el Reglamento del Congreso contempla la posibilidad de llamar al orden a quien profiera "palabras o conceptos ofensivos contra las instituciones del Estado". A su juicio, esto es lo que ha hecho Rufián al referirse al Rey como "el diputado 53 de Vox".
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