Asegura no querer ser un jarrón chino y no echar de menos la política, aunque lo cierto es que Albert Rivera (Barcelona, 1979) sigue hablando con la misma vehemencia que antaño sobre todos los asuntos que afectan al país en condición de mero ciudadano, puntualiza.
El ex presidente de Ciudadanos explica en entrevista con El Independiente que "nadie pueda sacar pecho de la gestión" del coronavirus, ni el Gobierno de España ni las Comunidades y que "el estado autonómico hace aguas".
Y aunque tampoco quiere cuestionar la estrategia de Inés Arrimadas o la marcha del gobierno de coalición de Madrid, pide que no se acepten unos Presupuestos que perjudiquen a las clases medias y a los autónomos y pone además a Andalucía como ejemplo de Ejecutivo que "goza de buena salud". Y en lo personal, confiesa que el resultado del 10-N también "fue un alivio". No aguantaba más.
Pregunta. -¿Cree que el gobierno de Madrid está haciendo una buena gestión de la pandemia?
Respuesta. -No creo que nadie pueda sacar pecho de gestión, ni el Gobierno de España ni seguramente las comunidades, porque los datos son los que son. Cuando tú tienes la ratio de muertes y contagios más alta de Europa, cuando tu economía cae más que el resto o el paro es el más alto, algo mal estaremos haciendo en España. Tengo también la sensación de que el estado autonómico hace aguas, de que se nos ven las costuras. Se necesita un replanteamiento de coordinación, de cohesión. La Comunidad de Madrid tiene el foco y políticamente para el Gobierno de España no hay mejor defensa que un buen ataque. Sánchez y Redondo saben que, en vez de hablar de su mala gestión, hablan sólo de Madrid.
P. -¿Goza de buena salud el gobierno de coalición de Madrid?
R. -Las tiranteces o descoordinación suceden con gobiernos de distinto color político. Hemos visto a Garzón y a Iglesias atacar al jefe del Estado y Sánchez ha callado y otorgado. El Gobierno nacional tiene mala salud y no parece que vaya a romper. Un ejemplo de gobierno de coalición con buena salud es Andalucía. Las personas que lo conforman también contribuyen. No creo que sea un buen momento para plantear crisis de gobierno ni rupturas de ningún tipo. Sea cual sea el color político del gobierno de turno hay que sortear esta tempestad con la gente al timón y luego evaluar para aprender de los errores. Me preocupa que después sólo se nos quede en la retina una foto de banderas de Sánchez y Ayuso o una pelea entre un gobierno autonómico o nacional.
Un ejemplo de gobierno de coalición con buena salud es Andalucía"
P. –En su libro "Un ciudadano libre" (Edit. Espasa) asegura que este es su punto y final en la política, pero, ¿tendría algún partido al que volver como dirigente dado el giro estratégico de Arrimadas?
R. –No voy a comentar la estrategia. Me fui para siempre. Nada de jugadas de ida y vuelta, sino irme de verdad. La marcha conlleva respetar las estrategias de los nuevos. Sería un jarrón chino en toda regla y yo no quiero hacer eso. Lo que sí es verdad es que como ciudadano, como autónomo de un despacho, también tengo mi opinión.
P. – ¿Y cuál es?
R. –Mi experiencia en la política me dice que en este momento necesitamos unos Presupuestos que alivien y no machaquen más a las clases medias. Me preocupa mucho que quieran castigar a la educación concertada, a las mutuas y a la sanidad privada con subidas de impuestos. Hay un treinta por ciento de españoles de clases medias que tienen una mutua. Tendré que ver como ciudadano si nos quieren castigar por cuestiones ideológicas.
P. -No conocemos todavía el borrador de Presupuestos pero sí la intención del Gobierno de modificar el delito de sedición e iniciar el trámite de los indultos a los condenados por el procés. ¿Es compatible con negociar la cuentas para el año que viene?
R. -No voy a decir lo que tiene que hacer Cs, pero como ciudadano opino que modificar el Código Penal con nombre y apellidos es de república bananera. En un Estado de Derecho serio, las leyes son igual para todos. El Gobierno está consiguiendo escaños a cambio de retorcer ese Estado de Derecho y nos lo estamos tragando todo, estamos aletargados por esta situación. Cada día te dan un tortazo en la cara y cuando te levantas ya te están dado otro.
Modificar el Código Penal con nombre y apellidos es de república bananera"
P. – ¿Qué va a ser Ciudadanos de Cataluña? Se les acusa de haber huido de allí y dilapidado su triunfo de 2017.
R. –Lo de huir de Cataluña me parece injusto cuando tenemos a concejales, diputados y cargos públicos jugándose el tipo por defender la Constitución. Si alguien ha dado la cara y levantado esa bandera cuando PP y PSOE estaban pactando con los nacionalistas, fuimos nosotros. Ahora estamos en una situación distinta y vamos a ver qué participación hay.
P. -¿Qué resultado prevé?
R. - Espero que los constitucionalistas vayan a votar porque hay un hastío y un cansancio tremendo entre ellos. Corremos el riesgo de la desmovilización. Le pediría a PP y PSOE que hagan algo, que es cambiar la ley electoral, que beneficia al independentismo. Los independentistas han dado un golpe de Estado pero nunca han querido una ley propia porque la LOREG les beneficia. La última vez obtuvieron un 47 por ciento de los votos, pero sacaron mayoría parlamentaria de dos escaños. Eso sí que sería un servicio a la patria.
Le pediría a PP y PSOE que cambien la ley electoral en Cataluña"
P. -Con esa ley electoral ustedes ganaron en votos y en escaños.
R. -Pero con un 53 de voto, por lo menos no independentista, no hubo manera de formar gobierno. Veo difícil dar un vuelco a esto con una ley electoral trucada, con las cartas marcadas, porque en el mejor momento de Ciudadanos, que movilizamos a un 77 por ciento de la población, nos quedamos a dos escaños. Además, más allá de las elecciones, hay un problema de fondo que no queremos asumir y es que el Estado ha desaparecido de Cataluña. Es que no va ni el Rey, no porque se lo impidan los CDR sino Sánchez. Apuesto por un Plan Cataluña, de recuperación de la presencia del Estado. ¿Son conscientes de que hay zonas de Cataluña donde el Estado no existe?
P. -¿Lo del Rey son fuegos de artificio o denota una estrategia mucho más profunda?
R. - Me parece que hay dos posiciones dentro del Gobierno actual. La de Podemos, que es ir en contra del jefe del Estado y de la Monarquía parlamentaria y la de Sánchez, que calla y otorga. Mi tesis es que él es capaz de cualquier cosa, es decir, que si le beneficia la monarquía parlamentaria para seguir en el poder, él será el más monárquico, pero si en algún momento eso pone en jaque su permanencia en el poder, mirará hacia otro lado y lo está haciendo, de hecho.
P. -En su libro cuenta que dijo que "si no llego a la presidencia del Gobierno, me marcho". ¿No tomó esa decisión por la debacle electoral de Ciudadanos?
R. -Esa frase es de abril. Después del gran resultado de abril de 2019, que llegue tan exhausto, que le dije a mi entorno más cercano que yo no iba a estar eternamente en política, que no era mi profesión y que en las siguientes elecciones iba a ir por todas, a intentar gobernar este país, pero si no lo lograba me marchaba. Cuando en el debate electoral estamos hablando de Franco o de quién es más de izquierdas o de derechas, el que está en medio con la bandera blanca suele acabar muerto. Mi muerte política, más allá de la estrategia exitosa de los rivales fue el error de no darme cuenta de que me estaban haciendo esa envolvente. A nivel mediático fue durísimo aguantar bulos, mentiras, cuestiones que iban a lo personal por el mero hecho de mantener mi palabra y no querer ser comparsa de Sánchez. En ese sentido, lo que tuve que leer y aguantar también hizo, sinceramente que cuando el mal resultado electoral también fuera un alivio. No quería este resultado pero una vez las urnas me lo han dado yo no aguanto más.
La repetición electoral la lideró Sánchez, pero fue bien vista por el PP"
P. -¿Su error fue intentar sustituir al PP?
R. - No, no, error no. Yo quería ganar al PSOE y al PP. No conozco a nadie que se presente a unas elecciones para no ganar. Lo que me alucina de este país es que te echen en cara que quieres cambiar las cosas. Nunca le han reprochado al PP que quisiera ganar las elecciones. El bipartidismo estaba acostumbrado a tener una bisagrita que solucionara problemas a cambio de concesiones y Ciudadanos nace desde el centro político, pero no quiere simplemente apuntalar políticas del PP o del PSOE, sino transformar el país. Creo que en la repetición electoral hubo una estrategia liderada por Sánchez, pero consentida o bien vista por el PP, que creía que posiblemente el electorado se polarizaría y volverían a tener más votos, que es lo que pasó.
P. -Atribuye a su oferta de última hora de un pacto con Sánchez, antes de la repetición electoral, los malos resultados que sacó. ¿No fue por no sumar 180 diputados con el PSOE?
R.- No, porque el mejor resultado de Ciudadanos llega cuando le respondo no a Sánchez veinte veces y doy mi palabra a los votantes de que haré con el PP un gobierno alternativo. Pero cuando durante la campaña del 10-N digo que hay que desbloquear la situación y permitir gobernar a la lista más votada, esto es, quizá dejar que gobierne Sánchez, se me van 900.000 votos de vuelta al PP y 600.000 a Vox y tan solo 200.000 al PSOE. Los votos no se fueron a la izquierda, sino a la derecha. Blanco y en botella.
P. - Entonces, la actual estrategia de Ciudadanos es suicida.
R. -Esto lo ha dicho usted, yo no he dicho eso. Al final el tiempo dirá si la estrategia que marca Ciudadanos es exitosa o no, pero ahora no lo podemos decir. Yo creo que un partido como Ciudadanos debe ser ambicioso y volverá a recuperar esos 57 escaños. Hace año y medio conseguimos más de cuatro millones de votos. Vamos a ver si los españoles deciden que volvamos a tener un 16 por ciento de voto y 56 escaños, pero eso dependerá de las decisiones de los que están ahora. Ojala sea así.
Pedro Sánchez nunca me ofreció nada"
P. - ¿Fantasea alguna vez con que podría ser vicepresidente con Mariano Rajoy o con Pedro Sánchez?
R. -Hay un capítulo del libro en el que hablo de los pactos. Sánchez nunca me ofreció nada. Me dijo en la cara que su socio era Podemos y que no iba a pactar con nosotros pero quería nuestra abstención y la del PP gratis. Rajoy nos llamó y nos ofreció hablar de reformas e incluso dijo que podíamos estar en el Gobierno y ser vicepresidente. Le digo, no gracias, porque no me iba a meter en un gobierno donde estaba la Gürtel, Bárcenas, Kitchen... Estoy satisfecho porque la Gürtel fue lo que dinamitó aquel Ejecutivo. Si hubiera sido vicepresidente en ese momento nos tendríamos que haber salido del Gobierno porque no podría haber estado con un socio condenado por corrupción.
P. -En todo caso, esta legislatura va para largo entre otras cosas porque no hay alternativa posible.
R. -Ese es uno de los logros de Sánchez y de su estrategia por la cual él siempre va a ser hegemónico en la izquierda y tiene a los nacionalistas y separatistas siempre con ellos. Parece que tiene garantizada la mayoría política para tiempo frente a una oposición dividida. Que con la que hay liada que el PSOE esté en un 30 por ciento de voto demuestra el éxito de su estrategia.
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