Pablo Iglesias también intervendrá en el debate de la moción de censura de Vox que arranca este miércoles en el Congreso de los Diputados, tras negociarlo con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, tal y como adelantó El Independiente ayer. El dilema residía en si lo hacía en calidad de vicepresidente segundo del Gobierno o como líder del Grupo de Unidas Podemos. La diferencia no es menor. En el primer caso no se tiene límite de tiempo, puesto que el Ejecutivo puede intervenir en los plenos siempre que quiera y por el tiempo que estime conveniente. En cambio, como representante de un Grupo Parlamentario dispondría de media hora para exponer la posición de su grupo y el sentido del voto, además de los turnos de réplica.
Ni Echenique ni Asens intervendrán en el debate
Pero lo hará como miembro del Ejecutivo, como segunda voz del Gobierno de coalición, una vez que el Grupo confederal morado ha decidido que por parte de Unidas Podemos sólo tomarán la palabra diputadas. Significa que ni Pablo Echenique ni Jaume Asens tendrán un papel activo en este debate.
No es la primera vez, que Iglesias reclama su "cuota de pantalla" como líder de uno de los dos partidos que sostiene la coalición gubernamental. Lo pidió recientemente en la presentación del Plan de Recuperación sobre los fondos europeos en el que Sánchez se rodeó de representantes del mundo empresarial, sindical, político y mediático. Y ante la petición de Iglesias, se organizó por la tarde otro acto en el que intervinieron los cuatro vicepresidentes, una vía intermedia para justificar su intervención y no crear agravios comparativos.
El Gobierno puede tomar la palabra en cualquier momento y sin límite de tiempo
Salvo en las sesiones de control al Gobierno, los miembros del Consejo de Ministros pueden tomar la palabra siempre que quieran y sin límite de tiempo. El artículo 117 del reglamento del Congreso nada dice respecto al papel del Gobierno al que se somete a censura. Regula la intervención del partido que presenta la moción, la del candidato a la presidencia y la de los Grupos Parlamentarios.
Teniendo en cuenta los antecedentes de las cuatro mociones de censura de la democracia, los inquilinos de la Moncloa siempre han tomado la palabra en la tribuna del Congreso. Lo hizo Adolfo Suárez en 1980 para replicar a Felipe González y González, ya de presidente, siete años más tarde a Antonio Hernández Mancha. Además, en la primera tomaron la palabra varios ministros de la extinta UCD.
Tuvieron que pasar tres décadas para que se debatiera la tercera moción, la de Pablo Iglesias contra Mariano Rajoy, que también intervino para defender su gestión. Estas tres fueron de carácter instrumental pues se conocía, a priori, que carecían de los suficientes votos para salir adelante. Fue en 2018 cuando prosperó la primera moción, que supuso la salida de Rajoy del Gobierno y la investidura de Pedro Sánchez. El gallego intervino en el pleno, aunque después acudió a comer a un restaurante próximo al Congreso donde alargó al sobremesa nada menos que ocho horas, mientras la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, colocaba su bolso en el escaño presidencial.
La de este semana también es de carácter instrumental puesto que Santiago Abascal sólo va a contar con el voto de los 51 diputados de Vox aparte del suyo propio.
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