Se anunció hace casi tres meses, pero la moción contra el Gobierno presentada por el Grupo Parlamentario de Vox no ve la luz hasta ahora. Este miércoles arranca en el Pleno del Congreso de los Diputados el debate de la quinta moción de censura de la historia de la democracia que tratará de poner frente al espejo no sólo a Pedro Sánchez, sino también al líder de la oposición, a Pablo Casado.
La formación que dirige Santiago Abascal, con 52 diputados, afronta la jornada a sabiendas de que la moción fracasará y que el jueves, cuando las luces del hemiciclo se apaguen, Sánchez e Iglesias seguirán en Moncloa, y él en la oposición. La clave está, por tanto, en todo lo que esconde la propuesta: en qué parte de esa oposición queda Vox tras la iniciativa, a sabiendas de las dudas del PP al respecto; cuál será su trasposición en las encuestas; y si conseguirá desgastar o reforzar al Gobierno de coalición.
Horario, funcionamiento y hoja de ruta
El debate arranca este miércoles a las 09:00 horas de la mañana, y se prevé que se alargue al menos hasta el jueves a mediodía. Abre el debate Ignacio Garriga, el escogido por Vox para defender la moción, en cuya intervención sin límite de tiempo pasará a exponer los motivos que justifican esta censura al actual Ejecutivo. Tras él, subirá a la tribuna el candidato a la presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, quien expondrá ante la Cámara el programa alternativo de su formación política durante el tiempo que estime oportuno. Cabe subrayar que durante el debate cualquier miembro del gabinete gubernamental o el propio Sánchez podrá intervenir.
Una vez finalice la exposición de motivos y la presentación del programa por parte de Abascal, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, interrumpirá la sesión que se reanudará con la intervención de los grupos parlamentarios que así lo soliciten, en el orden de menor a mayor número de escaños en la Cámara Baja. El turno de intervención en el debate lo abrirá presumiblemente el portavoz de Teruel Existe, Tomás Guitarte, y lo cerrará, según lo previsto, el propio Pedro Sánchez.
Cada grupo dispondrá de 30 minutos para rebatir o apoyar la exposición de motivos para la censura de Vox, y Santiago Abascal podrá responder a cada uno de ellos, si así lo desea. Además, cada portavoz podrá ejercer, a su vez, el derecho de contrarréplica al presidente de Vox durante un tiempo máximo de 10 minutos.
El desarrollo de la moción en base a lo establecido en el artículo 113 de la Constitución y el 177 del Reglamento del Congreso no augura que vaya a ser un debate precisamente corto, pese a la intención de grupos como ERC, JxCat o Bildu de boicotear la sesión y no subir ninguno a la tribuna, una iniciativa que parece que no llegará a puerto dada la manifiesta intención de intervenir tanto por parte de Pedro Sánchez como del líder de Podemos, Pablo Iglesias.
Todo apunta a que Batet suspenderá la sesión este miércoles para retomarla el jueves por la mañana, momento en el que, si todo va según lo previsto, tendrá lugar uno de los platos fuertes del debate: la intervención de Pablo Casado o, en su defecto, de algún miembro de sus filas elegido por él mismo.
¿Cómo se vota?
Una vez concluido el debate, la presidenta del Congreso anunciará en ese preciso instante la hora de la votación. De nuevo, y como viene siendo habitual, la pandemia marcará agenda política y dadas las restricciones que aún se aplican en la Cámara Baja, la recomendación es que los grupos envíen únicamente al 50% de sus diputados, permitiendo a aquellos que no acudan al hemiciclo pronunciarse de manera telemática.
El Reglamento prevé que los que sí estén presentes enuncien el sentido de su voto -'sí', 'no' o 'abstención'- a viva voz, previo llamamiento con nombre y apellidos por parte de Batet, como ocurre durante los debates de investidura. Según confirman fuentes parlamentarias de Vox, sus 52 diputados acudirán al Congreso de forma presencial, pero sólo "puntualmente" el jueves y a la hora de la votación.
¿Es posible que la moción salga adelante?
No. Y no hay dudas en este aspecto, ni si quiera por parte de sus impulsores. La moción de Abascal, como tres de las cuatro que se han presentado anteriormente desde la recuperación de la democracia en 1978, está condenada al fracaso. La diferencia fundamental respecto a la de sus antecesores es que, salvo sorpresa, será la menos apoyada de la historia, pues se prevé que sólo voten 'sí' los 52 diputados de Vox.
Una moción de censura necesita, al menos, una mayoría absoluta para salir adelante, es decir, 176 votos a favor. Incluso con el 'sí' de toda la bancada de la oposición -PP, Vox y Ciudadanos- y del apoyo puntual de alguna fuerza menor, apenas superarían los 150 diputados. Las cuentas no salen.
¿Por qué Garriga interviene primero y no Abascal?
Cuando la fecha de la moción aún no estaba definida, Vox anunció que sería el diputado de la formación, Ignacio Garriga, el que subiría en primer lugar a la tribuna para defender los motivos para la moción de censura, y no el líder de Vox. Para muchos, la elección del 'escudero' de Abascal -quien sí es el candidato, pese a que la formación intentó buscar a una figura alternativa a izquierda y derecha, pero fracasó en el intento- no es casual: según el criterio de PSOE y Podemos, pero también del PP, Vox buscaba hacer coincidir la moción con la campaña para las elecciones catalanas.
Casualmente -o no- Garriga es el candidato de la formación para estos comicios, y Abascal no buscaba otro objetivo que el de sacar la mayor rentabilidad posible a una moción fallida promocionando en el Congreso a su apuesta para irrumpir en el Parlament catalán. Sin embargo, el retraso de las elecciones en Cataluña al próximo año habrían desbaratado estos planes, pero la formación ha decidido no hacer cambios en la hoja de ruta prevista.
¿Qué votará el PP?
La única emoción respecto a la votación será el sentido del voto del PP, un secreto que siguen guardado bajo llave en Génova, 13. Sea cual sea la decisión, Pablo Casado recibirá golpes a izquierda o a derecha, en función de si vota en contra u opta por la abstención -el 'sí' está completamente descartado-.
Aunque desde la dirección popular se ha tratado de quitar hierro al asunto, lo cierto es que la moción ha causado división de criterio en las filas populares, y plantea, aunque no lo quiera, un dilema para el líder de la oposición: intentar recuperar a su votante más conservador y no dejarle esa vía libre a Vox; u optar definitivamente por el giro a la moderación y discurrir por el sentido contrario al de Santiago Abascal.
Tanto los barones como buena parte de la cúpula del partido, sector encabezado por el número dos de Casado, Teodoro García Egea, se inclinan por el 'no'. En el grupo parlamentario son muchas las voces que prefieren la abstención, incluida la ex portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, al considerar que ésta es la posición más cómoda para evitar quemar cartuchos de forma innecesaria. Incluso hay quienes de puertas para adentro apuestan por el 'sí', aunque ésta, sin duda alguna, es una postura prácticamente residual.
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