¿En quién podría poner toda su confianza el comisario jubilado José Manuel Villarejo, el hombre que lleva casi tres años en prisión preventiva después de hacer temblar los cimientos del Estado con una grabadora? ¿A quién confiaría los ases que le quedan en la manga el antiguo agente encubierto que realizó trabajos en los bajos fondos para gobiernos de distinto color político y proclama que su detención y "caída a los infiernos" es una campaña contra él de su gran enemigo el ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán?
Los investigadores creen que en su esposa, Gemma Alcalá, periodista de formación y veinte años menor que él, con la que tiene una hija. Alcalá no es una de las principales protagonistas del sumario de la macrocausa Tándem contra su marido y otros miembros de la anterior cúpula policial, pero su presencia es latente y ya está procesada en dos piezas de investigación cuya instrucción ha concluido -Iron y Land- como miembro de la presunta "red mafiosa policial" que habría liderado Villarejo.
En la primera de ellas, entre otras cosas, está investigada por hacerse pasar por una cazatalentos para sacar información a una trabajadora de un despacho de abogados al que Villarejo quería hackear información confidencial en favor de la competencia, que le contrató para ello. En esta pieza, la Fiscalía Anticorrupción pide para ella 46 años y nueve meses de prisión como presunta autora de delitos de descubrimiento y revelación de secretos, tráfico de influencias, falsedad en documento mercantil y cohecho.
Durante el periodo que se investiga en el caso Tándem, la esposa de Villarejo figuró como administradora de sociedades con las que el policía ya retirado facturó servicios a empresas privadas cuando se encontraba aún en activo en el Cuerpo Nacional. En concreto, Gemma Alcalá aparece en Cenyt SL, Stuart & Mckenzie SL, Cenyt Data SL y CPD Real State, ejerciendo como consejera y apoderada de Cenyt Consultoría Organizacional. En la mayoría de esos cargos cesó en favor de José Manuel Villarejo Gil, hijo del hoy preso y también imputado en esta macrocausa.
Detenida por segunda vez
En todas las piezas del caso, salvo en Kitchen, se investiga el negocio supuestamente ilegal que se habría montado el comisario, aprovechando la información policial a la que accedía por su condición de agente encubierto, y que presentaba como sello de distinción ante los grandes empresarios que le contrataban para espiar a la competencia por sumas millonarias. Fuentes próximas a Villarejo reconocieron este lunes que su esposa es su "punto débil", su "preocupación" y achacan el "nerviosismo" con el que reaccionó el pasado viernes cuando agentes registraron su celda de la cárcel de Estremera (Madrid) durante la operación en la que también detuvieron a su pareja.
La Fiscalía Anticorrupción lideró el pasado viernes la operación autorizada por la Audiencia Nacional en la que Alcalá fue detenida por agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía. Era la segunda vez que la esposa del controvertido policía era arrestada. La primera vez fue el 3 de noviembre de 2017, cuando la Audiencia Nacional y la Fiscalía Anticorrupción llevaron a cabo la Operación Tándem. Ella quedó en libertad con cargos, mientras que su marido ingresó en prisión preventiva y no ha salido desde entonces.
Fuentes próximas al comisario dicen que su esposa es su "punto débil", de ahí su reacción cuando conoció que había sido detenida
Entre las personas que han sido detenidas ahora figuran otros dos ex funcionarios, Alfonso Pazos y Javier Ruiz Cubero, que coincidieron en prisión con el comisario y la esposa de uno de ellos. Los investigadores sospechan que todos habrían tratado de vender información confidencial en manos de Villarejo por cantidades millonarias a políticos, abogados y periodistas. Entre ésta, datos de informes policiales a los que el comisario jubilado habría tenido acceso durante su etapa en el Cuerpo Nacional.
Villarejo habría elegido la información que quería difundir, los presos le habrían ayudado a sacarla de la cárcel y su esposa la habría ofrecido a distintos destinatarios, según la tesis de los investigadores. Este lunes solicitaron al juez el ingreso en prisión provisional sin fianza para Gemma Alcalá. El juez Manuel García-Castellón, sin embargo, no aceptó la petición y la dejó en libertad con prohibición de salir del país y la obligación de comparecer quincenalmente en un juzgado.
No es la primera vez que la Audiencia Nacional investiga si algunas informaciones, sobre todo audios de Villarejo que no se encontraban en el sumario judicial, fueron publicados por medios de comunicación con un fin presuntamente extorsionador.
Los audios de 'Moncloa.com'
En noviembre de 2019, el juez imputó por presunta extorsión a Alejandro Suárez, el propietario del portal Moncloa.com donde, poco después de su fundación, se publicó el contenido de audios en poder del comisario Villarejo que los investigadores no habían conseguido desencriptar de entre los discos duros que le requisaron cuando fue detenido el 3 de noviembre de 2017. Él mismo afirmó en uno de los audios que sí fueron intervenidos que tenía "repartidas otras siete copias", en referencia a su ingente y comprometedora mediateca.
Suárez fue imputado y citado a declarar -aunque el juez archivó la causa posteriormente aludiendo a la libertad de prensa y el respeto a la confidencialidad de la fuente de los periodistas- después de que el presidente de ACS, Florentino Pérez, afirmara ante el juez que el propietario del citado digital le pidió inversiones publicitarias a cambio de no publicar los audios que el comisario tenía sobre el supuesto espionaje que el empresario habría hecho al presidente de Iberdrola y competidor suyo, Ignacio Sánchez Galán, según publicó ABC. Pérez rechazó dicho ofrecimiento que los investigadores consideraron podía tratarse de una extorsión.
"Acercamientos" de Alcalá a la prensa
Los investigadores sospechan que la esposa de Villarejo y los otros detenidos en la operación del pasado viernes en el marco de la pieza 28 del caso Tándem buscaron colocar información en manos de Villarejo a abogados y periodistas a cambio de elevadas cantidades de dinero porque estaban "desesperados por sacar dinero", según publicó El Español.
Editores de prensa consultados por este diario desvelan "acercamientos" de la mujer de Villarejo, Gemma Alcalá, el pasado año para "tantear" si les interesaría publicar información en manos de su marido. Las citadas fuentes afirman que no se llegó a poner sobre la mesa "cobrar dinero" a cambio porque se rechazó el ofrecimiento.
Gemma Alcalá siempre ha estado en el punto de mira de los investigadores, pero la nueva operación la convierte en el cherchez la femme de esta macrocausa contra el supuesto "clan parapolicial" de Villarejo que bien podría inspirar ya el guion de una larga novela negra. El avance de la instrucción determinará cuál es su responsabilidad en los hechos por los que ya ha sido detenida dos veces.
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