El PP trabaja en una absorción de Ciudadanos a fuego lento. Ya nadie en Génova disimula que ha comenzado un "proyecto de convergencia" con los naranjas, una estrategia que obvia por completo posibles alianzas y dirige el foco a fagocitar un espacio electoral que ha venido ocupando la formación liberal desde que Albert Rivera decidiera dar el salto a la política nacional, hace ya más de cinco años. Esta hoja de ruta se ha desarrollado por el momento en tres actos: primero, Pablo Casado evidenció una ruptura emocional y verbal con Vox; después, pasó a reivindicarse como única alternativa de centro al Gobierno de coalición; y, en última instancia, ha certificado un acercamiento a la 'vieja guardia' de Ciudadanos como parte de la OPA -nada hostil- a la formación que hoy lidera Inés Arrimadas.
Uno de los últimos exponentes de esta operación ha sido la aproximación a ex dirigentes liberales que en su día abrazaron la corriente del 'no es no' a Pedro Sánchez y que cuestionan, al menos en privado, la estrategia de la actual líder de Ciudadanos. En concreto, la dirección popular fichó al que fuera 'número dos' y hombre de confianza de Albert Rivera, José Manuel Villegas, para el nuevo think tank del PP, la Fundación Propósito, hace unas semanas. Y al poco tiempo, Génova volvió a la acción al trascender que había contratado al bufete del ex presidente de Ciudadanos para un recurso del partido ante el Tribunal Constitucional.
En privado, fuentes de la dirección admiten que ambas maniobras no son casuales, y que el objetivo nada disimulado sería el del intento de fichar tanto a Villegas como a Rivera. Se trata de dos "activos políticos" a los que Génova no dudaría en abrir la "puerta grande" dentro del proyecto de un PP "moderado" y "centrado". Tampoco hay dudas de que tal operación implicaría un revulsivo político que acercaría aún más a Casado a Moncloa a costa de asfixiar el ya mermado espacio electoral de Ciudadanos. Y el primer paso sería el fichaje del que fuera secretario general del partido naranja desde 2017 hasta finales de 2019, una carta que, sin embargo, no se jugaría hasta que en el horizonte apareciese una fecha electoral clara. Ello implica descartar este movimiento en el corto plazo, pues en Génova ya se da por descontado que Sánchez logrará aprobar los Presupuestos, el salvavidas que necesita para agotar la legislatura.
En la dirección popular se teme que una maniobra de tal envergadura en el corto plazo termine provocando el efecto contrario al deseado. Recuerdan que sus gobiernos autonómicos, además del ayuntamiento de la capital de España, dependen en última instancia de los votos de Ciudadanos. Juntos gobiernan en la Comunidad de Madrid, en Andalucía, en Murcia y en Castilla y León. Y Casado podría perder todos sus bastiones si Arrimadas decide prometer lealtad al PSOE y romper con el PP, un escenario improbable pero que podría darse si Casado ejecuta antes de tiempo la incorporación de ex altos cargos del partido naranja a sus filas, lo que de facto implica todo un desafío para Inés Arrimadas.
Contacto estrecho entre los 'número dos'
Quien mueve los hilos de esta operación es el secretario general del PP y 'número dos' de Pablo Casado, Teodoro García Egea, quien mantiene una amistad "estrecha" con el que fuera hombre fuerte de Albert Rivera. El contacto entre ambos es también "constante", según confirman fuentes cercanas al dirigente popular, y es él de quien dependería el posible desembarco de Villegas en el PP que, de producirse, se tantea para el largo plazo.
Rivera, según pudo saber El Independiente por fuentes de su entorno, no descarta tampoco regresar a la vida pública. Pero no lo hará, aseguran, mientras Ciudadanos y Arrimadas sigan vivos. "Lo que no va a hacer es dar la puntilla a Arrimadas integrándose en el PP", certificaban.
"Ciudadanos está en franca descomposición"
La tónica oficial en el PP ha sido la de no criticar la estrategia de Ciudadanos en su oferta de pactos a Sánchez ni juzgar, al menos públicamente, el giro político hacia la izquierda que está marcando Inés Arrimadas. "En muchas cosas estoy de acuerdo con Ciudadanos", llegó a aseverar el propio Casado en una entrevista para Telecinco, que no abundó mucho más cuando fue preguntado por la estrategia de la dirigente liberal. "No voy a comentar la estrategia de otros partidos", afirmó.
Sin embargo, de puertas para adentro se da prácticamente por sentada la desaparición de Ciudadanos en el largo plazo, una situación que, aunque ven "inevitable", lamentan por la cordialidad e, incluso, la amistad que comparten con dirigentes de la actual ejecutiva liberal. "Ciudadanos está en franca descomposición", alega un alto cargo de Génova.
Tal y como informó El Independiente, cargos de Ciudadanos a nivel autonómico y municipal ya están sondeando al PP para romper su carné naranja y unirse a las filas populares, un extremo que confirmaron tanto en una como en otra formación. Algunos, aseguran, lo hacen para salvar su puesto de trabajo ante una debacle aún mayor que la que experimentó el partido liberal en las generales del mes de noviembre; otros, simplemente, no comparten ya proyecto político al discrepar de la "deriva" de Inés Arrimadas en el tablero nacional.
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