"¿Me quieres decir, Paco, de qué te tenía yo que proteger y cómo te tenía que proteger?". La comparecencia había superado el ecuador y Jorge Fernández Díaz seguía sin entender por qué Francisco Martínez, su mano derecha en el Ministerio del Interior durante casi cinco años, decía sentirse abandonado por él. "Te voy a decir una cosa y te la digo mirándote a los ojos: Si hubiera podido hacer algo por ti lo habría hecho. No tenía ningún motivo para desearte ningún mal, todo lo contrario", enfatizó.
El ex ministro encontró minutos después la respuesta. "No declarando cosas que a mí me perjudicaban", le reprochó el ex secretario de Estado de Seguridad. Éste añadió: "Lo que tú tendrías que haber hecho por mí, que es lo que debe hacer un líder respecto a sus subordinados más directos, es preocuparte y no hacer declaraciones tratando a toda costa de exculparte (...). Eso es lo que yo esperaba de ti, el hecho de no verme absolutamente solo y arrojado no tanto a las fauces del proceso sino de la prensa".
Éste fue uno de los pasajes del careo que Fernández Díaz y Martínez mantuvieron el pasado 13 de noviembre ante el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso Kitchen, que había ordenado la práctica de esta diligencia tan infrecuente a la vista de las contradicciones en que ambos ex altos cargos incurrieron cuando declararon por separado en sede judicial. Los dos tienen la condición de imputados en esta pieza separada del caso Villarejo en la que se investiga el operativo policial que se puso en marcha para robar al ex tesorero del PP Luis Bárcenas la documentación comprometedora que presuntamente guardaba sobre altos dirigentes del partido para que no llegara a la Justicia.
El careo duró unos 80 minutos y permitió constatar el enfrentamiento que el antiguo jefe y su subordinado mantienen desde hace más de año y medio. Entre reproches mutuos, los dos se mantuvieron en sus posiciones iniciales: Martínez asegura que tuvo conocimiento del chófer de la familia Bárcenas Iglesias -captado como colaborador policial a razón de 2.000 euros mensuales durante dos años con cargo a los fondos reservados- a raíz de que el ministro le pidiera confirmar si esa información era correcta y Fernández Díaz lo niega.
Una llamada en 2013
Sobre esa discrepancia giró el inicio del careo. Según reiteró el ex número dos, Fernández Díaz le hizo esa indicación tanto por teléfono como por SMS el 13 de julio de 2013, lo que le llevó a ponerse en contacto con el entonces Director Adjunto Operativo (DAO), Eugenio Pino, para corroborar la veracidad de ese dato. El mando policial, el único al que preguntó, le confirmó que Sergio Ríos Esgueva estaba actuando como informador mientras ejercía como conductor de Rosalía Iglesias, la esposa de Bárcenas.
"Ministro, puedo entender que ese SMS se te olvidara porque es de 2013 y porque es un tema absolutamente menor, más allá de lo que se ha magnificado después, pero la realidad es que yo tengo conocimiento de que existe ese señor porque tú me pides que me informe. Ésa es la realidad", mantuvo Martínez.
El ex alto cargo insistió en que, con la decisión de protocolizar ante notario los mensajes, no trataba de incriminar a su antiguo jefe. Fue -expuso- una medida de prevención ante las "innecesarias" declaraciones que Fernández Díaz venía realizando a la prensa y tras verse "señalado" por aquél como "muñidor de no sé qué operación siniestra" orquestada desde el Ministerio del Interior. "Me siento absolutamente abandonado por alguien a quien tenía la mayor de las estimas y el mayor de los agradecimientos", describió.
"Empiezo por negar esa llamada y esos mensajes", arrancó su intervención Fernández Díaz, que se fue alterando conforme avanzaba el careo hasta el punto de que el juez llegó a pedirle que se tranquilizara y que bebiera agua. Visiblemente molesto, el ex ministro manifestó no entender que los reproches de su antiguo colaborador proviniesen de unas declaraciones al diario Vozpopuli en las que decía no haber oído hablar nunca de la Operación Kitchen y que, salvo que se demostrara lo contrario, no creía que ese dispositivo policial se hubiera puesto en marcha. "¿Eso merece tu reproche hacia mí?", le espetó.
Me has llamado idiota integral, cabrón, hijo de puta, miserable y bobo. No había mucho afecto de ti hacia mí"
FERNÁNDEZ DÍAZ
En esa primera parte del careo, Fernández Díaz trató de hacer ver que los mensajes que el ex número dos de Interior dice haber recibido de él con instrucciones concretas mientras se desarrollaba el operativo ahora investigado no eran suyos, como acreditaría -sostuvo- el informe pericial que había encargado y de cuya existencia informó en dicha comparecencia. Ni por el lenguaje utilizado, ni por "lógica, ni por la cronología de la secuencia. A ello añadió otra razón. "Yo no escribo con K", dijo el ex ministro para desmarcarse de la autoría de dichos SMS.
En uno de los mensajes que Francisco Martínez recibió desde el teléfono de Fernández Díaz, éste escribía: "Yo lo tendré al acabar el Consejo [de Ministros], así hemos kedado. Total coordinación y medios. Hay que conseguir esa info...". Dicho SMS está fechado en la madrugada del 2 de agosto de 2013 y fue uno de los que constan en el acta notarial incorporada a las actuaciones.
"Si el ministro no utiliza la K en sus mensajes (...), enséñale a su señoría qué contactos tienes en la K de tu teléfono, a ver si en la K no está [el cardenal] Cañizares, es un ejemplo. Conozco muy bien cómo escribes, he estado cinco años pegado a ti. Como [Mauricio] Casals o como Cañizares", retó el ex secretario de Estado de Seguridad.
Frente a la insinuación de su antiguo jefe, Martínez insistió en que él "no falsificó los mensajes" de su teléfono porque "no sabía cómo hacerlo", al tiempo que calificó de "estrafalaria" esta tesis que mantiene el ex ministro. "Ministro, te costará pensar que he pasado de Secretario de Estado de Seguridad, diputado y letrado en las Cortes a falsificador y hacker. Es un salto importante", observó.
Lo que yo esperaba de ti era, ministro, era no verme absolutamente solo y arrojado a las fauces de la prensa"
FRANCISCO MARTÍNEZ
La comparecencia judicial conjunta iba así subiendo de tono. "Estamos en este careo por ti, porque tú has hecho estas [actas]", reprochó el ex titular de Interior a Martínez, al que acusó de haber mantenido una "manifiesta hostilidad" hacia él desde mucho antes de que el titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional lo llamara al procedimiento.
"Antes de que estuvieras imputado estabas preocupadísimo. Has hablado con media España: con el presidente de la Audiencia Nacional, con el presidente del Gobierno... con todo el mundo. Ocupado y preocupado. Y resulta que con el único que no hay mensajes es conmigo, sólo los que protocolizaste en Mahón y Madrid", dijo Fernández Díaz.
Fue después de que el ex ministro del Interior reconociese que había sido "afectivamente doloroso" para él haber leído los "epítetos" que desde 2017 le dedica Martínez, conocidos durante la instrucción al intervenir la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional su teléfono y acceder a su contenido. "Me llamas idiota integral por haber dicho que yo no gestionaba los fondos reservados, me has llamado cabrón, me has llamado hijo de puta, me has llamado miserable junto con Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, me has llamado bobo... No había mucho afecto de ti hacia mí", ironizó. Su antiguo subordinado calificó de "desafortunados" estos descalificativos, que situó en un "calentón" fruto de su indignación al sentirse "abandonado".
En relación con los fondos reservados, utilizados para pagar al confidente y comprar una pistola y un ordenador, Martínez dijo que el ministro tenía la misma "información general" que él. "Habría bastado con que hubieras dicho eso", dijo el ex secretario de Estado de Seguridad, crítico con las declaraciones periodísticas de Fernández Díaz en las que éste se desmarcaba con el argumento de que el uso de dicha partida estaba delegada en la Secretaría de Estado de Seguridad desde que Juan Alberto Belloch lo reguló tras el escándalo de los fondos reservados en Interior.
"Mano derecha y persona de confianza"
Francisco Martínez censuró que el ex ministro trate ahora de proyectar la idea de que mantenía con él una relación "esporádica" durante la etapa de ambos en Interior cuando era su "mano derecha" y su "persona de confianza". "Tú me llamabas los viernes, los sábados, los domingos; por la mañana, por la tarde y por la noche. Y me parece normal. Algunas veces un poco insistente, tú mismo lo reconocías", defendió.
En lo que no hubo reproche hacia Fernández Díaz fue en la decisión del partido de apearlo de las listas para las últimas elecciones generales, cuando avanzaba la instrucción del caso Kitchen y se especulaba con su imputación. Sí para la dirección actual: "Si el PP del señor Casado no sabe cuidar a la gente que ha trabajado bien, mucho me temo que nunca cuidará a los españoles a los que no conoce".
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