Desde hace dos meses, los vecinos de la Cañada Real, la zona más pobre y conflictiva de la Comunidad de Madrid, sufren constantes cortes de luz y calefacción. El aumento de plantaciones ilegales de marihuana está provocando sobrecargas y caídas de la red eléctrica. Los vecinos quieren reunirse con Naturgy, la empresa responsable de abastecer al poblado, para "pagar el recibo y regularizar el suministro". Pero la solución es mucho más compleja.
La Cañada Real existe desde mediados del siglo pasado. Nació como una vía pecuaria estatal en el este de Madrid. Con los años se convirtió en el hogar de inmigrantes rurales, marroquíes y gitanos españoles y rumanos. Aparecieron las chabolas y los asentamientos ilegales. Ya de por sí tenían un problema: estaban construidas sobre un terreno catalogado como rústico, no urbanizable, lo que ha impidido que se instalen contadores de luz.
La alta demanda de luz de los cultivos de marihuana provoca las subidas de tensión y la caída del servicio
Hoy la Cañada es una vía de 14 kilómetros que nace en Coslada, pasa por Madrid y termina en Rivas. Se divide en seis sectores. El primero está en Coslada, más al norte. A medida que se avanza hacia el sur aparecen más chabolas e infraviviendas. Los cortes de luz los están sufriendo en el sector 5, donde viven unas 1.600 personas, y en el 6, con 3.000 vecinos.
El sector 6 es, de lejos, el más conflictivo de la Cañada. Es el lugar más vigilado por la Policía, dónde acuden los adictos a la cocaína y la heroína y donde las chabolas están en peor estado. Los empalmes para conectarse a la red eléctrica de forma ilegal no son nuevos. Los cables que discurren de tejado en tejado hacia las torres de alta tensión se pueden ver a simple vista. Los cortes de luz de ahora se deben a la proliferación de cultivos de marihuana.
En los últimos tiempos se están asentando en el sector 6 redes internacionales de mafias dedicadas a la droga, según Vozpópuli. Entre ellas, cuentan fuentes conocedoras de la situación a El Independiente, mafias chinas y de otros países que compran grandes cantidades a los traficantes que cultivan las plantaciones en la Cañada. Para ello, los traficantes hacen empalmes con el tendido eléctrico y utilizan la luz ilegal para las estufas y los ventiladores que necesitan las plantas. Esa fuerte demanda de luz es la que provoca las subidas de tensión y las interrupciones del servicio en los sectores 5 y 6.
Los vecinos afectados se están teniendo que duchar con agua fría o utilizar velas para alumbrarse. Raquel, una vecina del sector 6, asegura que los vecinos dedicados a la venta de droga en la Cañada "son los que menos". "El resto somos gente normal que salimos a trabajar, queremos darle una educación a nuestros hijos y comer caliente", comenta a la agencia Efe. "Tenemos cosas [alimentos] que se congelan sin nevera del frío que hace", dijo otra mujer a TVE, en un reportaje que se ha viralizado al colarse en las imágenes dos deportivos de alta gama aparcados junto a la vivienda de esta vecina.
Desmantelar los cultivos
Naturgy trabaja con el Comisionado para la Cañada Real (el organismo que coordina a las acciones sociales y urbanísticos en el poblado) y con la Policía Nacional para atajar esta situación. Los vecinos quieren reunirse con la compañía para pagar el recibo y regularizar el suministro. Pero fuentes de la Consejería de Vivienda afirman que la solución pasa por que la Policía desmantele las plantaciones que provocan las caídas. "Naturgy no está cortando la luz. El problema exclusivo es que las mafias instaladas se están enganchando de una manera que ya no es normal", añaden. De hecho, el cuerpo policial ya incautó el 15 de noviembre más de 1.000 plantas de marihuana durante una macrooperación. Pero se siguen cultivando plantaciones.
Cristina Pozas, presidenta de la asociación Al-Shorok-Amanecer y vecina del sector 5, criticó en la marcha de ayer que el Ministerio de Interior aún no haya actuado pese a conocer el motivo de las caídas de luz. "No me explico que sabiendo que está ahí y es la causa no actúa contra estas personas no contra los 8.000 vecinos", dijo ayer a Europa Press durante una manifestación frente a la Consejería de Vivienda.
Desde la Delegación de Gobierno insisten en que lo que está ocurriendo en el poblado "no es un problema exclusivamente de orden público, también es social". El organismo hace un llamamiento a todas las autoridades implicadas en la Cañada. La semana pasada se reunió con la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y la Fiscalía provincial para buscar una solución a los cortes de luz.
Desde hace años, la Cañada Real es un quebradero de cabeza para el Gobierno regional. En 2017 impulsó un pacto junto a los Ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas. El plan pretende regularizar el sector 1, buscar una solución urbanística para el 2, 3, 4 y 5 y desmantelar el 6 realojando a sus vecinos en viviendas sociales.
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