El discurso de Nochebuena que Felipe VI va a pronunciar este jueves es el séptimo desde que inició su reinado y el que más expectativas ha generado debido al caso del rey Juan Carlos y a la incógnita de si hará alguna referencia expresa tras el debate político generado en los últimos días sobre su contenido.
De los seis mensajes navideños protagonizados hasta ahora, el más largo fue el de su estreno en 2014, con algo más de 12 minutos y medio. También fue este el que tuvo una mayor audiencia, con 8,2 millones de espectadores, seguido del de 2018, con 7,9 millones, que fue el más corto de todos, con apenas diez minutos de duración.
Cataluña y corrupción en su estreno
Después de 39 años de reinado de Juan Carlos I, Felipe VI tomó el relevo en la Nochebuena de 2014 y se dirigió a los ciudadanos desde el Palacio de la Zarzuela para hacer un llamamiento a la unidad cuando la situación política en Cataluña empezaba a tensarse por el proyecto independentista.
El rey confesó que le dolía que hubiera "fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos", y pidió respetar la Constitución y construir juntos un proyecto que garantice la pluralidad y genere ilusión.
El mensaje tuvo lugar dos días después de que el juez instructor del caso Nóos decidiera que la infanta Cristina fuese juzgada como presunta cooperadora en dos delitos fiscales.
Sin referirse de forma expresa a su hermana, destacó que el hecho de que los responsables de "conductas irregulares" estuvieran "respondiendo de ellas" era una prueba del funcionamiento del Estado de Derecho.
Entendimiento y diálogo desde el Palacio Real
Pocos días después de las elecciones generales de 2015, Felipe VI emplazó a los partidos a actuar con responsabilidad y a buscar el entendimiento al considerar que "la pluralidad expresada en las urnas aporta, sin duda, visiones y perspectivas diferentes".
Cataluña volvió a ser foco de su interés y apeló a la "confianza en la unidad y continuidad de España", frente a los intentos de "ruptura de la ley" y de imponer una idea o un proyecto "sobre la voluntad de los demás españoles".
La novedad de aquel año fue que el escenario del discurso fue le Palacio Real, en la única ocasión hasta ahora en la que el mensaje navideño no se pronunciaba desde el Palacio de la Zarzuela.
Una España de "manos tendidas"
El mensaje de 2016 vino marcado por la investidura de Mariano Rajoy después de diez meses de bloqueo con el Gobierno en funciones, por lo que Felipe VI abogó por una España de "brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas.
De forma velada, Cataluña estuvo presente una vez más en sus palabras, al advertir de que no eran "admisibles ni actitudes, ni comportamientos que ignoren o desprecien" la convivencia.
Una vez superada la crisis económica, Felipe VI deseó que la recuperación se consolidase con el fin de que se pudieran "corregir las desigualdades" que provocaron los "grandes sacrificios" hechos en los últimos años.
Respetar la pluralidad de Cataluña
El referéndum ilegal en Cataluña del 1 de octubre de 2017 llevó al rey a dirigirse a la Nación dos días después de forma extraordinaria y también en Nochebuena fue el eje central de su alocución, para rechazar las pretensiones de aquellos que pretenden "imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás".
Tres días antes se habían celebrado elecciones en Cataluña bajo la aplicación del artículo 155 de la Constitución, lo que llevó al jefe del Estado a hacer un llamamiento a recuperar "la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo".
Volvió a hablar de la necesidad de lograr la "completa erradicación" de la corrupción para que los ciudadanos "puedan confiar plenamente en la correcta administración del dinero público".
Impedir "el rencor y el resentimiento"
Medio año después de la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez, el monarca llamó en el mensaje de 2018 a garantizar una convivencia basada en el respeto a la Constitución y a impedir que renazcan "el rencor y el resentimiento", actitudes que forman parte de "la peor Historia" de España.
Dirigiéndose, en particular, a los jóvenes, subrayó que la convivencia "nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y la unión".
También tu palabras para las víctimas de la violencia machista, de la que dijo que "merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica y el empeño de toda la sociedad para erradicarla".
"No caer en los extremos"
Con un escenario político cada vez más polarizado y en puertas del debate de investidura de Pedro Sánchez tras el pacto de gobierno entre PSOE y Podemos, Felipe VI solicitó hace un año afrontar el futuro unidos y "sin caer en los extremos".
"Confiemos en nosotros mismos, en nuestra sociedad. Confiemos en España y mantengámonos unidos en los valores democráticos que compartimos", animó.
El rey recurrió además a su mensaje de concordia y de integrar las diferencias dentro del respeto a la Constitución.
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