Que Twitter o Facebook sean actores principales en el relato del reciente asalto al Capitolio de los Estados Unidos no debería resultar ya una sorpresa. Lo que sí ha llamado la atención ha sido el cierre de las cuentas de Donald Trump y el refugio de sus seguidores en Parler, una red social desconocida hasta ahora en España.
En los últimos años se ha ido estrechando, a la vez que evidenciando, el vínculo de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería con los distintos movimientos populistas que han intentado, y a veces logrado, triunfar en las más altas esferas políticas. Estas herramientas les permite llegar de manera directa a su público objetivo (potencial votante) evitando el control de la prensa y los medios de comunicación, para que sus mensajes extremistas puedan llegar sin filtro a audiencias masivas.
Por su parte, las tecnológicas tratan de crear espacios libres y a la vez cuidarlos para que no se conviertan en altavoces de falsedades o difusores de expresiones de odio o violencia.
Es en este contexto en el que se produce el choque entre Donald Trump y los gigantes digitales, cuyo último episodio fue la cancelación de las cuentas oficiales del mandatario en Twitter, Facebook e Instagram después de que sus seguidores más fanáticos asaltaran el Capitolio, pero que viene de mucho más atrás.
Ya en 2017 había mucha polémica con el uso que el presidente estadounidense hacía de las redes sociales y si vulneraba las normas de las mismas con los contenidos que compartía.
Los primeros choques fuertes llegaron hace unos meses, en vísperas de las elecciones, cuando la red del pajarito invitó a sus usuarios a verificar los mensajes de Trump en los que ya hablaba de fraude en el voto por correo en el pasado mes de mayo. Una forma sutil de acusar al presidente de mentiroso.
Tras el ataque al Capitolio del pasado día 6, la medida inicial de Twitter fue suspender durante 12 horas su cuenta y borrar sus últimos mensajes al entender que incitaban a la violencia, aunque sólo dos días después llegó la suspensión definitiva. Por su parte, Facebook e Instagram anunciaron que por ahora mantendrán dicha sanción hasta que termine su mandato.
Parler, una solución efímera
Los constantes ataques de Trump a las redes más populares iniciaron un movimiento de sus seguidores a la búsqueda de nuevos espacios donde expresar sus consignas, habitualmente repletas de fake-news y teorías conspirativas.
Ahí es donde surgió Parler, una herramienta similar a Twitter que se jactaba de una libertad de expresión total o de una ausencia total de control de contenido y que desde su nacimiento en 2018 se convirtió en refugio de los fieles del presidente y los afines a las extrema derecha estadounidense (alt-right).
Todo ello a pesar de que el propio Trump no ha sido, por ahora, usuario activo en dicha red, pero en ella se pueden encontrar importantes figuras afines como el senador republicano Ted Cruz, con 4,9 millones de seguidores, o el popular presentador de Fox News Sean Hannity con casi 7 millones.
Parler alcanzó récords de descargas favorecida por la suspensión de las redes Trump, aunque no tuvo mucho tiempo para celebrarlo ya que Google, Apple y Amazon contraatacaron con fuerza: las dos primeras eliminaron la aplicación de sus tiendas virtuales mientras que la tercera, que hospedaba sus servidores, directamente los cortó.
"Tenemos nuestro software y los datos de todos listos para usar. Las declaraciones de Amazon, Google y Apple a la prensa sobre la suspensión de nuestro acceso han provocado que la mayoría de nuestros otros proveedores también abandonen su apoyo. Y la mayoría de las personas con suficientes servidores para alojarnos nos han cerrado las puertas. Actualizaremos a todos y actualizaremos a la prensa cuando estemos de nuevo online", ha afirmado su CEO, John Matze. A la hora de terminar este artículo la aplicación sigue sin funcionar y su web inaccesible.
¿Y en España?
El "corte" a Parler se produce cuando justo parecía que su uso estaba empezando a extenderse entre políticos de primera línea en España: el diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros incluye su cuenta en su perfil de Twitter junto a otras apps como Telegram o Gab.
Y hasta la diputada popular Beatriz Fanjul decidió este sábado tomar partido de la polémica al anunciar (a través de Twitter) su llegada a Parler.
¿Cuándo y cómo nace Parler?
Parler es una red social creada en 2018 por el ingeniero de sistemas John Matze, su CEO actual, Rebekah Mercer -una famosa donante del Partido Republicano- y Jared Thompson. Su gran explosión no se produjo hasta la campaña electoral estadounidense de 2020. Desde el verano ha aumentado por cinco el número de usuarios.
Su interfaz y su funcionamiento son similares a los de Twitter, con mensajes y consignas cortas, aunque en su caso de hasta 1.000 caracteres y con el rojo como color predominante. Los usuarios publican contenido y sus seguidores pueden verlo e interaccionar con él. También hay hashtags y archivos multimedia.
La gran diferencia es que en Parler no se prohíbe el discurso de odio ni se combate la desinformación. Se puede publicar cualquier mensaje, ya sea racista, homófobo o una fake news. Eso es precisamente lo que utiliza Parler para publicitarse. Puedes decir lo que quieras y cómo quieras. “Somos la última esperanza del mundo para la libertad de expresión y la información libre”, señaló su CEO Matze el sábado por la noche después de que la app desapareciera de Google y Apple. Después llegó la decisión de Amazon de sacarla de sus servidores.
“Yo creo que Amazon, Google y Apple trabajan juntas para asegurarse de que no tienen competencia”, añadió. Su futuro ahora mismo es una incógnita: primero debe encontrar un servidor nuevo y sortear a gigantes como Google y Facebook.
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