Existe una joven unidad en las aguas que recorren la costa catalana que ocupa el terreno en el que el Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) y el Servicio Marítimo (SEMAR) de la Guardia Civil antes campaban a sus anchas. A mediados de febrero de 2020, la Generalitat anunciaba la creación de la Policía Marítima de los Mossos d'Esquadra, que daría "respuesta a las funciones policiales en el ámbito marítimo como policía ordinaria e integral en todo el territorio catalán", y que se desplegaría a partir de verano en el territorio marítimo de Cataluña.

Pero esa pequeña escisión de los Mossos, con apenas una embarcación y un equipo de diez personas entre mandos y agentes, se ha quedado a medio construir. "No te diré que es [un cuerpo] simbólico", declara para El Independiente Toni Castejón, portavoz de SAP-Fepol, "pero evidentemente no es lo que se dijo". La Conselleria de Interior "tenía ganas de lanzar esto y se ha estrenado de aquella manera y a un 10% de lo que tenía que ser", afirma el representante de este sindicato. "Para nosotros no es imprescindible. Si estamos al 100% de todo, diría 'adelante', porque todo lo que sea crecer como cuerpo policial es perfecto, combinando con las otras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Pero cuando estás como estás, con una mano delante y una detrás, tampoco era el momento más oportuno", sostiene.

El titular de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, presumía el día en el que presentó el proyecto Kuppel, centrado en el uso de los drones, de que «tendremos mossos en tierra, mar y aire», pero parece que la frase se quedó en una suerte de utopía que en nada se acerca a la realidad. La Policía Marítima, apuesta del representante de Junts per Catalunya, debería contar desde el 1 de julio con una treintena de efectivos policiales en los puertos de Palamós, Vilanova y la Geltrú y Ametlla de Mar.

«Se anunció a bombo y platillo la creación [de esta unidad], la compra de embarcaciones, de material, y al final lo cierto es que sólo se ha podido abrir la base de Palamós», expresa Castejón. «Es muy residual lo que tenemos de momento», reconoce, aunque los profesionales están «a la espera de que salgan las otras bases y de que se compren las embarcaciones», que está previsto que se adquieran a principios de este año.

El anuncio de la creación de esta Policía Marítima avivó un conflicto competencial abierto desde 2008, cuando los Mossos d'Esquadra crearon la Unidad Acuática, en la que el pasado febrero trabajan 17 agentes que deberían haberse integrado a la nueva escisión marítima. Esta unidad, con competencias en aguas interiores -es decir, en ríos, canales o embalses-, comenzó a convivir con los GEAS de la Guardia Civil y de esa relación devinieron desacuerdos y polémicas.

El Instituto Armado elevó la cuestión a la Comisión Nacional de Coordinación de la Policía Judicial -un órgano de coordinación reglado que agrupa al CGPJ, los ministerios de Interior y Justicia, la Fiscalía General del Estado y los departamentos de Interior con competencia en la materia, es decir, Cataluña y País Vasco-, que en marzo de 2019 acordó por mayoría que la Guardia Civil sería la única que podría asumir todas las funciones policiales en el mar.

De esta forma, los Mossos  y la Ertzaintza quedaron relegados a tareas exclusivamente administrativas en las aguas interiores, tales como las denuncias de infracciones en el ámbito de la reglamentación náutica para la marina comercial, la pesquera y la deportiva o el control de los entornos naturales marítimos y la persecución de las actividades que atenten contra la normativa medioambiental. Entre las funciones de la Policía Marítima también se encuentra la de colaborar «con otras fuerzas y cuerpos de seguridad que, en uso de sus competencias, comparten el espacio marítimo con el cuerpo de Mossos», esto es, la Guardia Civil.

El portavoz de FEPOL asegura que la convivencia entre los mossos y los guardias civiles es "buena". "Si un trabajo no lo empiezas a hacer al 100%, no se nota tanto tu presencia como para que pueda haber un problema o una gran colaboración", indica. No obstante, los efectivos de la Benemérita miran de reojo la evolución de la unidad marítima catalana. "Los compañeros dicen que no hay un conflicto de momento, pero se ve esa inercia de querer ocupar un sitio que no les corresponde", expresa para El Independiente Pedro Carmona, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

«Ellos quieren asumir competencias», afirma Carmona, que refleja que «es como darte con el codo para que te quites». El portavoz de AUGC sostiene que no hay un conflicto con el cuerpo catalán, porque «el ambiente entre los Mossos y la Guardia Civil hasta el día de hoy es bueno», pero se muestra preocupado por el «tema puramente político». «Ellos quieren asumir las competencias en lo que consideran ‘aguas territoriales catalanas'», dice, parafraseando al propio Miquel Buch.

"No es un problema entre el personal policial, sino de gobierno. Piensan que son sus aguas, que les pertenecen y lo que vemos es que quieren empezar a actuar en ese sentido. En un futuro próximo puede crear un conflicto en la labor policial que desarrollan los guardias civiles y los mossos", recalca, por lo que hace un llamamiento al Gobierno para que tenga "cuidado" y no ceda "competencias en este sentido a la Generalitat".