La economía vasca ha cerrado 2020 con una caída menor de la prevista pero no se recuperará a niveles previos a la pandemia durante el próximo año. Los datos aportados hoy por el Gobierno Vasco señalan que el País Vasco vio hundirse su economía un 9,5% del PIB. Se trata de un descenso muy intenso, el doble del registrado en 2009 durante la crisis financiera, pero inferior al 10,1% del PIB que preveía el Ejecutivo de Iñigo Urkullu.

En términos de empleo, el comportamiento de la economía el pasado año también ha sido menos malo que el esperado. Euskadi preveía una pérdida de 25.700 puestos de trabajo frente a los 27.000 estimados inicialmente. En la actualidad, la economía vasca ha iniciado el ejercicio con una tasa de paro del 10,3%. De cara a este año, los responsables económicos calculan que el desempleo en el País Vasco se situará al final de este año en el 9,8%.

La previsión es que la economía se pueda comportar algo mejor el próximo año pero que se quede lejos de los niveles previos a la pandemia. Los cálculos de los expertos del Ejecutivo señalan que la economia podrá remontar un 8,6% del PIB este año, tres décimas menos de lo anunciado y casi un punto lejos de la caída con la que se ha cerrado 2020.

Sin acuerdo presupuestario

Respecto al comportamiento de algunos de los sectores clave de la economía vasca, la previsión es que la Industria logre remontar y deje atrás las pérdidas que arrastraba en primavera y verano de 2020.

El balance económico del Gobierno de Urkullu llega después de que los contactos con Elkarrekin Podemos para explorar un posible acuerdo hayan fracasado. Los tres encuentros mantenidos entre el Ejecutivo y la formación morada no han fructificado. La portavoz de Podemos, Miren Gorrotxategi, aseguró que los compromisos políticos que reclamaron, como los relativos a la prohibición de exploraciones gasísticas, las ayudas al alquiler o compromisos en el campo de la sanidad y la educación no se han visto replejados en los borradores presentados.

Podemos en cambio sí ha alcanzado un acuerdo con el PNV en el ayuntamiento de Vitoria para facilitar la aprobación de las cuentas del alcalde, Gorka Urtaran. La abstención de la formación se alcanzó tras comprometerse el Consistorio o regular el precio de los alquileres, no promover la exploración no explotación del yacimiento de Subijana y modificar otras partidas reclamadas por Podemos.