El PSC es "155, monarquía corrupta, justicia machista y traición al catalanismo". Pasarse a ERC es "estar en el lado correcto de la historia". Es la esencia del mensaje trasladado por los socialistas que se han incorporado a ERC en los últimos años a las puertas de la campaña electoral.
Esquerra ha decidido fijar al PSC y a Salvador Illa en el enemigo a batir: Para borrar de la ecuación a Carles Puigdemont y JxCat; y para seguir su penetración en las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona. Por eso el último acto de precampaña de los republicanos ha sido un debate de socialistas que se han pasado a las filas de ERC.
Desde la número dos en el Congreso, Carolina Telechea, al ex diputado en el Parlament Carles Castillo, pasando, por supuesto, por Ernest Maragall, los nuevos republicanos, han arropado a Pere Aragonés en su último acto de precampaña. Acto en el que Aragonés se ha olvidado de Laura Borràs para centrarse en Illa: "somos la izquierda que no huye ante la tercera ola y los problemas de vacunas" ha asegurado.
PSC, campaña en positivo
Unos ataques que el PSC da por descontados y asegura que no piensa responder en ningún caso. "Haremos una campaña en positivo", aseguran sus responsables de campaña, "en ningún caso entraremos en polémicas electorales". Tampoco volverán a la fórmula del reparto de papeles, que tan buenos resultados ha dado los sociaslitas en el pasado.
"No habrá poli bueno y poli malo, toda la campaña tendrá el mismo tono que el candidato" aseguran. Esa es la consigna que han recibido el conjunto de portavoces socialistas, empezando por la número dos y portavoz en el Parlament, Eva Granados, habitual azote del independentismo desde la bancada socialista.
Socialistas sin principios
No lo tendrán fácil. Su ex compañera Carolina Telechea ha asegurado que la actual dirección PSC "no tiene principios" parafraseando para ello a Groucho Marx. "Se pusieron al lado de las porras y no de las urnas, se manifestaron con la derecha de PP, Cs y Vox y no con la gente que recibió brutales agresiones. Allá se alejaron del pueblo de Cataluña y se desconectaron de la democracia".
Ernest Maragall, cree que el único objetivo del PSC es hoy por hoy "ser el sustituto de Cs, venir a representar la unidad de España. Es triste en una formación que había sido catalanista" ha asegurado quien durante 40 años ocupó cargos públicos en esta formación, a la sombra de su hermano Pasqual, convencido de que ahora está "en el lado correcto de la historia".
Magda Casamitjana, ex diputada autonómica y ex regidora de Girona por el PSC, ahora alto cargo del Departamento de Salud de la Generalitat, ha asegurado que el PSC es "un proyecto caduco, que no avanza" en el que Illa y Miquel Iceta "se reparten los cromos para atar de pies y manos a Cataluña". Y Castillo ha recurrido a la falta de decisión de los socialistas "para acabar con una monarquía corrupta" para explicar su cambio de filas.
Gobernar Cataluña desde la Moncloa
Un discurso que ha completado Aragonés, defendiendo su candidatura como la única que puede evitar que Cataluña sea gobernada "leyendo encuestas desde la war room de la Moncloa".
Para demostrar que esa acusación no les asusta, los socialistas contarán en campaña con un auténtico desembarco gubernamental, con Pedro Sánchez a a Cabeza. Junto a las cinco visitas del presidente del Gobierno, Illa contara en campaña con las tres vicepresidentas socialistas, Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera, además de los ministros José Luis Ábalos, Arantxa González Laya y Reyes Maroto, y la portavoz del PSOE, Adriana Lastra.
Eso sí, todos ellos participarán en actos organizados en sedes socialistas, con un máximo de 20 militantes y retransmitidos por la propia organización. Las medidas anti-Covid harán que Pedro Sánchez pase los dos próximos fines de semana en Cataluña, pero lo haga sin pisar la calle.
La campaña más extraña
Hace tres años, Cataluña fue a las urnas en aplicación del artículo 155 de la Constitución, tras una declaración unilateral de independencia que derivó en la intervención de la Generalitat y el cese de su gobierno. Parecía difícil superar circunstancias tan excepcionales, pero la campaña a las elecciones autonómicas del 14F parece haberlo conseguido.
En primer lugar, por el contexto de pandemia que obliga a restringir actos y aforos y forzará a los partidos a centrar su mensaje en las redes sociales, además de los medios de comunicación convencionales. En segundo, por la montaña rusa en la que se ha convertido el calendario electoral, con elecciones convocadas por agotamiento del plazo para investir president, aplazadas por el Govern en funciones y avanzadas de nuevo, de momento, por la justicia. Una decisión que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) debe ratificar, o no, antes del 8 de febrero, en el ecuador de la campaña.Ernest
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